"(...) En el oasis vasco, a donde la ola suele llegar
tarde pero acaba llegando, el PNV sigue defendiendo a los suyos. Con el
fervor de los socialistas y populares de antaño. Le costó reaccionar en
el conocido ‘caso De Miguel’, con 24 imputados hasta que al final, y
tras meses de insistencia de Urkullu, los tres afiliados jeltzales
terminaron entregando el carné del partido.
Faltaban cuatro meses para
la celebración de las elecciones. Ha habido otros proyectos fallidos en
esta legislatura, subvencionados con fondos públicos, que la oposición
ha denunciado por falta de transparencia.
Pero en el caso de dos cargos del PNV, imputados
por fraude a la Seguridad Social y malversación por haber cobrado
sustanciosos sueldos de la sociedad pública Ibar Zaharra sin haber ido a
trabajar, el PNV defiende su inocencia. EH Bildu y UPyD denunciaron
«puestos de trabajo fantasmas».
Pero la cosa quedó tan difuminada que ni
siquiera se propició que el Parlamento tuviera más información sobre
este caso. Los nacionalistas, acostumbrados tantos años a proteger a los
suyos, puede que no hayan reparado en que la tolerancia social ante
presuntos casos de corrupción, se está acercando al cero. También en
Euskadi." (EL CORREO 29/10/14, TONIA ETXARRI, en Fundación para la Libertad)
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