28.11.25

Antonio Maestre: los jueces son una casta que vive con otras reglas... En el año 2018 se convocaron 35 plazas de fiscal y finalmente se concedieron 36 para incluir a la hija del juez del Supremo... La hija de Marchena ha sido la única a la que se le ha permitido cambiar la carrera judicial, de jueza a fiscal, la única a la que se le ha respetado el resultado de la oposición de un año para otro tras haber sufrido una enfermedad. La única a la que el CGPJ y el ministerio de Justicia le hicieron ese favor cuando a muchos otros en su mismo caso se les obligó a seguir el proceso normativo previo sin saltárselo. El resto no son hijos de Manuel Marchena

 "(...) Son una casta que vive con otras reglas y que están acostumbrados a que sus opiniones sean ley, porque son la ley, y la ley y las normas se adaptan a sus intereses en todos los ámbitos de la vida. Es algo que es fácil ver si miramos al caso de la hija fiscal de Antonio Marchena. En el año 2018 se convocaron 35 plazas de fiscal y finalmente se concedieron 36 para incluir a la hija del juez del Supremo. Tal cual. Esas son las reglas para la casta judicial.

El caso, que fue un escándalo en la judicatura por el evidente trato de favor, muestra hasta qué punto esta élite tiene unas normas diferentes a las del resto. Para ellos la ley se escribe en agua mientras para otros está labrada en piedra y ellos la modelan en barro. La hija de Marchena ha sido la única a la que se le ha permitido cambiar la carrera judicial, de jueza a fiscal, la única a la que se le ha respetado el resultado de la oposición de un año para otro tras haber sufrido una enfermedad. La única a la que el CGPJ y el ministerio de Justicia le hicieron ese favor cuando a muchos otros en su mismo caso se les obligó a seguir el proceso normativo previo sin saltárselo. El resto no son hijos de Manuel Marchena.

 Entren en la mente de quien tiene esos privilegios. Les va a costar porque no es fácil ponerse en su lugar cuando tienes que cumplir de manera escrupulosa la ley y las normas cívicas. Pero cuando vives con unas normas, leyes y reglamentos al margen de las del populacho te empieza a invadir una sensación de impunidad insuperable que va asociada a una serie de relaciones y capital social que te blindan porque quienes tienen que dirimir el respeto a esas leyes son aquellos que comparten clubes privados, cenas en reservados y charlas en salas de resolución judicial. Los únicos que tienen poder para dirimir si esas reglas especiales para gente como Manuel Marchena y sus amigos de fallo transgreden la ley son esos mismos amigos de fallo."

Antonio Maestre , blog, 24/11/25)

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