25.8.22

La ‘cooperativa’ de futbolistas que ganó 500.000 euros apostando a los partidos que amañaban... Más de 20 encuentros están bajo sospecha

 "La trama de apuestas deportivas desmantelada la semana pasada por la Policía Nacional funcionaba de modo muy parecido al de una cooperativa de futbolistas: sus integrantes aprovechaban su condición de jugadores en activo de clubes modestos de Andalucía y Gibraltar para amañar los encuentros en los que participaban mientras, en paralelo, apostaban de manera coordinada y fraudulenta a través de personas interpuestas para ganar miles de euros, según se desprende de la investigación. 

Los responsables de las pesquisas estiman que, desde el primer partido supuestamente trucado, de mayo de 2021, hasta que se produjeron las detenciones, la red se embolsó 500.000 euros de beneficio. En total, están bajo sospecha más de 20 encuentros, señalan las fuentes consultadas. La Operación Conífera suma ya 21 arrestados, entre ellos 12 jugadores en activo de seis equipos de Primera y Segunda RFEF (las antiguas Segunda B y Tercera), pero también de la Liga Nacional de Gibraltar.

Las pesquisas se iniciaron tras detectar la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Consumo, un movimiento de apuestas sospechoso en torno al partido disputado el 5 de mayo del año pasado por dos equipos del Grupo X de la entonces llamada Tercera. Se jugaban las últimas jornadas de la temporada, uno de los momentos que los expertos policiales consideran más proclives a los amaños, ya que muchos equipos no se juegan nada y existe el riesgo de que futbolistas se presten a este tipo de fraudes. Las alertas se dispararon porque cuatro personas habían apostado al mismo resultado en dos ocasiones cada uno y por el mismo importe en una página de internet a altas horas de la madrugada. Todos resultaron ganadores y se embolsaron un total de 22.000 euros, según las fuentes consultadas.

Aquellas apuestas sospechosas pusieron en marcha una investigación del Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida, adscrito a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta), especializado en este tipo de delitos, que desembocó la semana pasada en detenciones y registros por orden de un juzgado de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Este grupo fue el que, en mayo de 2019, realizó la llamada Operación Oikos que destapó una supuesta red de amaño de partidos de Primera, Segunda y Tercera, en la que figuraban como presuntos cabecillas los exfutbolistas Raúl Bravo y Carlos Aranda, caso que aún está siendo instruido en un juzgado de Huesca.

Las pesquisas en torno a aquel partido de mayo del año pasado permitieron a la Policía centrar la investigación en dos personas como presuntos cabecillas de la trama. Uno era Adrián R., interior izquierdo del CD Rota, un equipo del mismo grupo de la Tercera en el que se detectó el primer amaño. El segundo, un amigo suyo que, si bien no era futbolista, tenía vínculos de amistad con jugadores en activo en conjuntos modestos, además de haber estado relacionado con el Atlético Sanluqueño, equipo que la próxima temporada militará en la Segunda RFEF tras haber descendido de categoría este año y al que pertenecían varios arrestados.

Este último detenido tenía, además, experiencia en el ámbito del juego, donde había ejercido de lo que en la jerga se conoce como tipster —consejero de apuestas— antes de volcarse presuntamente en la actividad de la trama. Él era el encargado, presuntamente, de gestionar las apuestas del resto de los integrantes de la red. Para estos dos cabecillas, el juez ordenó el ingreso en prisión eludible bajo fianza.

Junto a ellos, pero en un segundo escalón, se situaban 11 jugadores de equipos andaluces o gibraltareños, que eran los encargados de amañar en el terreno de juego los partidos a los que ellos mismos apostaban utilizando a personas interpuestas, a pesar de que tienen prohibido hacerlo en la categoría en la que participan. Para realizarlo sin levantar sospechas en páginas en internet, se valían de perfiles falsos abiertos tras usurpar la identidad de otras personas. Para jugar de manera presencial en casas de apuestas, la red enviaba a hacerlas a personas ―las denominadas mulas en la jerga delincuencial―, que recibían una pequeña cantidad como pago. Los otros ocho detenidos son, precisamente, mulas, detallan fuentes cercanas a la investigación.

Para ganar dinero con los partidos amañados, la trama hacía habitualmente lo que se conoce como apuestas sencillas, es decir, a un solo partido y sobre el resultado final del encuentro o, en algunos casos, también al marcador en el descanso. No obstante, en otras ocasiones los detenidos hacían las denominadas apuestas combinadas para no despertar sospechas. Para ello, además, de apostar al encuentro del que habían trucado el resultado, también lo hacían en encuentros de Primera y Segunda en los que el resultado final era previsible y, por tanto, difícil de errar. La Policía ha detectado que los integrantes de la trama apostaban, incluso, al resultado de partidos amistosos.

Fuentes cercanas a la investigación destacan el carácter “hermético” de la trama, en la que solo podían apostar los jugadores que la integraban. No obstante, las pesquisas se dirigen ahora a saber si otros futbolistas, no pertenecientes a la red desmantelada, pudieron participar en los amaños a cambio de recibir una contraprestación económica. Para ello, los agentes están analizando los numerosos dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y equipos informáticos, intervenidos en los registros a los detenidos.

Los investigadores esperan también conocer a través de estos dispositivos a cuándo se remontan los fraudes, ante la sospecha de que cuando saltaron las primeras alertas, en mayo de 2021, llevaban ya tiempo operando. De confirmarse estas sospechas, el dinero que supuestamente se embolsaron los integrantes de esta cooperativa de futbolistas superaría el medio millón hasta ahora estimado."          (Óscar López-Fonseca , El País, 29/06/22)

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