"Tenemos un proverbio en Sicilia que dice 'tener poder es mejor que hacer el amor' y es el único lugar en el que he visto un dicho como éste. No es precisamente muy sexy... (...)
Nada puede cambiar a no ser que sea por la voluntad del Estado, si las cosas funcionasen bien en Sicilia
la Mafia no podría existir", prosigue. "Necesitamos un lugar en el que puedas encontrar un trabajo sin contactos, en el que vayas a una oficina y el empleado cumpla con su deber,
necesitamos un sistema en el que no haya corrupción. (...)
"El editor, que es un amigo, me pidió que escribiese sobre mis propias experiencias con la Mafia. Y tuve que mirar dentro de mí misma, buscar la Mafia en mí, que está ahí. Lo que es doloroso. Llamamos mafiositá a la cultura de la Mafia. Hace unos años, en Sicilia, tenía en brazos a mi nieto pequeño, de unos seis meses, y tocó algo y se cortó. Sus padres no estaban: mi reacción inmediata fue llamar a un amigo y preguntarle a quién conocía en el hospital. Luego vino mi hermana y me dijo que las urgencias funcionaban perfectamente. Le llevamos al doctor y todo fue bien. La Mafia crece cuando el Estado fracasa en su responsabilidad de proveer servicios. Si vas a un hospital en Sicilia lo primero que se te pasa por la cabeza es a quién conoces. Yo jamás pensé que iba a tener esa reacción". (...)
En enero estaba hablando con amigos en Sicilia y en un momento dado dije, y tal vez no debí hacerlo, 'todos vuestros hijos, que son brillantes profesionales,
han conseguido trabajos a través de los contactos familiares o de los contactos políticos'. Y se produjo un tremendo silencio. Estamos hablando de ingenieros, de altos profesionales, de abogados que en
la Sicilia de hoy no encuentran trabajo si no es a través de contactos. Eso es Mafia.
Es la mafiositá".
(
Simonetta Agnello Hornby: Sicilia, tierra cansada. El País, ed. Galicia, 17/05/2008, p. 4)
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