"Una maniobra de acoso y derribo”, así define la abogada Nuria González haber tenido de declarar como testigo ante la Fiscalía de Barcelona en la mañana de este lunes, después de que la organización Son Nuestros Hijos, le interpusiera una denuncia por la supuesta comisión de un delito de falsedad documental por parte de una agencia de gestación subrogada. Al acudir como testigo, la abogada no ha podido tener acceso a la denuncia.
Sin embargo, tal como afirma González a
Público, el objetivo de su declaración no era el de aclarar las
prácticas de dichas empresas que los propios denunciantes conocen a la
perfección, sino el de intentar achacarle a la autora de la publicación
Vientres de Alquiler el conocimiento de la comisión de delitos que no habría denunciado e imputarle un delito de encubrimiento.
“Todo parte del reportaje publicado en Público el pasado mes de septiembre, que bajo el título Cuando lo que te compras es un bebé,
denunciaba una práctica ilegal en nuestro país como es la de los bebés
comprados por vientres de alquiler y en el que, de todas las
irregularidades que se denunciaban, solo una les ha parecido
irrespetuosa: cuando hablaba de cómo estas agencias pueden llegar a
hacer informes falsos sobre el estado de salud de la compradora de bebés
para hacer la compraventa. El resto les parece fabuloso”, comenta la
jurista.
Los denunciantes afirmaban que González había
encubierto esta práctica con el único fin de lucrarse con la publicación
de su libro Vientres de Alquiler (Editorial LoQueNoExiste).
Sin embargo, ella afirma que no hay nada más lejos de la realidad. “Es
curioso cómo el reportaje que se publica en septiembre no les molesta
hasta el mes de febrero, que es cuando interponen la demanda. Justo un
mes después de que salga a la venta el libro en el que se publica el
mismo reportaje y en el que, además, denuncio los intereses ocultos detrás de términos asépticos como maternidad subrogada,
padres comitentes, producto final, donaciones o compensaciones. En el
libro hablo sin tapujos de la realidad de los vientres de alquiler,
padres contratantes, bebés cosificados y mercantilizados y el pago del
precio estipulado por una práctica ilegal en España y permitida en solo
12 países de todo el mundo”, añade la abogada.
“Está claro que han querido ir a por mí porque
denunciar la realidad que ellos intentan edulcorar les molesta y mucho.
Intentan con la coerción callar las voces de quienes conocemos y
denunciamos esta flagrante violación contra los derechos humanos y
reproductivos de las mujeres”, añade la jurista.
“Madre es solo la que la pare”
Sin embargo, en palabras de la afectada, su testificación “ha sido como el tiro por la culata para los surropapis y surromamis.
Hacía meses que yo misma había presentado denuncia por la actividad
empresarial de seis agencias de gestación subrogada y de varios Cónsules
Generales de España y en mi declaración me he ratificado en lo ya
denunciado”, afirma.
Por todo ello, advierte, el resultado es que la denuncia presentada por Son Nuestros Hijos muy probablemente será archivada.
“Su único objetivo era meterme en un brete cuando la realidad es que la
Audiencia Nacional se quita el tema de encima y a sabiendas de que se
están cometiendo delitos e irregularidades en lugar de perseguirlos y
llamar a declarar a quienes los cometen. Sin embargo me encuentro con la
situación de declarar yo”, continúa González.
“Además, tal y como la propia Audiencia apunta en su
Auto 14 de este año, en el que afirma que la única madre que se puede
llamar como tal, porque lo es, es la que pare. La Audiencia se quita el
tema de encima porque son actos que se comenten fuera de nuestras
fronteras, donde no puede actuar, y en lugar de llamar a declarar a
quienes cometen el delito me citan a mí”, señala.
Por otro lado, la abogada catalana señala que llamarla a testificar tiene un único fin: “Es una manera de querer meterme miedo y de hacer que no tuviera acceso a la denuncia presentada. Siendo testigo no se puede acceder a nada. No tienes copia de la demanda”, prosigue.
Para esta reputada feminista “es muy indignante que
haya hombres y mujeres que llegan a los aeropuertos con niños que han
sido comprados y que no se les detenga nada más pisar territorio español
y que quienes somos decentes y defendemos la dignidad, tanto de esas
madres que son obligadas por pobreza a perder su dignidad como de sus
bebes, tengamos que ir a testificar a un juzgado”, comenta la autora de
Vientres de alquiler.
Por último, González se hace una pregunta que lanza
al aire y deja caer a los órganos judiciales competentes. “¿Cómo es
posible que haya altos cargos que son miembros de esas organizaciones
que me denuncian, mientras que han comprado y traído a sus hijos a
España, cuando el país de origen prohibía hacerlo en las fechas en la
que lo hacen? A todos ellos les mando un mensaje en mi nombre y en el
del colectivo feminista: que sigan perdiendo el tiempo".
"Nosotras no vamos a parar hasta lograr que sean reconocidos como lo que son, como autores de un ilícito penal de delitos contra la familia y alteración de la filiación,
tal y como recoge nuestro Código Penal, y de la mercantilización de sus
madres a través de un contrato. Les seguiremos tratando como lo que
son: compradores de bebés y explotadores de mujeres. No vamos a parar
hasta que no ceje la violación de los derechos humanos de quienes no
adoptan sino que compran”, finaliza Nuria González." (Nuria Coronado, Público, 08/07/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario