"(...) Sobre lo que nos ocupa. Han pasado trece años, desde aquel 10 de
junio de 2003, que vino a romper la tranquilidad política y frustrar la
voluntad del pueblo, mostrada en las elecciones del 25 de mayo.
Las elecciones habían dado la mayoría para gobernar al Partido
Socialista Obrero Español, junto con Izquierda Unida, que sumaban la
mayoría absoluta de 56 escaños (47+9). El PP de Esperanza Aguirre,
consiguió 55 diputados.
En la votación de la Mesa de la Asamblea se
ausentaron los dos diputados del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa
Sáez, representantes de la fracción «renovadores por la base», que
encabezaba José Luis Balbás.
Esto ocasionó que el candidato socialista a
presidente, Francisco Cabaco no contara con la mayoría suficiente y el
PP, con sus 55 diputados, eligió a Concepción Dancausa (hoy Delegada del
Gobierno de Madrid).
Tamayo y Sáez pasaran a engrosar las filas del
grupo mixto, acusados de tránsfugas y corrupción. Hubo una comisión de
investigación y ni el PP ni el PSOE fueron capaces de aclarar nada ni
presentar un candidato para la investidura.
Ante la situación
generada, se elevó consultas al Consejo de Estado, quién dictaminó que
si no había candidato a la investidura en el plazo de 15 días, después
de constituirse la Asamblea (artículo 182.1 del Reglamento), se daba por
iniciado el periodo de dos meses establecido en el Estatuto de
autonomía para, una vez finalizado sin haber logrado una investidura,
volver a convocar las elecciones.
Elecciones que quedaron convocadas
para el 26 de octubre de 2003 y que ganó el PP con 57 diputados (mayoría absoluta). El PSOE obtuvo 45 escaños (-2) y los 9 diputados de IU, que se mantuvo.
El
PSOE ha venido denunciando que los dos diputados habrían recibido
dinero de una trama inmobiliaria y urbanística con el objetivo de
beneficiar al PP, quien achaca la ausencia de los diputados a un
problema interno de los socialistas. Tamayo siempre ha negado la mayor y
ha defendido que no había corrupción económica, sino desacuerdo por el
pacto para formar gobierno con IU.
Se conoce que Eduardo Tamayo tuvo contactos telefónicos con determinados promotores inmobiliarios, antes y después de perpetrar la traición. Nada se aclaró y todo ha quedado en la oscuridad. En 2013 infoLibre publicó unos documentos de Tamayo,
en los que se desvela la organización del complot, nombres de políticos
y empresarios involucrados, así como un esquema sobre la estructura y
ejecución del plan. El PSOE no ha vuelto a gobernar en Madrid.
Fue
un golpe de mano contra la constitución de una mayoría por la
izquierda, que daba el gobierno a Rafael Simancas y tres consejerías a
IU. Un plan orquestado para permitir que el PP gobernara, como ocurrió.
El caso quedó en la más absoluta impunidad y sin investigación judicial.
El que fuera ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, llegó a
asegurar que, siendo fiscal jefe de Madrid en 2003, le prohibieron investigar el caso Tamayo. Tampoco estuvo muy diligente José Luis Rodríguez Zapatero, quien se desentendió de la investigación cuando llegó al Gobierno, En el año 2000 había sido elegido Secretario General con el apoyo de los renovadores de Balbás.
Mariano
Rajoy, a la sazón vicepresidente del Gobierno, estableció el primer
cortocircuito a la investigación, según Jesús Maraña (El golpe 'impune' del 10 de junio).
En rueda de prensa tras un Consejo de Ministros, aseguró que la
querella que había presentado el PSOE «no tiene ni pies ni cabeza» y no
ve «fundamentos jurídicos» para que la Fiscalía investigue el
«tamayazo».
Ni lo ve Rajoy ni el ministro de Justicia, Michavila, ni el
fiel fiscal general Cardenal, que frena las intenciones de Fernández
Bermejo y ordena a la Fiscalía Anticorrupción (Jiménez Villarejo)
esperar a que el TSJM resuelva sobre la querella presentada. El 3 de
julio, la sala (de tendencia conservadora) decide por tres a uno
«inadmitir» la querella socialista.
Fue una traición que buscaba
impedir a los socialistas recuperar el Gobierno de la Comunidad
madrileña, que habían perdido en 1995 y la posibilidad de formar un
Gobierno de izquierdas, facilitando la llegada al poder de la derecha.
Un caso donde muchos cabos siguen estando sueltos, una conjura sin la
cual nada en Madrid sería igual, dice Felipe Serrano en su libro El tamayazo. Crónica de una traición. (...)" (Víctor Arrogante , Rebelión, 01/02/16)
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