8.2.16

¿Se acuerdan del 'tamayazo'? Se publicaron documentos en los que se desvela la organización del complot, nombres de políticos y empresarios involucrados, así como un esquema sobre la estructura y ejecución del plan... pues nada

"(...) Sobre lo que nos ocupa. Han pasado trece años, desde aquel 10 de junio de 2003, que vino a romper la tranquilidad política y frustrar la voluntad del pueblo, mostrada en las elecciones del 25 de mayo

 Las elecciones habían dado la mayoría para gobernar al Partido Socialista Obrero Español, junto con Izquierda Unida, que sumaban la mayoría absoluta de 56 escaños (47+9). El PP de Esperanza Aguirre, consiguió 55 diputados. 

En la votación de la Mesa de la Asamblea se ausentaron los dos diputados del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, representantes de la fracción «renovadores por la base», que encabezaba José Luis Balbás. 

Esto ocasionó que el candidato socialista a presidente, Francisco Cabaco no contara con la mayoría suficiente y el PP, con sus 55 diputados, eligió a Concepción Dancausa (hoy Delegada del Gobierno de Madrid).

 Tamayo y Sáez pasaran a engrosar las filas del grupo mixto, acusados de tránsfugas y corrupción. Hubo una comisión de investigación y ni el PP ni el PSOE fueron capaces de aclarar nada ni presentar un candidato para la investidura.

Ante la situación generada, se elevó consultas al Consejo de Estado, quién dictaminó que si no había candidato a la investidura en el plazo de 15 días, después de constituirse la Asamblea (artículo 182.1 del Reglamento), se daba por iniciado el periodo de dos meses establecido en el Estatuto de autonomía para, una vez finalizado sin haber logrado una investidura, volver a convocar las elecciones.

 Elecciones que quedaron convocadas para el 26 de octubre de 2003 y que ganó el PP con 57 diputados (mayoría absoluta). El PSOE obtuvo 45 escaños (-2) y los 9 diputados de IU, que se mantuvo.

El PSOE ha venido denunciando que los dos diputados habrían recibido dinero de una trama inmobiliaria y urbanística con el objetivo de beneficiar al PP, quien achaca la ausencia de los diputados a un problema interno de los socialistas. Tamayo siempre ha negado la mayor y ha defendido que no había corrupción económica, sino desacuerdo por el pacto para formar gobierno con IU. 

Se conoce que Eduardo Tamayo tuvo contactos telefónicos con determinados promotores inmobiliarios, antes y después de perpetrar la traición. Nada se aclaró y todo ha quedado en la oscuridad. En 2013 infoLibre publicó unos documentos de Tamayo, en los que se desvela la organización del complot, nombres de políticos y empresarios involucrados, así como un esquema sobre la estructura y ejecución del plan. El PSOE no ha vuelto a gobernar en Madrid.

Fue un golpe de mano contra la constitución de una mayoría por la izquierda, que daba el gobierno a Rafael Simancas y tres consejerías a IU. Un plan orquestado para permitir que el PP gobernara, como ocurrió. El caso quedó en la más absoluta impunidad y sin investigación judicial. 

El que fuera ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, llegó a asegurar que, siendo fiscal jefe de Madrid en 2003, le prohibieron investigar el caso Tamayo. Tampoco estuvo muy diligente José Luis Rodríguez Zapatero, quien se desentendió de la investigación cuando llegó al Gobierno, En el año 2000 había sido elegido Secretario General con el apoyo de los renovadores de Balbás.

Mariano Rajoy, a la sazón vicepresidente del Gobierno, estableció el primer cortocircuito a la investigación, según Jesús Maraña (El golpe 'impune' del 10 de junio). En rueda de prensa tras un Consejo de Ministros, aseguró que la querella que había presentado el PSOE «no tiene ni pies ni cabeza» y no ve «fundamentos jurídicos» para que la Fiscalía investigue el «tamayazo». 

Ni lo ve Rajoy ni el ministro de Justicia, Michavila, ni el fiel fiscal general Cardenal, que frena las intenciones de Fernández Bermejo y ordena a la Fiscalía Anticorrupción (Jiménez Villarejo) esperar a que el TSJM resuelva sobre la querella presentada. El 3 de julio, la sala (de tendencia conservadora) decide por tres a uno «inadmitir» la querella socialista.

Fue una traición que buscaba impedir a los socialistas recuperar el Gobierno de la Comunidad madrileña, que habían perdido en 1995 y la posibilidad de formar un Gobierno de izquierdas, facilitando la llegada al poder de la derecha. Un caso donde muchos cabos siguen estando sueltos, una conjura sin la cual nada en Madrid sería igual, dice Felipe Serrano en su libro El tamayazo. Crónica de una traición.  (...)"             (Víctor Arrogante , Rebelión, 01/02/16)

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