"Parecía que estaba todo visto, pero siempre hay más. Lo cuenta El Confidencial. “Un incidente de tráfico frente al restaurante Ciriaco de la calle Mayor de Madrid, entre los escoltas de un coche oficial y un conductor, ha servido para poner al descubierto una comida pantagruélica,
cuyos comensales se habrían preferido mantener en el anonimato. Sobre
la mesa: una fuente con casi dos kilos de angulas, otra de percebes y
una botella magnum de Petrus que cuesta más de 2.000 euros. Y de plato
fuerte, un descomunal chuletón de Ávila por barba”.
Eran escoltas prepotentes, como corresponde al escoltado: El recién nombrado Presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo. Le acompañaban, según El Confidencial, Pedro Calvo, exconcejal del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso Carrascosa, propietario de la empresa de abogados Legálitas, con residencia en Miami, y Ángel Acebes. (...)
Ángel Acebes tenía que declarar pocos días después como imputado ante el
juez Ruz de la Audiencia Nacional por pagar con dinero negro del PP.
Tenía que declarar en un asunto que terminará sus pasos procesales
necesariamente ante el tribunal que preside Marchena, el magistrado de
los escoltas matones.
El magistrado Marchena es conocido por alguna de
sus actuaciones. Con el predeterminado propósito de condenar al
presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, cambió la doctrina
del Tribunal Supremo, lo que es totalmente insólito, y consiguió su
inhabilitación.
Con idéntica predeterminación persiguió
inquisitorialmente a Garzón, y después le condenó, consiguiendo también
su inhabilitación. Y sin tanto celo justiciero facilitó los ingeniosos y
alambicados argumentos para que no se pudiera condenar a César Alierta
pese a haberse aprovechado de una información privilegiada
manifiestamente delictiva, con un beneficio personal de 220 millones de
pesetas.
A lo mejor en la comida no se habló de nada inadecuado. A lo peor sí. A
Marchena le acababan de nombrar con el voto favorable de la mayoría
conservadora del Consejo del Poder Judicial, y las evidentes simpatías
del PP. El ex munícipe madrileño pepero, ahora, al parecer, abogado, es
colega de Acebes, y éste está pendiente de los jueces dependientes de
aquel. Uno, con su gratitud, otro con su necesidad. Y todos con sus
angulas. No somos nadie." (José María Mena, La Lamentable, 05/11/2014)
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