"El PP balear acaba de aprobar convertir Mallorca en el receptor de
basura de media Europa para asegurar el negocio de la incineradora que
tiene la isla. Si se intenta entender la razón, todo parece absurdo...
Especialmente si se piensa en el desgaste de imagen que para Baleares,
que vive del turismo, puede tener la noticia. Sin embargo, todo el
galimatías se comprende mejor si se sigue el rastro del dinero.
La historia se remonta a los tiempos en los que Maria Antonia Munar,
la líder de Unió Mallorquina condenada por corruptelas, era la
‘gobernanta’ de las islas. Entonces firmó, por razones no aclaradas, un
contrato con una empresa, TIRME, para que se hiciera cargo de la
recogida y tratamiento de los residuos de Mallorca. Básicamente su quema
a través de una incineradora construida en la localidad de Son Reus.
Un contrato ‘atado y bien atado’
El contrato, de 40 años de duración, está tan ‘atado y bien atado’ que resulta imposible de romperse, y tiene ‘el detalle’ de ser leonino para la administración, y superventajoso para la empresa. Dicho de otra manera, asegura unos ingresos a TIRME, beneficios incluidos. Que no se recauda suficiente, se suben las tasas a los vecinos.
“Una situación tan perversa -dice a ELPLURAL.COM Margarida Ramis,
portavoz del grupo ecologista balear GOB- que lleva a que cuanto más se
recicle, y por tanto menos se incinere, menos dinero recibe TIRME y más
se tienen que subir las tasas a los mallorquines…
Es decir, en Mallorca,
vivimos en el absurdo de que reciclar está penalizado”. O lo que es lo
mismo, en Mallorca se privatizó la gestión de un servicio público de tal
forma que se asegura el beneficio para la empresa privada que lo
realiza, sin riesgo alguno para ella. Negocio redondo.
Decreto-ley, trileo incluido, para poder importar basura
A pesar de todo, se consintió, “mediante un estudio sin pies ni cabeza – nos dice Ramis- que TIRME construyera en Son Reus una segunda línea de incineración, con el costo que eso supone, y que ahora se ha demostrado que no resulta rentable porque no se produce en Mallorca basura suficiente”. Y aquí vine el juego de trilero del Govern del PP.
Como en las elecciones los ‘populares’ prometieron congelar las
tasas, tienen que buscar dinero para asegurar los beneficios de TIRME
sin subir el impuesto a los baleares ¿Cómo? Importando basura. Esto
estaba prohibido conforme a un reglamento aprobado en 2001.
José Ramón
Bauzá y sus consejeros decidieron entonces un plan trampa. Aprobaron un
decreto ley (esa excepción que los gobiernos del PP, tanto central como
autonómicos, están convirtiendo en la norma) para promover “la economía
en materia de industria y energía”.
En este decreto ley no se hablaba
para nada de residuos ni su tratamiento, pero una vez aprobado y en
vigor, ‘hábilmente’, el mismo PP en la tramitación parlamentaria
posterior presentó una enmienda en la que ya se modifica el texto del
decreto y, aquí sí, se incluye la ‘legalización’ de la importación de
basura europea para ser quemada en la incineradora de Son Reus. Los
vasos se habían movido y la bolita aparecía allá donde se pretendía sin
que los ciudadanos hubieran sabido cómo. El juego del trileo estaba
completo.
Basura italiana para Mallorca
Pero hay más. Detrás de TIRME hay grandes empresas constructoras y eléctricas, entre ellas, ENEL, la empresa energética italiana ¿Saben de dónde está previsto que llegue buena parte de esa basura europea a Mallorca? Exacto, de Italia.
Paradójicamente, el Govern de Bauzá justificó el impulso al decreto
ley de activación económica como una manera de promover la creación de
empleo. La imagen de Mallorca convertida en estercolero donde se quema
la basura de Europa no parece, sin embargo, que se convierta en un gran
reclamo para el turismo, la principal industria de las Baleares.
El negocio de la incineración
¿Qué hay detrás de toda esta historia? “Está claro -concluye Margarida Ramis- que aquí lo que se asegura es el negocio alrededor de la incineración, aunque se perjudique el reciclado de los deshechos: se venderá más energía a las eléctricas que forman parte de TIMER, con las cenizas y las escorias se dará material para hacer cemento a las constructoras que también están metidas en TIMER…
Y así, Baleares, a
pesar de su tamaño y su población, se convertirá en la segunda Autonomía
que más incinerará, sólo por detrás de Cataluña”. (El Plural, 04/09/2012)
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