"El banco británico Barclays ha sido el elegido por las autoridades
supervisoras para el sacrificio con el fin de salvaguardar el buen nombre del
sistema financiero. La semana pasada la Autoridad de Servicios
Financieros (FSA) del Reino Unido impuso al banco una multa de 59.5 millones de libras.
Al mismo tiempo el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Commodity Futures Trading Commission
(CFTC) sancionaron al banco con multas por valor de 160 millones de
dólares y 200 millones de dólares respectivamente, obligando a Barclays a
pagar un total de 290 millones de libras (451,4 millones de dólares).
El motivo: la confirmación de la manipulación del líbor (London InterBank Offered Rate), pero también del euríbor (European Interbank Offered Rate, el tipo europeo de oferta interbancaria, es decir, el precio al que se prestan los bancos entre ellos).
En marzo ya conté
en este blog cómo Barclays y otros bancos estaban siendo investigados
por alterar los tipos de oferta interbancaria en beneficio propio (por
ejemplo, prestándose a precio reducido para luego conceder préstamos a
un interés mayor).
Estos tipos los fijan de manera bastante opaca 16
entides financieras en el caso del líbor y 34 en el caso del euríbor, lo
que no ha impedido la colusión entre ellas. En realidad, la práctica es
generalizada y un escándalo similar ya se produjo en relación con el
tíbor (el interbancario japonés).
El período que se está investigando
corresponde al de la década pasada, especialmente a partir de 2006,
cuando las cosas comenzaban a ponerse feas para los bancos.
Al
otro lado del Canal de la Mancha, en el continente la prensa generalista
informa de los hechos como si se tratara de un problema local de los
británicos, omitiendo incluso -como hace vergonzosamente El País *- que el
Euríbor también fue alterado de manera fraudulenta.
La Comisión Europea
ya está investigando esta práctica y es probable que aplique una multa
al conjunto de las entidades que actuaron como miembros de un cártel. La caída de
algunos bancos o las multas ejemplificadoras aumentarán la presión sobre
la necesidad de acelerar las reformas del sistema financiero, que en la
eurozona pasa por avanzar hacia alguna forma de unión bancaria.
Pero de
nuevo tanto los medios como las autoridades prefieren pasar por alto
las consecuencias más perturbadoras, como si quisieran establecer un
cortafuegos.
Como avancé en mi texto anterior sobre el
#Opeuríbor, tanto el líbor como el euríbor sirven de referencia a
préstamos y derivados financieros en todo el mundo valorados en cientos
de billones de dólares. Los españoles conocen el euríbor sobre todo en
relación con las hipotecas.
Las implicaciones legales de semejante
fraude y sobre todo las posibles indemnizaciones a que podrían dar
derecho exceden con creces la capacidad del sistema financiero mundial
en su conjunto. El propio Financial Times estima , y perdonen si me repito, que "si uno o dos bancos fueran declarados culpables de manipular los tipos
en, por ejemplo, 0,03 puntos porcentuales durante 10 años, la
compensación teórica podría ser de 1 billón de dólares –
equivalente a todo el mercado de capitalización del índice
FTSEurofirst 300 de las principales acciones europeas.
Por supuesto,
semejante pena nunca podría aplicarse. Los clientes que salieron
perdiendo tendrán que tragárselo." Es la misma conclusión a la que llega el gobierno británico, cuya oficina contra el fraude la Serious Fraud Office (SFO) ya ha adelantado
que solo considerará denuncias con un valor superior al millón de
libras, que tengan una dimensión internacional significativa, si los
hechos causan alarma social, etc.
¿Qué pasa con la vía judicial? Es la que van a intentar los abogados sevillanos que lanzaron la operación euríbor,
aunque ahora andan ocupados con la querella contra Rodrigo Rato por el
escándalo de Bankia. Por intentarlo que no quede, y lo ideal sería que
hubiera no una, sino muchas demandas judiciales en diversos países.
Pero
el problema de esta vía es que tardarán muchos años antes de que se
obtengan resoluciones judiciales efectivas, entre otras cosas por la
complejidad de las cuestiones financieras -especialmente a la hora de
establecer las responsabilidades civiles, no digamos penales-, la
desigual capacidad económica de litigación de unas y otras partes, una
legislación que no ayuda y la pasividad de la fiscalía.
Las
armas jurídicas son necesarias, pero no deberían ser las únicas ni
hacernos perder de vista las consecuencias políticas de todo esto. Un
primer paso debe consistir en saltarse el cortafuegos, destacar la
importancia de este asunto y politizarlo. Luego nos dirán que el sistema
financiero es "demasiado grande para caer", por un quítame allá
esos decimales.
Y es demasiado grande porque concierne al funcionamiento
último de la economía de la deuda y a la valorización de la cooperación
social productiva. El pecado habrá sido venial (comparado con la
burbuja inmobiliaria, por ejemplo) pero las ganancias fueron lo
suficientemente
cuantiosas como para que el reclamo de indemnizaciones desestabilice el
sistema y los medios lo camuflen entre otros titulares.
Con esta crisis
hemos aprendido que las finanzas son demasiado importantes para dejarlas
en manos de la oligarquía financiera. No basta con denunciarlas: hay
que tomárselas más en serio, discutir cómo apropiárselas y cómo cambiar
su lógica. Si es que es posible." (Rebelión, 04/07/2012, 'Un cortafuegos para el euríbor', Samuel,Quilombo )
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