El paraguas de Matas cubría a un selecto club de profesionales y ex altos funcionarios, abogados, asesores financieros, decoradores, arquitectos y empresarios de prensa que dispararon las contratas públicas. Matas se exhibió como gran anfitrión de vips, libró contratos millonarios a Michael Douglas, Claudia Schiffer o Boris Becker, con residencia o fincas en Mallorca. Poderosos financieros españoles también recurrieron a él. El ex presidente compartió arquitecto, asesor legal personal y decorador con varios de ellos.
Entre sus amigos figura el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, con su piscina en zona de dominio público en la Costa de los Pinos, Mallorca. Matas acudió en Son Servera a un acto de apoyo al periodista después de que éste hubiera sido vilipendiado en una marcha contra su piscina. Tiempo atrás le cedió un coche oficial cuando buscaba mansión en Mallorca y en la agenda conocida de Matas constan anotaciones de fincas en venta de su interés. En época de Matas la polémica televisión IB3 (con 160 millones de deuda), El Mundo TV obtuvo contratos por unos nueve millones de euros, según la contabilidad analizada por los actuales gestores.
El 85% de las licencias de radio y TV quedó en manos de acólitos. En aquella época el director de La Gaceta, Carlos Dávila, e Isabel Durán tenían un programa semanal en IB3. Y Bartolomé Beltrán, amigo y asesor de Matas, fue un referente de la programación. Beltrán figura en el sumario del caso Palma Arena por compras de obras de arte para él. El ex presidente balear generó un polo político-periodístico alrededor del PP y Pedro J. en la Costa de los Pinos, con torneos de pádel y tertulias en el golf de S'Era de Pula de Romeo Sala, regado con subvenciones de más de 4 millones al año.
Fue gentil con las amistades y hostil con todo el que no se mostró adicto. Lo explican empresarios turísticos, del transporte, editores críticos. Matas les leía la cartilla en actos públicos. A un ex presidente de la caja de ahorros Sa Nostra le montó desde el PP una campaña de derribo. Cuatro de los cuestionados han explicado su caso a este diario. Uno se sintió amenazado en un acto público en Berlín. Otro, ofendido, le plantó en su despacho. Otros dos detallan que Matas solía tirar de carpetas para recordar reproches. Ahora tendrá que buscarse la vida. Paga dos hipotecas en Mallorca, un alquiler en Madrid, los intereses del crédito de la fianza, dos abogados. No tiene sueldo desde que, imputado y sin pasaporte, tuvo que dejar su trabajo de asesor en la consultora PriceWaterhouseCoopers en Nueva York." (El País, ed. Galicia, España, 12/04/2010, p. 12)
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