Roma, 28 de octubre 1977. Encuentro con Kissinger en el Excelsior. Están Levi, Vittorelli, los dos Zevi, Romeo... (...) Al final, al oído, me dice:
-Lo malo con los italianos es que, cuanto más se habla con ellos, menos se entiende cómo están las cosas. Dígame. ¿Usted cree en el eurocomunismo?.
-No.
-¿Y los democristianos creen?
-No.
-¿Y entonces cuál es su plan?
-Corromper a los comunistas.
-¿Lo lograrán?
-Es posible. De todos modos, no saben hacer otra cosa.
Kissinger me sonríe con gratitud: "Finalmente alguna idea clara". (El País, ed. Galicia, Cultura, 26/04/2009, p. 46)
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