Un estudio del año pasado de Unicef y la ONG suiza Terre des Hommes (TDH) afirma que la mala regulación propiciaba la venta, secuestro y tráfico de niños, y que florecía una industria en la que "se tiene más en cuenta el beneficio económico que el bienestar de los menores". Los padres adoptivos pagaban hasta 25.000 dólares (unos 20.000 euros) por niño. El director de un centro reconoce que muchas veces se engaña "a la gente pobre de las áreas rurales diciéndoles que llevarán a sus hijos a un internado en Katmandú, y luego son dados en adopción a extranjeros". Siete de cada nueve progenitores firmaron la carta en la que cedían a sus hijos sin entenderla, dice el informe.
Unicef y TDH no aclaran qué porcentaje de niños llevados a España estaba en esta situación, pero sí que "las irregularidades no son extrañas". Hasta el 80% de los pequeños podrían haberse quedado en Nepal "y ser reunidos con familiares", dice el delegado de TDH, Joseph L. Aguettant.
España es el país que más nepaleses ha adoptado desde 2000 (681 de los 2.314 entregados). De ellos, unos 170 llegaron el año pasado. Fuentes de la Embajada de España en Nueva Delhi aseguran que su papel ha sido dar el pasaporte para los niños si los documentos están en orden.
Los españoles consultados por este diario dicen que sabían que sus hijos adoptivos tenían padres biológicos, pero que en Nepal hay familias tan pobres que creen que sus hijos estarán mejor en el extranjero. "Mi hija es suficientemente grande para expresar sus deseos y quería ser adoptada: su madre acababa de enviudar y no podía mantener a todos sus hijos", dice José Luis (nombre supuesto). María (otro apodo) cuenta que conoció a los padres de su hija cuando fueron al Ministerio de Justicia para corroborar por segunda vez que querían dar en adopción a la niña. "Era una familia pobre que estaba relativamente contenta y tranquila de que la cría pudiera seguir adelante en mejores condiciones. Todo ha sido transparente", dice. Los españoles consultados coinciden en la rectitud del proceso. También en que lo ideal es que los padres biológicos pudieran quedarse con sus hijos, pero que eso es "utópico" en un país tan pobre.
Pero los defensores de los derechos del niño opinan lo contrario: "Es muy arrogante pensar que sólo porque somos más ricos vamos a dar un futuro mejor. Los niños siempre estarán mejor con su familia y, si no, en su país. No nos oponemos a la adopción internacional, pero debe ser el último recurso", dice el representante de TDH. Coincide la representante de Unicef en Nepal, Joanne Doucet. (...)Mientras tanto, en los centros infantiles y orfanatos de Nepal hay unos 15.000 niños, de los cuales muchos tienen padres y llegaron ahí por fraude o coerción. Las irregularidades se multiplicaron a partir de 2000, cuando un orfanato perdió el monopolio y sus trabajadores "crearon sus propios centros de menores como negocio", dice el encargado de TDH. En estos lugares los niños viven en pésimas condiciones. (...)
Dar niños en adopción a extranjeros es un buen negocio para los orfanatos nepaleses. Según las conservadoras cifras de Unicef y la ONG suiza TDH, estas prácticas reportaron a los centros unos dos millones de dólares (1,5 millones de euros) sólo en 2006. Y podría ser mucho más, porque los centros presionaban a los adoptantes a dar más dinero después de que se encariñaran con el niño." (El País, ed. Galicia, Sociedad, 03/03/2009, p. 35)
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