Me dijeron que me habían quitado un riñón". Así contó a los medios Mohammed Salim, una de las víctimas, el modo de operar de la red de tráfico de órganos más grandes que ha sido desmantelada en India.
"Los clientes eran indios ricos, pero también gente de Líbano, Dubai, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Arabia Saudí y Grecia", según el comisario de la policía, Mahender Lal. Esta semana, cuando se descubrió la organización delictiva, dos estadounidenses y tres griegos esperaban por un riñón nuevo.
Sin embargo, el cabecilla del grupo, el cirujano Santosh Raut, con un pasaporte bajo el nombre de Amit Kumar, logró escapar a pesar de que ya había sido acusado en los noventa de tráfico de órganos en Bombay, la capital financiera del subcontinente. Por las dimensiones del caso, varios hospitales y muchos más médicos podrían estar implicados, según fuentes cercanas a la investigación.
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