6.11.23

Pelotazo urbanístico en un batzoki: Algorta construirá 14 viviendas en la sede del PNV

"En la fachada del batzoki de Algorta (Getxo), la gran “casa”, bar y restaurante de los simpatizantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) de este barrio, siempre ha colgado un cartel que recogía el título de un poema de Gabriel Aresti en euskera: “Nire aitaren etxea defendatuko dut” (Defenderé la casa de mi padre). Alguien, hace unos años, añadió, a modo de grafiti, una apostilla que rezaba: “Más te vale, al precio que están”. En ese mismo suelo se construirán 14 viviendas libres —que pueden ser negociadas en el mercado al no ser objeto de ningún régimen de protección oficial o pública—. La operación urbanística, comandada por el Equipo del Gobierno de Getxo (formado por el PNV y el PSE-EE), ha sido calificada por EH Bildu como posible “pelotazo urbanístico”.

El patio del batzoki de Algorta es particular. Hasta ahora, el PNV se lo ha cedido a los alrededor de 100 alumnos de primaria del colegio Juan Bautista Zabala para que jueguen, pues su zona de recreo es muy pequeña. La Asociación de Madres y Padres ha solicitado en varias ocasiones mejoras en la condiciones de sus pequeños, pero el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha ido dilatando la gestión. Parece que, aunque es particular, cuando llueve se moja, como los demás.

El plan urbanístico

Con la dilatación en la toma de decisiones, el Ayuntamiento del municipio ha llegado a una solución que no agrada al vecindario, tampoco a las madres y los padres de los alumnos del colegio Juan Bautista Zabala. También levanta suspicacias y es cuestionada por la oposición política. Esa solución se da a través del Plan General de Ordenación Urbana de Getxo (PGOU), que permitiría construir viviendas residenciales en el solar del propio batzoki de Algorta. Su aprobación se dio con los votos de los jeltzales y los socialistas, contó con la abstención del PP y la negativa de EH Bildu y Elkarrekin Podemos.

El nuevo PGOU permitirá edificar en el amplio espacio que incluye un edificio de tres alturas, donde hubo aulas, además de otra casita con más espacio en la parte trasera y el patio donde corren los alumnos habitualmente. En general, la aprobación del nuevo plan urbano hace posible el plan de construcción de 4.601 nuevas viviendas. Aunque la mayoría serán “protegidas” —3.089—, las 14 que se levantarán en suelo del batzoki no lo estarán.

La Asociación de Madres y Padres piensan que tras acometer el PGOU será más reducido aún el patio de recreo de sus hijas e hijos. Temen también que si habilitan aulas en el patio, “se quede así para siempre”, tal y como sucedió en el Colegio Público Zipiriñe de Sopela, donde aún hay pabellones provisionales habilitados como aulas desde hace dos años.

La operación urbanística en torno al patio del batzoki contempla un acceso para vehículos a planta sótano. Este parking subterráneo tampoco convence a los vecinos, quienes recuerdan que el parking de San Nicolás no ha calado desde su inauguración en 2013 y continúa con solo una veintena de plazas adjudicadas de un total de 103.
Batzokis: sospechosos habituales

En los batzokis de Bizkaia sirven cafés, pintxos de tortilla, menús del día y se lee el Deia. Allí se reúnen a jugar la partida viejos amigos unidos por un hilo rojo, verde y blanco: los colores del Partido, en paralelo a los de la ikurriña. Nadie pide el carné ni comprueba los apellidos, pero todo el mundo sabe que allí, concretamente en el de la calle Correo de Bilbao, se alzó por primera vez la bandera que luego sería de todos los vascos, y nació el Partido Nacionalista Vasco de la mano de Sabino Arana. Ahora en esos lugares de encuentro (de batu, 'reunir' y toki, 'lugar', batzoki) son investigados por el Tribunal de Cuentas y vuelan cheques.

Concretamente, las operaciones urbanísticas en torno a algunos batzokis han sido objeto de investigación y reproche del Tribunal de Cuentas. En septiembre del 2013, el PNV celebró la reapertura del batzoki de Barakaldo. Cinco años antes, la sede del partido ubicada en el paseo de Los Fueros fue edificada gracias a un acuerdo entre el PNV y la constructora Constxus Promociones. La empresa construyó pisos de lujo en el inmueble histórico, conservando la fachada de 1932, para su explotación, mientras los jeltzales obtuvieron los bajos para uso político.

En este caso, el Tribunal de Cuentas advirtió que “el PNV no registró (ni declaró) en su contabilidad unos ingresos de 4,9 millones derivados de una extraña y lucrativa permuta sobre una extensa finca”. Los nacionalistas vascos respondieron que no habían “cometido ningún delito de financiación ilegal ni de ninguna otra naturaleza”. Y todo se quedó ahí.

Ese mismo año, en 2013, el diario El Mundo desveló que la constructora Sacyr entregó 13.000 euros en 19 cheques a una sociedad mercantil propiedad del PNV: Landaburu Etxea, controlada por el propio partido con poco nivel de transparencia, según se hicieron eco publicaciones especializadas. Estos ingresos contravienen la Ley de Financiación de Partidos Políticos, que entre otros aspectos prohíbe a las formaciones recibir donaciones de empresas adjudicataria de contratos públicos, como es el caso de la constructora, y desde luego, no permite que esos ingresos se canalicen por medio de sociedades interpuestas.

Los movimientos bancarios formaban parte de un acuerdo alcanzado entre Sacyr y Landaburu Etxea en el marco de la compra de una parcela en propiedad del PNV en Llodio. La operación estaba impulsada, de nuevo, por el plan de reordenación urbanística del Consistorio que incluía la demolición de varios inmuebles, entre ellos el batzoki, con el objetivo de urbanizar la zona y levantar una promoción de viviendas. El nuevo plan fue la excusa perfecta.

Dos años después, en 2015, el diputado vizcaíno de Promoción Económica, Imanol Pradales, se desprendió de sus acciones en Sacyr, momento en que la Diputación penalizó a la constructora por abandonar unas obras públicas. Por otra parte, Landaburu Etxea estuvo administrada por Alfredo De Miguel, condenado en 2019 por el caso de comisiones ilegales del denominado caso De Miguel. El propio Alfredo De Miguel utilizó Landaburu Etxea para acometer la compra y reforma del edificio que alberga la sede del PNV en Gasteiz mientras era el partido quien figuraba como titular de la empresa.

Para más inri, el Tribunal de Cuentas ya había puesto bajo su lupa otras operaciones inmobiliarias del Consejo del Bizkai Buru Batzar del PNV en 2011 negociadas con un promotor en las localidades de Arrigorriaga, Elorrio y Dima. El PNV llegó a incumplir la normativa sobre donaciones anónimas en el marco de su campaña de financiación de las obras de Sabin Etxea, sede central del partido. Entre el 12 al 20 de enero de 1993, ingresó en una cuenta 54 aportaciones en efectivo por un total de 150 millones de pesetas en las que no se identificó a ninguno de los impositores.

Gran parte de las anotaciones de ingreso en la cuenta Donativos Sabin Etxea correspondían a cantidades inferiores o próximas a 500.000 pesetas así como 78 ingresos por importes iguales o superiores a un millón de pesetas, casi la mitad del saldo de la cuenta de donativos para el PNV durante aquel ejercicio. El saldo de la cuenta del total de donativos y aportaciones ingresados en la sede central del PNV, por entonces en la calle Elcano de Bilbao, ascendía a 343.861.127 pesetas (algo más de dos millones de euros). La construcción de Sabin Etxea costó más de 10 millones de euros. Un estudio atribuye a la sede del PNV un valor residencial algo superior a los 12 millones de euros, la segunda sede de mayor valor detrás de la del PP en Génova (Madrid).
Actividades mercantiles de los batzokis

Las actividades mercantiles desarrolladas en los batzokis han estado en el punto de mira del Tribunal de Cuentas por no ajustarse a la normativa de financiación de partidos y por la falta de transparencia sobre este tipo de contabilidad. En concreto, el Tribunal se refiere a “los ingresos que la formación obtiene de la explotación de su patrimonio inmobiliario mediante la realización por terceros de actividades de restauración en locales de su propiedad”, “así como los ingresos procedentes de las máquinas recreativas que se ubican en dichos locales”. Esto es, lo que ocurre en Getxo no es ninguna novedad, sino una norma establecida desde hace décadas.

Los lugares de encuentro de militantes del PNV están gestionados por Batzokia S.L., la empresa mercantil que impone las condiciones de arrendamiento de los mismos. Como proveedor de una buena parte de las sedes del PNV (más de 30) ejerce la sociedad Baibatzokia, creada en su día por Aitor Elizegi, expresidente del Athletic Club de Bilbao. Y el negocio es bastante rentable. Solo las máquinas recreativas (conocidas como tragaperras) instaladas en la mayor parte de los 200 batzokis contribuyeron con casi 5 millones de euros a las cuentas del PNV en 2013.

No es baladí. Fuera del alcance del Tribunal de Cuentas se encuentran las operaciones en torno a los batzokis del Ipar Buru Batzar (el gobierno del partido en Iparralde). Niko Mendizabal ejerce de administrador de estos batzokis y a su vez, como tesorero del partido. Su difunto hermano estuvo ligado al caso Tragaperras, la supuesta trama de financiación ilegal del PNV a través de la venta de licencias de máquinas de juego, fue asociado con un testaferro del magnate Silvio Berlusconi: el testaferro tenía una empresa en el mismo lugar que Mikel Mendizabal, según desvelaron los Papeles de Panamá.

También protagonizó un affaire en otro municipio, Bakio, junto a un exalcalde condenado por corrupción en 2017. Ese mismo exalcalde y los consejeros de una constructora, mimada por el consistorio y en la que trabajaba un exsecretario del Euzkadi Buru Batzar, crearon una sociedad para hacer una operación de compra-venta con un local que después albergó la sede del nuevo batzoki de Bakio.

Las cuentas de las organizaciones locales del PNV siempre han estado fuera del alcance del organismo fiscalizador. Pese a ello, el Tribunal de Cuentas detectó en 2012 que el PNV había ocultado de sus balances oficiales 357 cuentas corrientes de batzokis y Juntas Municipales, depósitos y fondos de inversión por importe de 3,1 millones de euros.

Que se despreocupe Aresti. La casa del padre está muy bien defendida: todo son sombras sobre las fachadas de los batzokis. "                       (Ahoztar Zelaieta , Luis Miguel Barcenilla , El Salto, 16/11/22)

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