"Lo comentan en la Fiscalía Anticorrupción. Manuel García Castellón, el titular del juzgado nº 6 de la Audiencia Nacional, ha trazado una “línea roja” en el sumario del Caso Villarejo para proteger a la cúpula del PP.
Ha vuelto a negar la comparecencia de María Dolores de Cospedal, la antigua secretaria general del Partido Popular, en la sede de su juzgado, esta vez para declarar en calidad de testigo en la pieza separada 36 de la causa que instruye contra el excomisario de policía. Las acusaciones insisten en pedir que atestigüen los altos cargos populares de la época, incluido su presidente, Mariano Rajoy. Pero el magistrado se niega.
En la pieza 36 del sumario del Caso Villarejo, García Castellón investiga un posible chantaje al que fue abogado de Luis Bárcenas, Javier Gómez de Liaño, para impedir que el extesorero del PP revelase en el tribunal los detalles de la financiación irregular del partido. No es la primera vez que el juez rechaza relacionar a Cospedal con las causas que investiga. Ya la exculpó en el asunto del espionaje a Bárcenas con fondos reservados y el caso es que el magistrado no quiere implicar a nadie que haya pisado la moqueta de Génova en calidad de dirigente.
Todo lo más acepta llamar como testigo a un abogado que mantiene estrechas relaciones en la zona noble de la sede del PP. Se trata de Javier Iglesias Redondo, alias “el Largo”, quien, según testimonio de Bárcenas, le visitó en la cárcel para ofrecerle, en nombre del Gobierno de Rajoy, la destitución del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de las fiscales de Gürtel, y el archivo de la causa para su mujer, si no testimoniaba sobre la existencia de una caja B en el partido.
García Castellón rechaza el resto de comparecencias que había solicitado al juez. Y es que el magistrado no se encuentra muy cómodo con la investigación de este asunto. Ya lo intentó cerrar con la oposición del fiscal anticorrupción pero sus superiores de la sala de lo penal le obligaron a su reapertura. No tuvo más remedio que llamar como perjudicado a Gómez de Liaño a quien, por cierto, le profesa cierta enemistad.
El exjuez y ahora abogado en ejercicio le insistió en que, en una de las grabaciones que obran en el sumario, uno de los imputados menciona a un exabogado del Estado próximo a Dolores de Cospedal como el inductor de las presiones que se llevaron a cabo con el fin de que la documentación que demuestra la financiación irregular del Partido Popular no llegara a la prensa.
En esta pieza separada del Caso Villarejo, hay tres imputados. Los tres están vinculados al PP de Andalucía y aparecen en unos audios que se obtuvieron a raíz del registro en el domicilio de unos narcotraficantes en Marbella. Los audios están adjuntos a unos correos que le fueron enviados a Gómez de Liaño quien había defendido, en su día, a uno de esos narcotraficantes. El juzgado de Marbella decidió que ese asunto no era competencia suya y lo trasladó a la Audiencia Nacional.
Fiel a su línea de meterse lo menos posible en líos, Manuel García Castellón llevó a cabo unas diligencias que se podrían calificar de trámite. Inculpó a las tres personas que se mencionan en los audios adjuntos a los correos y quiso cerrar la pieza lo antes posible, sin deducir otros testimonios que habían solicitado los fiscales del caso, Miguel Serrano y César de Rivas. Estos creen que hay dirigentes populares nacionales implicados, pero antes de dar pasos en falso quieren conocer los testimonios de las personas en las que existe la sospecha de que intentaron chantajear a Gómez de Liaño y al mismísimo Luis Bárcenas. La visita a la cárcel de “El Largo” es, cuanto menos, significativa.
Pero el juez no es muy partidario de tirar de la manta y quiere
cerrar el asunto lo antes posible. Empezar a llamar a dirigentes del PP
no forma parte de su estilo. Ya lo ha hecho en más de una ocasión y lo
seguirá haciendo, en esta y en sucesivas causas. Ha trazado una línea
roja para proteger a la cúpula del Partido Popular y no va a dejar que
nadie traspase ese límite. Y aquí, vuelta al argumento de siempre:
García Castellón fue premiado por Aznar con uno de los destinos más
rutilantes al que puede aspirar un juez. Magistrado de enlace, primero
en Francia y posteriormente en Italia. Una vez transcurrido el “exilio
dorado”, Manuel García Castellón insistió mucho en volver a la Audiencia
Nacional. Hay quien asegura que se lo pidieron en Génova con el
propósito de impedir la deriva judicial que estaba produciendo el Caso
Gürtel y otros de semejante naturaleza. " (Ernesto Carratalá, Diario16, 10/06/23)
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