16.6.23

Berlusconi: En medio de una gran cruzada nacional contra la corrupción, el más notable de los corruptores ganaba las elecciones con un inteligente discurso antipolítico... Los fiscales de Mani Pulite iban detrás suyo, sospechaban de una conexión financiera con la Mafia siciliana a través de su amigo Marcello Dell’Utri... se presentó a las elecciones para llenar el gran vacío que dejaba la Democracia Cristiana y para evitar la prisión. Ambos objetivos fueron conseguidos

 "(...) Después de construir el barrio residencial Milano-2, un complejo para las nuevas clases medias del ‘Milano da bere’, con muchas áreas verdes y poco tráfico, el empresario Berlusconi empieza a comprar emisoras locales de televisión, que proliferan por el país gracias a una legislación ambigua. Pequeñas televisiones dedicadas a la captación de publicidad local que destacan por el tarot, la teletienda y las películas eróticas de media noche. Expliquémoslo bien. La idea empezó con Milano-2. Una vez acabada la urbanización, unos empresarios milaneses ofrecieron al promotor un servicio interno de televisión por cable que emitía películas. Una televisión exclusiva del complejo residencial. Al ver que el negocio funcionaba, Berlusconi lo compró y al cabo de unos meses empezó a emitir para toda la ciudad de Milán. Después compró más emisoras locales y las federó en un canal denominado Canale 5. Otros empresarios estaban intentando hacer lo mismo, pero Canale 5 los superó. Un día Canale 5 empezó a emitir en cadena. Tenía Craxi al lado. El primer ministro Craxi dio un golpe de mano decisivo a su aliado con dos decretos del 1984 y 1985, que eliminaban los obstáculos políticos para el nacimiento de un nuevo holding de la televisión privada en Italia, capaz de competir de tú a tú con la poderosa RAI, una de las televisiones públicas más fuertes de Europa, concebida después de la Segunda Guerra Mundial como gran herramienta de nacionalización de una Italia todavía muy fragmentada. La moderna nación italiana tiene tres pilares: la escuela pública, donde se enseña la lengua italiana, sin hacer escarnio de los dialectos; la radio-televisión, que crea comunidad nacional, y el made in Italy, una prestigiosa marca internacional que nadie quiere romper, ni los más tontos de la Liga Norte.

 La caída en desgracia de Craxi, dejó Berlusconi a la intemperie y entonces decidió bajar a la arena política. Los fiscales de Mani Pulite iban detrás suyo, sospechaban de una conexión financiera con la Mafia siciliana a través de su amigo Marcello Dell’Utri, consejero personal durante años. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Berlusconi se presentó a las elecciones para llenar el gran vacío que dejaba la Democracia Cristiana y para evitar la prisión. Ambos objetivos fueron conseguidos. En medio de una gran cruzada nacional contra la corrupción, el más notable de los corruptores ganaba las elecciones con un inteligente discurso antipolítico. ‘Si queremos que todo quede igual, todo tendrá que cambiar’.

Han pasado más de treinta años. Berlusconi ha superado 17 procesos judiciales. Ha sido condenado tres veces, sin ir nunca a prisión. Su primer gobierno duró poco. Acostumbrado a comprar todo lo que desea, intentó comprar diputados de la Liga Norte y Bossi rompió para proteger su partido, entonces en fase ascendente. Ganó entonces la coalición de centro-izquierda El Olivo, una agrupación de católicos progresistas y excomunistas liderada por Romano Prodi. Cosas de Italia; gente que se había combatido durante años, ahora reunida en una coalición contra el oligarca. (...)

Cuando en agosto del 2011, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, le envió una carta exigiendo fuertes recortes del gasto en Italia para poder hacer frente a la crisis de la deuda pública en el sur de Europa –la misma carta que recibió José Luis Rodríguez Zapatero-, Berlusconi no quiso obedecer. Zapatero recortó, modificó la Constitución (artículo 135), atrasó lo que pudo la modificación de la legislación laboral y finalmente perdió las elecciones tal y como estaba escrito en las estrellas. Berlusconi amenazó con poner en marcha una campaña antialemana en Italia. En Bruselas se encendieron todas las alarmas. El mes de noviembre del 2011 descubrió que le faltaban votos en el Senado. Se vio obligado a presentar la dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, que puso en marcha un gobierno de unidad nacional de perfil tecnocrático encabezado por el economista Mario Monti. Así murió políticamente el Gran Vendedor. Lo liquidó un excomunista de más de ochenta años, el único dirigente del PCI que estaba autorizado a viajar a los Estados Unidos durante la guerra fría.

 Berlusconi quedó en segundo plan, ensombrecido por el escándalo de las fiestas con chicas jóvenes en Cerdeña. Fue condenado a tres años de inhabilitación por el soborno de tres senadores (los que hicieron caer a Prodi). Aparentemente fuera de juego, ha intentado resistir hasta el final al frente de Forza Italia, rodeado de una pequeña corte de los milagros en la que su última novia, Marta Fascina, hacía y deshacía. Sus dos últimas pasiones: la red Tik Tok y la creencia que Rusia lanzará un misil atómico sobre Londres.

Berlusconi ha muerto. Deja el primer grupo de televisión comercial de Europa y un país tenso y desorientado en manos de la extrema derecha. El emperador económico de Italia no supo sustituir la Democracia Cristiana, posiblemente insustituible. Tengámoslo claro: antes de Trump, vino él. Italia lo inventa todo."                  (Enric Juliana, La Vanguardia, 12/06/23)

No hay comentarios: