"Francisco Barrueco (Santander, 1963) es uno de los
funcionarios de la Consejería de Transportes que denunció en 2013, como
representante de los trabajadores públicos del área, las sospechas de irregularidades que los directores de obra manifestaron acerca de la cláusula del 1% para
publicidad, con la indicación concreta de con qué empresas había que
contratarla.
Los gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González
incluyeron esta cláusula en decenas de contratos públicos y ahora la
Audiencia Nacional investiga si el dinero se desvió para pagar campañas
del PP.
La Junta de Personal, como adelantó
eldiario.es el pasado septiembre, lo denunció primero por escrito y
después en una reunión con el actual concejal de Medio Ambiente del
Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, entonces viceconsejero de la
Consejería de Transportes. "Borja Carabante fue clave en la gestión de
la cláusula del 1%, es imposible hablar del 1% en los contratos de la
Consejería de Transportes sin tener en cuenta su papel", asegura el
trabajador público.
Barrueco explica que se trataba de un procedimiento
"extraño" y que la cláusula se incluyó "en absolutamente todos los
contratos". A su juicio, se trataba de una instrucción "de arriba" dado
que la redacción de la cláusula era idéntica en todos los contratos. "Si
la redacción de la cláusula es igual en la Consejería de Transportes y
en la Consejería de Sanidad, ¿quién puede dar órdenes a un consejero?".
¿Le ha sorprendido la lista que se ha hecho pública con los 200 contratos que incluyeron la cláusula del 1% en proyectos de la Consejería de Transportes?
No
me ha sorprendido porque yo ya tenía noticias de que desde 2007 se dio
la orden de que incluyeran en todos los pliegos de cláusulas
administrativas la cláusula del 1% para difusión de las obras. Con lo
cual daba por hecho que todas las obras entre el 2007 y el 2013 incluían
esa cláusula y pueden ser 200 como 300.
¿Sabe dónde partió la idea de incluir la cláusula?
No
lo sé. A mí se me dijo por los pasillos que en 2007 el consejero Manuel
Lamela llegó desde la Puerta del Sol con instrucciones de incluir esa
cláusula en todos los contratos, que además la traía escrita. Por eso
está igual redactada en todas las direcciones generales, en los
proyectos de Transportes y en los de Sanidad. Lamela vino desde la
Puerta del Sol con la orden de incluirla en todos los contratos,
absolutamente en todos: de obras, de servicios... Pero no lo sé de
primera mano, a mí eso me lo han dicho.
Entonces cree que eran órdenes de arriba.
Si
la redacción de la cláusula es igual en la Consejería de Transportes y
en la Consejería de Sanidad, eso demuestra que la instrucción no era
responsabilidad ni del consejero de Transportes ni del consejero de
Sanidad, sino que era de alguien de arriba y con poder para dar a los
dos consejeros la misma orden. Si son órdenes dadas a ambos por igual,
¿quién puede dar órdenes a un consejero?
¿Esperanza Aguirre?
A un consejero solo pueden darle órdenes desde la Puerta del Sol.
Hablaba
de que la cláusula del 1% estaba en todo tipo de contratos, y en el
listado que se ha publicado puede verse que se incluyó también en los de
limpieza o de renting de vehículos. En eldiario.es además se publicó que la cláusula aparece en uno de redacción de proyectos, ¿tiene sentido?
Obviamente
no, no tiene sentido ninguno. Hasta en un contrato de limpieza y
ratización se incluye una cláusula de difusión. Es absurdo. Lo que
ocurre es que si desde arriba te dicen que en todos los pliegos hay que
incluir esa cláusula, se incluye.
Como
representante de la Junta de Personal denunció por escrito en 2013 las
quejas que varios funcionarios compañeros les manifestaron sobre la
cláusula del 1%, entonces ni siquiera se investigaba en la Audiencia
Nacional. ¿En qué consistieron aquellas sospechas?
La
Junta de Personal como órgano colegiado de representación del
funcionariado recibió, y además con la petición de que mantuviéramos la
confidencialidad de los denunciantes porque parece ser que había
bastante miedo, la inquietud de muchos funcionarios por lo que era un
procedimiento ajeno y extraño. En la administración, el pago más nimio e
insignificante tiene un montón de trámites, un montón de firmas y un
montón de papeles y de justificantes.
En cambio, en este caso los
compañeros nos transmitían que un asesor de Borja Carabante, primero
como director general y luego como viceconsejero de Transportes, citaba
en su despacho a los ingenieros directores de las obras y les entregaba
una factura con los supuestos gastos de publicidad y les decía:
"Pasárselo al contratista y que lo pague". Esto es una forma de actuar
que repugna a cualquier funcionario de la administración. Las cosas no
se pagan así.
Eso les extrañaba.
Claro.
Ellos vinieron a nosotros como órgano colegiado de representación de
los funcionarios con esta inquietud. Pero ahora visto con la distancia
creo que cometimos un error. Lo que hicimos fue un poco con mentalidad
de funcionario, que es confiar en la jerarquía y ponerlo en conocimiento
del superior de la Consejería, que en ese caso era el consejero Pablo
Cavero. Después de lo vivido, hoy pienso que deberíamos haber ido
directamente a la Fiscalía Anticorrupción. Creímos que habíamos cumplido
con nuestra obligación. Pero de alguna manera informamos a los lobos de
que estaban desapareciendo corderos.
En
aquel momento, las críticas eran por el despilfarro de dinero público
para autobombo. Lo que se investiga ahora es el desvío de fondos para
campañas del PP. Es un salto en la gravedad de los hechos. ¿Sospecharon
algo?
En la administración, en obra pública,
siempre se ha invertido dinero en inauguraciones, en primeras piedras,
en folletos, en información... En los años en que ocurrió esto, en plena
crisis, era incómodo presenciar este tipo de gasto, pero creo que en el
fondo no era un problema ni de despilfarro ni de autobombo, sino que el
procedimiento era extraordinariamente sospechoso.
Lo auténticamente
extraño era que Arturo Rodríguez Escribano, asesor de Borja Carabante,
citara a funcionarios, ingenieros, directores de obra a su despacho y de
forma, por cierto, bastante autoritaria y desagradable, les tirara
encima de la mesa una factura y les dijera "que tu contratista la
pague". Igual hay que ser funcionario para entenderlo, pero va en contra
del funcionamiento de la administración. En aquel momento, aunque todos
podíamos tener nuestra opinión, el fondo del asunto realmente era de
inquietud, porque las cosas no se hacen así.
¿Cómo se dieron cuenta que se podía tratar de una irregularidad?
Por
definición, las facturas en la administración no hay un señor que te
llame a tu despacho y te diga "toma que paguen esto". Esto es un
procedimiento mucho más burocrático. Cualquier pago, por minúsculo que
sea, lleva un procedimiento, una revisión, una intervención, lleva una
contabilización. Es aberrante que alguien llame a un funcionario, le
tire la factura y diga: "que paguen esto".
Esa
denuncia por escrito derivó en una reunión con el entonces
viceconsejero del área y actual concejal en el Ayuntamiento de Madrid,
Borja Carabante. ¿Qué se les dijo en aquella reunión?
Fue
una reunión muy extraña porque, según nos sentamos, el señor Carabante
se puso muy nervioso. Empezó con reproches. A mí no se me olvida aunque
han pasado muchos años, que empezó diciendo "es que la junta de personal
no tiene otra cosa de qué ocuparse, ¿no tenéis otra cosa de la que
preocuparos?". Para empezar, la Junta de personal, como cualquier órgano
de representación, se ocupa de lo que cree conveniente, no es el
viceconsejero quien decide de qué tenemos que ocuparnos y de que no. Y
en este asunto, por diversos motivos, entre ellos el uso correcto del
dinero público o el buen nombre de los funcionarios que representamos,
nos pareció que era competencia de la Junta de personal.
Después
de estos reproches, Carabante empezó a a negar que hubiera ningún tipo
de irregularidad y apenas nos dejó exponer el caso. Fue una reunión muy
desagradable. Con el tiempo acabas entendiendo que los nervios estaban
justificados. Porque acabó sin ningún tipo de diálogo y curiosamente nos
llegó la noticia de que esa práctica del 1% para gastos de difusión
dejó de aplicarse en la Consejería.
¿Cuál cree que era el papel de Carabante?
En
tanto en la etapa de Borja Carabante como director general de
Carreteras, como en la posterior de viceconsejero de Transportes, puedo
afirmar que fue una persona clave en la gestión de la cláusula del 1%
que estamos tratando. Es imposible hablar del 1% en los contratos de la
Consejería de Transportes sin tener en cuenta el papel de Borja
Carabante.
¿Por encima del consejero?
Tampoco
tengo claro cómo funciona la cúpula de la Consejería, pero a pie de
oficina tenemos la impresión de que mientras que el consejero es un
cargo absolutamente político y representativo, el trabajo interno de la
Consejería está más en manos del viceconsejero. Siempre. Pero no lo digo
por esa forma genérica de trabajo, sino porque la persona encargada de
repartir esas facturas, era asesor primero de Borja Carabante como
director general y luego como viceconsejero. No era un asesor del
gabinete del consejero, sino que era estrictamente un asesor de
Carabante el que hacía todo.
¿Los funcionarios tuvieron trato con las empresas de publicidad?
No.
Siempre en obra pública se han podido imprimir folletos anunciando, por
ejemplo, un desvío de tráfico o una campaña de seguridad vial o una
inauguración. Pero si el contratista estaba obligado a pagar ese acto de
inauguración, era el contratista el que decidía cuál era la empresa de
eventos que le daba mejor precio o mejor servicio, es decir, ellos
decidían con quien trabajaban. Pero lo que se hacía aquí era que se
llevaban las facturas como si el trabajo ya estuviera hecho, sin que
estas empresas supieran si realmente los folletos se habían impreso y si
esa campaña de difusión se ha llevado adelante.
Decía que tras la reunión con Carabante la cláusula desapareció.
Igual
que he dicho antes, que lamento no haber reaccionado correctamente y no
haberle enviado las sospechas a la Fiscalía, por otro lado, si me queda
la satisfacción de que al menos el toque de atención de la Junta de
personal sí sirvió para suspender una práctica que a todas luces cada
vez no era correcta. Le queda a uno la satisfacción del deber cumplido."
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