"Rifaat el
Asad, conocido como el 'carnicero de Hama' por la represión en los
ochenta en el país árabe, es investigado junto a otras 13 personas de su
entorno
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha procesado este viernes al exvicepresidente sirio Rifaat el Asad,
tío del actual presidente del país, Bachar el Asad, y a otras 13
personas, entre ellas sus dos esposas y ocho hijos, por crear una
compleja trama societaria a través de la que blanqueó 695 millones de
euros en España mediante la compra de inmuebles.
El magistrado considera
que Rifaat el Asad, de 82 años, lleva desde los años ochenta lavando en
Europa, principalmente Francia y Reino Unido, fondos procedentes tanto
del saqueo de las arcas del Estado sirio como del contrabando ilegal de
piezas arqueológicas, del control de plantaciones de cannabis en Siria y
Líbano, y de la extorsión a través de las milicias bajo su control
mientras estuvo en el Gobierno.
Rifaat el Asad, conocido como El Carnicero de Hama por estar detrás de la represión en esta ciudad siria en los años ochenta,
cuando era responsable de la seguridad del régimen, abandonó el país en
1984, entre luchas internas por suceder a Hafez el Asad, entonces
presidente y padre del actual mandatario sirio. Según destaca el auto
judicial, Rifaat el Asad acordó entonces con su hermano esquilmar las
arcas públicas para llevarse al exilio alrededor de 300 millones de
dólares (unos 270 millones de euros actuales). De ellos, 200 millones
fueron incluidos en gastos de Presidencia de los presupuestos oficiales
sirios, mientras que los otros 100 millones salieron de un préstamo
concedido por Libia al Estado sirio.
A esta fortuna, Rifaat el Asad sumó las ingentes ganancias que, según
destaca el juez De la Mata, acaparó durante la década anterior mediante
diversas actividades ilícitas, entre ellas el expolio en régimen de
“monopolio” de la riqueza arqueológica de Siria, cuyas piezas exportaba a
través de un puerto deportivo que controlaba en la ciudad de Latakia,
en la costa mediterránea. El relato judicial también destaca que
controlaba las plantaciones de cannabis tanto en Siria como en el
fronterizo valle de la Bekaa, ya en Líbano. A través del grupo
paramilitar Shabisha y de las milicias denominadas Brigadas de
Defensa, que gozaban de total impunidad para amenazar, secuestrar y
extorsionar, se hizo con un importante patrimonio en su país, incluida
la usurpación de un inmueble en el centro de la capital, Damasco.
Tras abandonar Siria, Rifaat el Asad se afincó en Francia, donde
adquirió propiedades por un valor superior a los 90 millones de euros.
En el Reino Unido se hizo con una mansión de tres plantas y 65
habitaciones construida sobre un terreno de 4,5 hectáreas que es la
residencia privada más grande del país, solo superada por el palacio de
Buckingham. La investigación también ha desvelado “múltiples indicios”
de que el exdirigente sirio tiene otras propiedades en paraísos fiscales
y territorios opacos como Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey.
En España, las primeras adquisiciones del tío del actual presidente
de Siria se sitúan en 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a
través de una sociedad gibraltareña. No fueron las últimas. A lo largo
de los años continuó invirtiendo en inmuebles y negocios —entre ellos
varios restaurantes— en la provincia de Málaga, especialmente en puntos
estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís (7.900
habitantes) adquirió una finca de 3.300 hectáreas, la cuarta parte del
término municipal, donde supuestamente pretendía levantar una
urbanización de lujo. En total, la investigación judicial atribuye a Rifaat el Asad en España 507 propiedades valoradas en 695 millones
de euros, así como 26 productos bancarios con un total de 672.000
euros. Nada de ello aparecía a su nombre. En el año 2000, el Gobierno
español le concedió la residencia, pese a los informes policiales que lo
desaconsejaban. Tiene nacionalidad de la república caribeña de Granada.
En su escrito, el juez argumenta que el exdirigente sirio puso en
marcha desde los años ochenta “una estrategia de ocultación,
transformación y blanqueo” de los fondos ilícitos a través de un
complejo entramado de cientos de sociedades abiertas tanto en España
como en numerosos paraísos fiscales. Al frente de estas mercantiles,
Rifaat el Asad situó a sus ocho hijos y dos esposas, así como a otras
personas de su más estrecha confianza. El magistrado destaca entre los
primeros a Mohamed Alí y Siwar, “que dirigían las operaciones de la
organización en España siguiendo las instrucciones de su padre”. En un
segundo escalón sitúa a sus dos esposas, Rajaa Barakat y Lina Al Khayer,
y a su hijo Ribat, así como a dos hijas, Sabla y Natal. Finalmente, en
un tercer escalón coloca a los otros tres hijos: Soumar, Mohamed Refaat y
Firas. Todos procesados ahora junto a su padre por organización
criminal y blanqueo de capitales.
Junto a ellos, el magistrado también ha procesado al chófer del
exdirigente sirio, que ejercía como testaferro, y a otras dos personas,
implicadas también en la estructura empresarial. “La clave del éxito
durante tantos años de su estrategia criminal ha sido precisamente el
reparto de tareas y la perfecta coordinación entre todos los miembros de
la organización: el padre y líder, Rifaat el Asad, parapetado tras
todos los demás”, recalca el juez.
“Legión de asesores”
De la Mata destaca que el exvicepresidente sirio también contó “con
el apoyo determinante de legiones de asesores” para el “diseño,
implementación y desarrollo” de una trama empresarial que incluía
“cientos de sociedades en paraísos fiscales” y “estructuras societarias
en distintos niveles” con el único objetivo de ocultar los beneficios.
El juez considera que las “inversiones multimillonarias” de Rifaat el
Asad en España “carecen de justificación con operativas presididas por
la más absoluta opacidad y con una estructura de cientos de sociedades
pantalla que tiene como única finalidad facilitar el blanqueo de
capitales”. En el auto, el magistrado también rechaza la justificación
esgrimida por el exdirigente sirio y su familia para explicar su
abultado patrimonio: una supuesta donación millonaria de la familia real
de Arabia Saudí, enfrentada a su hermano, Hafez el Asad.
El magistrado destaca el alto poder adquisitivo y elevado nivel de
vida de los investigados, como demuestra la compra de “bienes únicamente
disponibles a personas multimillonarias”. El escrito menciona tres
embarcaciones —una de ellas de 61 metros de eslora y 17 tripulantes—,
así como la compra de un avión privado Boeing 727 y, al menos, ocho
vehículos de alta gama —dos de ellos blindados—. En España también se le
intervinieron obras de arte, joyas, costosas alfombras, marfiles y
relojes de lujo.
El juez recuerda que, además de las acusaciones que pesan sobre él en
España, Rifaat el Asad también es investigado en otros dos países
europeos. En Francia, se le acusa, entre otros delitos, de desvío de
fondos y blanqueo tras haber localizado numerosos inmuebles —entre ellos
un palacete en el que invirtió siete millones para amueblarlo y una
finca de cría caballar— que el exdirigente sirio gestionaba a través de
empresas establecidas en paraísos fiscales como Curaçao, Liechtenstein o
Panamá. En Suiza, las autoridades le investigan por crímenes de lesa
humanidad por las matanzas de los años ochenta que le valieron el
sobrenombre de El Carnicero de Hama.
Una finca de la trama, zona de especial conservación de la UE
La finca tiene 3.300 hectáreas, la mayor parte de un alcornocal en el
término municipal de Benahavís y, una pequeña parte, en el de Istán. No
está urbanizada y es una zona de especial conservación de la Unión
Europea. Está incluida dentro de la Red Natura y responde a la directiva
Hábitat. Según Ecologistas en Acción, es la máxima protección que puede
tener un espacio, porque es una directiva supranacional y cualquier
otra actuación (nacional, regional, local) está supeditada a esta
normativa. La finca forma parte de la propuesta de Parque Nacional de la
Sierra de las Nieves, que ha dado ya algunos pasos significativos pero
que aún debe pasar por el Congreso de los Diputados." (Óscar López-Fonseca, Juan Carlos Espinosa, El País, 24/11/19)
Un imperio discreto de más de 500 propiedades en la Costa del Sol.
Rifaat el Asad apenas veía la luz del sol en Marbella.
Desde su llegada a la Costa del Sol a mediados de los años 80, mantuvo
cierta distancia con la vida social que tanto predicaron otros ilustres
residentes en la zona como Adnan Kashoggi. De noche era fácil verlo
cenar en Puerto Banús acompañado de un séquito en el que siempre estaban
su chófer y su guardaespaldas. A veces, también, parte de su reducido
círculo de contactos. Con ellos acudía, ya de madrugada, a alguno de los
locales de lujo de la zona. “Hacía una vida muy nocturna, se levantaba a
las cinco de la tarde casi diariamente”, dice un empresario que lo
conoció. Nunca entró en el juego de recalificar terrenos y construir
promociones inmobiliarias. “No se le veía con especial intención de
hacer dinero”, añade la misma fuente, que dice que no le gustaba
presumir y era muy precavido en su día a día.
Cuando El Asad, tío del actual presidente sirio,
Bachar el Asad, llegó a Marbella, era uno más. Los petrodólares eran
moneda común en la zona. Aterrizó con 49 años y pasaporte diplomático
tras ser desterrado en 1984 por su hermano, Hafez el Asad, que entonces
dirigía Siria y temía que su familiar planeara un golpe de Estado. Su
expulsión no fue gratuita: Rifaat se fue con 300 millones de dólares
bajo el brazo que le dio su hermano saqueando las arcas públicas. Con
ellos, y con la ayuda de fondos procedentes de actividades criminales,
según el auto del juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que le procesó este viernes por blanqueo, fue construyendo un imperio patrimonial en Europa. Especialmente en la Costa del Sol.
Su primera adquisición fue un garaje de 244 plazas
en Marbella en 1986. Continúo con la compra del complejo Benabola, que
incluye un hotel de cuatro estrellas, un centenar de apartamentos y el
mencionado aparcamiento, todo en la zona más exclusiva de Puerto Banús. A
la entrada de esta marina deportiva también compró el edificio Grey
D’Albion. En uno de sus “espectaculares y lujosos” apartamentos reside
cuando está en la Costa del Sol. Allí celebraba fiestas tan suntuosas
como reservadas. “Se movía al más alto nivel, pero siempre con
discreción”, indica otro empresario. Otras fuentes añaden que tenía
mucho poder en la sombra y no admitía un no por respuesta cuando se le
antojaba algo. De ahí que tuviera diversos altercados con las
autoridades y los paparazzi.
El Asad fue adquiriendo, poco a poco y a través de
un enrevesado entramado de sociedades, más de 500 propiedades. Una de
ellas, en la milla de oro marbellí, que vendió hace pocos años. También
compró en 1988 una gigantesca finca al norte de Marbella, en el término
municipal de Benahavís. Se llama La Máquina, tiene 3.300 hectáreas (33
kilómetros cuadrados, un cuarto del término municipal) y está tasada en
60 millones de euros. Allí quiso construir una urbanización de lujo al
estilo de La Zagaleta, la más exclusiva de la Costa del Sol y situada en
el mismo término municipal.
De la Mata afirma que el sirio mantenía “una lucha
legal” con la Junta de Andalucía para poder construir en La Máquina,
como recoge la resolución por la que ordenó —en abril de 2017— el
registro de 15 de sus propiedades en Marbella dentro de la Operación
Scar. El suelo está excluido de cualquier desarrollo inmobiliario y solo
puede rendir por el corcho de sus alcornoques, porque está declarada
como Zona de Especial Conservación por la Unión Europea, incluida dentro
de la Red Natura 2000 y responde a la directiva Hábitat. Entrará a
formar parte del Parque Nacional Sierra de las Nieves cuando se apruebe.
Locales comerciales, restaurantes y apartamentos
conforman parte de sus negocios. Al frente de ellos ponía a sus hijos
—uno de ellos detenido en 1999 por la Policía Local de Marbella por huir
y embestir un vehículo policial cuando los agentes quisieron
identificarle— todos criados en Londres y de distintas esposas. “Pero
era él quien manejaba todo”, explican fuentes conocedoras de El Asad. Lo
confirma la Audiencia Nacional: “Tenía el control y dominio absoluto de
las adquisiciones, de la gestión de su patrimonio y de las cantidades
de que sus hijos y familiares podían disponer”. En sus primeros años
mantuvo un importante poder político desde España, país que le concedió la residencia en 1999 pese a la oposición de la policía.
En los años ochenta, Rifaat mantuvo estrechos contactos con los
servicios de contraespionaje españoles y ayudó a neutralizar atentados
terroristas de grupos radicales árabes y palestinos en España, según relataban en 2000 fuentes de las fuerzas de seguridad.
Tras tres décadas en Marbella, El Asad se fue
diluyendo. Su discreción aumentó y pasó largas temporadas en Londres
para, después, ir a vivir a Francia. Pero nunca olvidó la Costa del Sol,
donde se sentía más a gusto. Sus sociedades han seguido gestionando
numerosos negocios, alquileres y restaurantes, aunque muchos se
encuentran sin actividad. A él, periódicamente, se le veía en el
Marbella Club. Diversas fuentes subrayan que hace tiempo que no le ven
por allí. A sus 82 años tiene problemas a los que atender." (Nacho Sánchez, El País, 22/11/19)
Rifaat el Asad, el dueño triste de Puerto Banús.
Rifaat el Asad, de 79 años y tío del presidente sirio Bachar el Asad,
planeaba construir un enorme residencial para compatriotas suyos en La
Máquina, una finca de alcornocal y pinsapo que ocupa un tercio del
término municipal de Benahavís. En esta localidad de la Costa del Sol,
donde la ostentación de la vecina Marbella se transforma en un lujo tan
extremo como discreto, Rifaat había adquirido algunos de los terrenos
más exclusivos y aspiraba a construir una “ciudad siria”, según el juez
de la Audiencia Nacional José de la Mata, que el pasado martes le
embargó todas sus propiedades en España, valoradas en 691 millones de
euros.
Rifaat fue ciertamente discreto en sus aspiraciones. En la resolución
por la que ordenó el registro de 15 de sus propiedades en Marbella y en
la marina deportiva de lujo de Puerto Banús, adelantada ayer por la
agencia Efe, el juez De la Mata
relata que el hermano de Hafez el Asad mantenía “una lucha legal” con
la Junta de Andalucía para convertir La Máquina, de 3.300 hectáreas y
tasada en 60 millones de euros, en una urbanización privada.
Para transformar en urbanizables estos terrenos de alto valor
ecológico —están declarados Lugar de Interés Comunitario (LIC) y el
Gobierno andaluz los ha catalogado de especial protección— Rifaat
contaba, según el juez, con la ayuda del despacho de abogados Montero y
Aramburu, al que el magistrado requirió documentación a través de la
Guardia Civil. Fuentes de este bufete afirmaron que se entregaron los
datos concretos de este cliente que se le reclamaron. El Asad pretendía,
según fuentes del sector de la promoción inmobiliaria que piden
anonimato, construir en sus terrenos, adquirido en 1988, una
urbanización similar a La Zagaleta, la más privilegiada de la Costa del
Sol, con parcelas enormes, campos de golf y vistas que alcanzan a
Gibraltar, donde están las sociedades bajo las que se oculta la
propiedad de la mayoría de las mansiones.
Los movimientos del exvicepresidente sirio, expulsado por su hermano
del país en los años ochenta por temor a que diera un golpe de Estado,
no han tenido, de momento, reflejo en el planeamiento urbanístico de
Benahavís. La Máquina, atravesada por el río Guadaiza y cuya vegetación,
asentada sobre roca volcánica, alberga especies como el pez fraile o el
corzo moruno, sigue conservando su valor ambiental.
Según el juez De la Mata, la fortuna de El Asad procede del saqueo de
300 millones de euros de las arcas del Estado sirio que le dio su
hermano Hafez tras enviarlo al exilio. Quienes han tratado con él tanto
socialmente como en negocios destacan su informalidad como empresario
—“un día cerrabas con él un precio y al siguiente te pedía el doble”,
afirma un promotor que negoció con él—. También subrayna la relativa
austeridad de su vida cotidiana en Marbella.
“El Asad no era un Kashogui de turno, no tenía amigos y siempre se le
veía cenando solo por Puerto Banús, acompañado de sus guardaespaldas y
su chófer”, afirma un empresario, a quien le sorprende que le hayan
encontrado 503 propiedades en Marbella y Puerto Banús. “Debe ser que han
contabilizado como propiedades individuales todos los apartamentos de
un hotel y aún así me parecen muchos”, señala esta fuente.
Además de la espectacular finca La Máquina, Rifaat posee el hotel
Benabola de Puerto Banús, un establecimiento de cuatro estrellas, con
101 apartamentos y 247 plazas de garaje, y el edificio de apartamentos
Gray d'Albion, en el mismo puerto deportivo y donde él reside cuando
está en Marbella. También es propietario de un aparcamiento subterráneo
en esa marina marbellí. En tiempos recientes vendió a un fondo de
inversión unos terrenos urbanizables en la Milla de Oro marbellí, cerca
del hotel Marbella Club. Según fuentes conocedoras de la operación, la
venta se realizó por un precio “notablemente más bajo” que el del
mercado en esa zona de primera línea de costa.
Rifaat también gestionó el chiringuito Beach Club del hotel Benabola,
un Hollywood Café y otros negocios hosteleros de Puerto Banús, algunos
actualmente cerrados por pérdidas.
El tío del actual presidente sirio supuestamente usó a siete de sus
hijos, dos esposas y dos nueras para ocultar sus negocios y sus 503
propiedades en España, y que fue adquiriendo con un entramado de 34
sociedades vinculadas a sus familiares. Para obtener todos estos
inmuebles y regentar sus negocios Rifaat Al Asad, que vive en Francia
con su familia, se valió de sus allegados, pero también de un ciudadano
español, Manuel Flores, y de una mujer tunecina de confianza, según el
juez De la Mata.
El juez, que basa su investigación en datos de la justicia francesa
—que imputó a Rifaat Al Assad en junio del año pasado—, en escuchas
telefónicas y en los datos recabados en España, imputa al
exvicepresidente sirio delitos de organización criminal, blanqueo y
malversación. De momento, podrá seguir paseando por Puerto Banús." (Fernando J. Pérez, El País, 07/04/17)
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