26.11.19

La Audiencia Nacional procesa a un tío del presidente sirio por blanquear 600 millones en España

"Rifaat el Asad, conocido como el 'carnicero de Hama' por la represión en los ochenta en el país árabe, es investigado junto a otras 13 personas de su entorno

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha procesado este viernes al exvicepresidente sirio Rifaat el Asad, tío del actual presidente del país, Bachar el Asad, y a otras 13 personas, entre ellas sus dos esposas y ocho hijos, por crear una compleja trama societaria a través de la que blanqueó 695 millones de euros en España mediante la compra de inmuebles. 

El magistrado considera que Rifaat el Asad, de 82 años, lleva desde los años ochenta lavando en Europa, principalmente Francia y Reino Unido, fondos procedentes tanto del saqueo de las arcas del Estado sirio como del contrabando ilegal de piezas arqueológicas, del control de plantaciones de cannabis en Siria y Líbano, y de la extorsión a través de las milicias bajo su control mientras estuvo en el Gobierno.

Rifaat el Asad, conocido como El Carnicero de Hama por estar detrás de la represión en esta ciudad siria en los años ochenta, cuando era responsable de la seguridad del régimen, abandonó el país en 1984, entre luchas internas por suceder a Hafez el Asad, entonces presidente y padre del actual mandatario sirio. Según destaca el auto judicial, Rifaat el Asad acordó entonces con su hermano esquilmar las arcas públicas para llevarse al exilio alrededor de 300 millones de dólares (unos 270 millones de euros actuales). De ellos, 200 millones fueron incluidos en gastos de Presidencia de los presupuestos oficiales sirios, mientras que los otros 100 millones salieron de un préstamo concedido por Libia al Estado sirio.

A esta fortuna, Rifaat el Asad sumó las ingentes ganancias que, según destaca el juez De la Mata, acaparó durante la década anterior mediante diversas actividades ilícitas, entre ellas el expolio en régimen de “monopolio” de la riqueza arqueológica de Siria, cuyas piezas exportaba a través de un puerto deportivo que controlaba en la ciudad de Latakia, en la costa mediterránea. El relato judicial también destaca que controlaba las plantaciones de cannabis tanto en Siria como en el fronterizo valle de la Bekaa, ya en Líbano. A través del grupo paramilitar Shabisha y de las milicias denominadas Brigadas de Defensa, que gozaban de total impunidad para amenazar, secuestrar y extorsionar, se hizo con un importante patrimonio en su país, incluida la usurpación de un inmueble en el centro de la capital, Damasco.

Tras abandonar Siria, Rifaat el Asad se afincó en Francia, donde adquirió propiedades por un valor superior a los 90 millones de euros. En el Reino Unido se hizo con una mansión de tres plantas y 65 habitaciones construida sobre un terreno de 4,5 hectáreas que es la residencia privada más grande del país, solo superada por el palacio de Buckingham. La investigación también ha desvelado “múltiples indicios” de que el exdirigente sirio tiene otras propiedades en paraísos fiscales y territorios opacos como Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey.

En España, las primeras adquisiciones del tío del actual presidente de Siria se sitúan en 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. No fueron las últimas. A lo largo de los años continuó invirtiendo en inmuebles y negocios —entre ellos varios restaurantes— en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís (7.900 habitantes) adquirió una finca de 3.300 hectáreas, la cuarta parte del término municipal, donde supuestamente pretendía levantar una urbanización de lujo. En total, la investigación judicial atribuye a Rifaat el Asad en España 507 propiedades valoradas en 695 millones de euros, así como 26 productos bancarios con un total de 672.000 euros. Nada de ello aparecía a su nombre. En el año 2000, el Gobierno español le concedió la residencia, pese a los informes policiales que lo desaconsejaban. Tiene nacionalidad de la república caribeña de Granada.
En su escrito, el juez argumenta que el exdirigente sirio puso en marcha desde los años ochenta “una estrategia de ocultación, transformación y blanqueo” de los fondos ilícitos a través de un complejo entramado de cientos de sociedades abiertas tanto en España como en numerosos paraísos fiscales. Al frente de estas mercantiles, Rifaat el Asad situó a sus ocho hijos y dos esposas, así como a otras personas de su más estrecha confianza. El magistrado destaca entre los primeros a Mohamed Alí y Siwar, “que dirigían las operaciones de la organización en España siguiendo las instrucciones de su padre”. En un segundo escalón sitúa a sus dos esposas, Rajaa Barakat y Lina Al Khayer, y a su hijo Ribat, así como a dos hijas, Sabla y Natal. Finalmente, en un tercer escalón coloca a los otros tres hijos: Soumar, Mohamed Refaat y Firas. Todos procesados ahora junto a su padre por organización criminal y blanqueo de capitales.

Junto a ellos, el magistrado también ha procesado al chófer del exdirigente sirio, que ejercía como testaferro, y a otras dos personas, implicadas también en la estructura empresarial. “La clave del éxito durante tantos años de su estrategia criminal ha sido precisamente el reparto de tareas y la perfecta coordinación entre todos los miembros de la organización: el padre y líder, Rifaat el Asad, parapetado tras todos los demás”, recalca el juez.

“Legión de asesores”

De la Mata destaca que el exvicepresidente sirio también contó “con el apoyo determinante de legiones de asesores” para el “diseño, implementación y desarrollo” de una trama empresarial que incluía “cientos de sociedades en paraísos fiscales” y “estructuras societarias en distintos niveles” con el único objetivo de ocultar los beneficios.

El juez considera que las “inversiones multimillonarias” de Rifaat el Asad en España “carecen de justificación con operativas presididas por la más absoluta opacidad y con una estructura de cientos de sociedades pantalla que tiene como única finalidad facilitar el blanqueo de capitales”. En el auto, el magistrado también rechaza la justificación esgrimida por el exdirigente sirio y su familia para explicar su abultado patrimonio: una supuesta donación millonaria de la familia real de Arabia Saudí, enfrentada a su hermano, Hafez el Asad.

El magistrado destaca el alto poder adquisitivo y elevado nivel de vida de los investigados, como demuestra la compra de “bienes únicamente disponibles a personas multimillonarias”. El escrito menciona tres embarcaciones —una de ellas de 61 metros de eslora y 17 tripulantes—, así como la compra de un avión privado Boeing 727 y, al menos, ocho vehículos de alta gama —dos de ellos blindados—. En España también se le intervinieron obras de arte, joyas, costosas alfombras, marfiles y relojes de lujo.

El juez recuerda que, además de las acusaciones que pesan sobre él en España, Rifaat el Asad también es investigado en otros dos países europeos. En Francia, se le acusa, entre otros delitos, de desvío de fondos y blanqueo tras haber localizado numerosos inmuebles —entre ellos un palacete en el que invirtió siete millones para amueblarlo y una finca de cría caballar— que el exdirigente sirio gestionaba a través de empresas establecidas en paraísos fiscales como Curaçao, Liechtenstein o Panamá. En Suiza, las autoridades le investigan por crímenes de lesa humanidad por las matanzas de los años ochenta que le valieron el sobrenombre de El Carnicero de Hama.

 Una finca de la trama, zona de especial conservación de la UE

 La finca tiene 3.300 hectáreas, la mayor parte de un alcornocal en el término municipal de Benahavís y, una pequeña parte, en el de Istán. No está urbanizada y es una zona de especial conservación de la Unión Europea. Está incluida dentro de la Red Natura y responde a la directiva Hábitat. Según Ecologistas en Acción, es la máxima protección que puede tener un espacio, porque es una directiva supranacional y cualquier otra actuación (nacional, regional, local) está supeditada a esta normativa. La finca forma parte de la propuesta de Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, que ha dado ya algunos pasos significativos pero que aún debe pasar por el Congreso de los Diputados."     (Óscar López-Fonseca, Juan Carlos Espinosa, El País, 24/11/19)


 Un imperio discreto de más de 500 propiedades en la Costa del Sol.

 Rifaat el Asad apenas veía la luz del sol en Marbella. Desde su llegada a la Costa del Sol a mediados de los años 80, mantuvo cierta distancia con la vida social que tanto predicaron otros ilustres residentes en la zona como Adnan Kashoggi. De noche era fácil verlo cenar en Puerto Banús acompañado de un séquito en el que siempre estaban su chófer y su guardaespaldas. A veces, también, parte de su reducido círculo de contactos. Con ellos acudía, ya de madrugada, a alguno de los locales de lujo de la zona. “Hacía una vida muy nocturna, se levantaba a las cinco de la tarde casi diariamente”, dice un empresario que lo conoció. Nunca entró en el juego de recalificar terrenos y construir promociones inmobiliarias. “No se le veía con especial intención de hacer dinero”, añade la misma fuente, que dice que no le gustaba presumir y era muy precavido en su día a día.

Cuando El Asad, tío del actual presidente sirio, Bachar el Asad, llegó a Marbella, era uno más. Los petrodólares eran moneda común en la zona. Aterrizó con 49 años y pasaporte diplomático tras ser desterrado en 1984 por su hermano, Hafez el Asad, que entonces dirigía Siria y temía que su familiar planeara un golpe de Estado. Su expulsión no fue gratuita: Rifaat se fue con 300 millones de dólares bajo el brazo que le dio su hermano saqueando las arcas públicas. Con ellos, y con la ayuda de fondos procedentes de actividades criminales, según el auto del juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que le procesó este viernes por blanqueo, fue construyendo un imperio patrimonial en Europa. Especialmente en la Costa del Sol.

Su primera adquisición fue un garaje de 244 plazas en Marbella en 1986. Continúo con la compra del complejo Benabola, que incluye un hotel de cuatro estrellas, un centenar de apartamentos y el mencionado aparcamiento, todo en la zona más exclusiva de Puerto Banús. A la entrada de esta marina deportiva también compró el edificio Grey D’Albion. En uno de sus “espectaculares y lujosos” apartamentos reside cuando está en la Costa del Sol. Allí celebraba fiestas tan suntuosas como reservadas. “Se movía al más alto nivel, pero siempre con discreción”, indica otro empresario. Otras fuentes añaden que tenía mucho poder en la sombra y no admitía un no por respuesta cuando se le antojaba algo. De ahí que tuviera diversos altercados con las autoridades y los paparazzi.

El Asad fue adquiriendo, poco a poco y a través de un enrevesado entramado de sociedades, más de 500 propiedades. Una de ellas, en la milla de oro marbellí, que vendió hace pocos años. También compró en 1988 una gigantesca finca al norte de Marbella, en el término municipal de Benahavís. Se llama La Máquina, tiene 3.300 hectáreas (33 kilómetros cuadrados, un cuarto del término municipal) y está tasada en 60 millones de euros. Allí quiso construir una urbanización de lujo al estilo de La Zagaleta, la más exclusiva de la Costa del Sol y situada en el mismo término municipal.

De la Mata afirma que el sirio mantenía “una lucha legal” con la Junta de Andalucía para poder construir en La Máquina, como recoge la resolución por la que ordenó —en abril de 2017— el registro de 15 de sus propiedades en Marbella dentro de la Operación Scar. El suelo está excluido de cualquier desarrollo inmobiliario y solo puede rendir por el corcho de sus alcornoques, porque está declarada como Zona de Especial Conservación por la Unión Europea, incluida dentro de la Red Natura 2000 y responde a la directiva Hábitat. Entrará a formar parte del Parque Nacional Sierra de las Nieves cuando se apruebe.

Locales comerciales, restaurantes y apartamentos conforman parte de sus negocios. Al frente de ellos ponía a sus hijos —uno de ellos detenido en 1999 por la Policía Local de Marbella por huir y embestir un vehículo policial cuando los agentes quisieron identificarle— todos criados en Londres y de distintas esposas. “Pero era él quien manejaba todo”, explican fuentes conocedoras de El Asad. Lo confirma la Audiencia Nacional: “Tenía el control y dominio absoluto de las adquisiciones, de la gestión de su patrimonio y de las cantidades de que sus hijos y familiares podían disponer”. En sus primeros años mantuvo un importante poder político desde España, país que le concedió la residencia en 1999 pese a la oposición de la policía. En los años ochenta, Rifaat mantuvo estrechos contactos con los servicios de contraespionaje españoles y ayudó a neutralizar atentados terroristas de grupos radicales árabes y palestinos en España, según relataban en 2000 fuentes de las fuerzas de seguridad.

Tras tres décadas en Marbella, El Asad se fue diluyendo. Su discreción aumentó y pasó largas temporadas en Londres para, después, ir a vivir a Francia. Pero nunca olvidó la Costa del Sol, donde se sentía más a gusto. Sus sociedades han seguido gestionando numerosos negocios, alquileres y restaurantes, aunque muchos se encuentran sin actividad. A él, periódicamente, se le veía en el Marbella Club. Diversas fuentes subrayan que hace tiempo que no le ven por allí. A sus 82 años tiene problemas a los que atender."                   (Nacho Sánchez, El País, 22/11/19)


 Rifaat el Asad, el dueño triste de Puerto Banús.

 Rifaat el Asad, de 79 años y tío del presidente sirio Bachar el Asad, planeaba construir un enorme residencial para compatriotas suyos en La Máquina, una finca de alcornocal y pinsapo que ocupa un tercio del término municipal de Benahavís. En esta localidad de la Costa del Sol, donde la ostentación de la vecina Marbella se transforma en un lujo tan extremo como discreto, Rifaat había adquirido algunos de los terrenos más exclusivos y aspiraba a construir una “ciudad siria”, según el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que el pasado martes le embargó todas sus propiedades en España, valoradas en 691 millones de euros.

Rifaat fue ciertamente discreto en sus aspiraciones. En la resolución por la que ordenó el registro de 15 de sus propiedades en Marbella y en la marina deportiva de lujo de Puerto Banús, adelantada ayer por la agencia Efe, el juez De la Mata relata que el hermano de Hafez el Asad mantenía “una lucha legal” con la Junta de Andalucía para convertir La Máquina, de 3.300 hectáreas y tasada en 60 millones de euros, en una urbanización privada.

Para transformar en urbanizables estos terrenos de alto valor ecológico —están declarados Lugar de Interés Comunitario (LIC) y el Gobierno andaluz los ha catalogado de especial protección— Rifaat contaba, según el juez, con la ayuda del despacho de abogados Montero y Aramburu, al que el magistrado requirió documentación a través de la Guardia Civil. Fuentes de este bufete afirmaron que se entregaron los datos concretos de este cliente que se le reclamaron. El Asad pretendía, según fuentes del sector de la promoción inmobiliaria que piden anonimato, construir en sus terrenos, adquirido en 1988, una urbanización similar a La Zagaleta, la más privilegiada de la Costa del Sol, con parcelas enormes, campos de golf y vistas que alcanzan a Gibraltar, donde están las sociedades bajo las que se oculta la propiedad de la mayoría de las mansiones.

Los movimientos del exvicepresidente sirio, expulsado por su hermano del país en los años ochenta por temor a que diera un golpe de Estado, no han tenido, de momento, reflejo en el planeamiento urbanístico de Benahavís. La Máquina, atravesada por el río Guadaiza y cuya vegetación, asentada sobre roca volcánica, alberga especies como el pez fraile o el corzo moruno, sigue conservando su valor ambiental.

Según el juez De la Mata, la fortuna de El Asad procede del saqueo de 300 millones de euros de las arcas del Estado sirio que le dio su hermano Hafez tras enviarlo al exilio. Quienes han tratado con él tanto socialmente como en negocios destacan su informalidad como empresario —“un día cerrabas con él un precio y al siguiente te pedía el doble”, afirma un promotor que negoció con él—. También subrayna la relativa austeridad de su vida cotidiana en Marbella.

“El Asad no era un Kashogui de turno, no tenía amigos y siempre se le veía cenando solo por Puerto Banús, acompañado de sus guardaespaldas y su chófer”, afirma un empresario, a quien le sorprende que le hayan encontrado 503 propiedades en Marbella y Puerto Banús. “Debe ser que han contabilizado como propiedades individuales todos los apartamentos de un hotel y aún así me parecen muchos”, señala esta fuente.

Además de la espectacular finca La Máquina, Rifaat posee el hotel Benabola de Puerto Banús, un establecimiento de cuatro estrellas, con 101 apartamentos y 247 plazas de garaje, y el edificio de apartamentos Gray d'Albion, en el mismo puerto deportivo y donde él reside cuando está en Marbella. También es propietario de un aparcamiento subterráneo en esa marina marbellí. En tiempos recientes vendió a un fondo de inversión unos terrenos urbanizables en la Milla de Oro marbellí, cerca del hotel Marbella Club. Según fuentes conocedoras de la operación, la venta se realizó por un precio “notablemente más bajo” que el del mercado en esa zona de primera línea de costa.

Rifaat también gestionó el chiringuito Beach Club del hotel Benabola, un Hollywood Café y otros negocios hosteleros de Puerto Banús, algunos actualmente cerrados por pérdidas.

El tío del actual presidente sirio supuestamente usó a siete de sus hijos, dos esposas y dos nueras para ocultar sus negocios y sus 503 propiedades en España, y que fue adquiriendo con un entramado de 34 sociedades vinculadas a sus familiares. Para obtener todos estos inmuebles y regentar sus negocios Rifaat Al Asad, que vive en Francia con su familia, se valió de sus allegados, pero también de un ciudadano español, Manuel Flores, y de una mujer tunecina de confianza, según el juez De la Mata.

El juez, que basa su investigación en datos de la justicia francesa —que imputó a Rifaat Al Assad en junio del año pasado—, en escuchas telefónicas y en los datos recabados en España, imputa al exvicepresidente sirio delitos de organización criminal, blanqueo y malversación. De momento, podrá seguir paseando por Puerto Banús."                        (Fernando J. Pérez, El País, 07/04/17)

No hay comentarios: