"El recurso de nulidad con el que el juez y el
fiscal que investigaron la red mafiosa de Tolo Cursach han contraatacado
–frente a los atestados policiales que les acusan de ser ellos los que
formaron una "organización criminal"– no sólo incrimina directamente a
la cúpula de la Policía Nacional de Palma, sino que acusa muy
especialmente al ex inspector jefe de la UDYCO, Antonio Suárez, de ser
cómplice y encubridor de los actos delictivos cometidos por la trama del
"rey de la noche".
Por ejemplo, el magistrado Manuel Penalva y
el fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán –actualmente apartados de
la macro-causa que instruyeron durante años– aseguran en ese recurso, al
que ha tenido acceso Público:
"Pues bien, eso y sólo eso, explica el lamentable espectáculo que han ofrecido sus amigos íntimos [Juan] Márquez y [Juan] Palomo,
al confeccionar un atestado falso, repleto de manipulaciones,
tergiversaciones, interpretaciones ridículas, absurdas, retorcidas, y
omisiones más que intencionadas, tal y como exponemos de forma objetiva en las alegaciones, y ello con
la única finalidad de satisfacer los deseos del Sr Suárez, y tratar de
ACABAR CON LA PROLIJA INVESTIGACIÓN DEL CASO CURSACH, en la que había un
testigo (Sr Ávila), que relataba su supuesta connivencia con el Grupo
Cursach, y que recientemente ha ratificado con mucha mayor contundencia,
extremo que podrá ratificar cuando se le cite a declarar".
Márquez y Palomo, conocidos como "los Juanes", son los dos inspectores recientemente ascendidos a altos cargos de jefatura
–para los que no cuentan con la categoría requerida y pasando por
delante de otros inspectores con mayor antigüedad– tras elaborar cuatro
atestados inculpatorios contra el juez y el fiscal. El segundo de ellos,
sobre los testigos protegidos que señalan al exjefe de la Unidad de
Droga y Crimen Organizado –y al que también ha tenido acceso este
diario–, procura desacreditar esos testimonios, incluidos los de
Ángel Ávila Rodríguez, quien declaró repetidamente que él mismo
participó en una reunión en Jefatura con lugartenientes de Cursach y con
Suárez.
Ahora, en su escrito de alegaciones rebatiendo ese atestado de "los Juanes", juez y fiscal subrayan:
"En la página 19, los instructores [Márquez y Palomo] reconocen
que siendo Suárez Jefe de UDYCO, se realizó una redada policial en la
discoteca “Demence”, lo que nos lleva a preguntarnos una vez más: ¿por
qué no la hizo nunca en los establecimientos del Sr. Cursach?
Recordar al respecto que como ya mencionamos en alegaciones precedentes, el
testigo 29 informó hace años en varias ocasiones, a una inspectora
actualmente destinada en Madrid, que en la discoteca Tito's se traficaba
con droga.
Cuesta creer que no diera cuenta de dicha
información a su superior, que era el Sr. Suárez, quien por supuesto
jamás ordenó una actuación policial en los locales del Sr. Cursach,
antes al contrario, como relató en su día el Sr. Ávila, se reunió con el
Sr. [Tolo] Sbert, para pactar una inspección fingida, debido a
que era demasiado descarado, acudir siempre a la competencia del Grupo
Cursach, y nunca inspeccionar alguno de sus locales.
El Sr. Ávila, recientemente, tal y como se demostrará, ha afirmado estar seguro casi al 100%, que la persona con la que Sbert y él mantuvieron la famosa entrevista era el Sr. Suárez".
El Sr. Ávila, recientemente, tal y como se demostrará, ha afirmado estar seguro casi al 100%, que la persona con la que Sbert y él mantuvieron la famosa entrevista era el Sr. Suárez".
En anteriores exclusivas hemos explicado detalladamente el
caso del testigo 29 –acosado y agredido por sicarios de Cursach–, quien
asegura haber visto cómo el propio inspector jefe Suárez recogía sobres
de dinero en la discoteca Tito's de manos del lugarteniente del capo, Tolo Sbert, y del director gerente de ese cuartel general del entramado, Jaime Lladó.
Pues resulta que Ángel Ávila implica precisamente a estos mismos (Sbert
y Lladó) en aquella reunión en la Jefatura de la Policía Nacional donde
se acordó hacer una redada en la discoteca Demence –competencia de
Cursach– para ahuyentar a su clientela, tal como ha podido comprobar Público tras obtener los audios en los que ese empresario lo narra:
ÁNGEL ÁVILA: "Yo fui a una reunión con
Tolo Sbert y con Jaime Lladó, a la Policía Nacional, para hablar de la
discoteca Demence, para cerrarla, y este señor le dijo a Tolo Sbert:
“No, Tolo, no cada vez que haya una discoteca que te haga la competencia
vamos a ir a cerrarla, porque ya tuvimos problemas con la que te
cerramos, con la que cerramos… La Demence de Gomila. Y entonces dijo:
"la próxima vez que tengas una redada, alguien de [la] competencia, tendré que hacerte una a un local tuyo'. Entonces lo prepararon de tal manera que hicieron la redada en Abraxas a las once y media de la noche que no había nadie, lógicamente, sólo el personal,
y a las tres y media en mi discoteca, en El DV. Y esto lo confesé en la
Policía, lo declaré en la Policía Nacional, pero claro no podía
identificar. Y me preguntaban dónde era y digo: creo que era en un
segundo piso a la izquierda, una puerta. Y yo en ese momento trabajaba
en el Grupo Cursach y como comprenderás no me fijé ni en el nombre"…
Como él mismo dice, Ávila trabajaba en aquella época
para Cursach, pero después se intentó independizar y la mafia de
Cursach fue contra él, con coacciones, redadas y registros continuos
hasta que tuvo que cerrar su local, tal como hicieron con numerosos
empresarios de la isla que también han testificado. Por eso acabó
denunciando a la trama mafiosa.
Pero él no conocía al alto mando de
la Policía Nacional en cuyo despacho estuvieron negociando cómo cargarse
a la rival Demence, así que dio todos los datos que recordaba, sin que se quisiera investigar en Jefatura, tal como explica en estos otros audios obtenidos por Público:
ÁNGEL ÁVILA: "Si quieren averiguarlo, que lo averigüen. Mi DNI, el de Jaime Lladó y el de Tolo Sbert los tienen que tener. Es
tan fácil como con quién se reunieron ahí en Policía Nacional de la
calle Ruiz de Alda en el año 2006, creo que fue, o principios del 2007. ¿Vale? Si quieren saberlo, lo pueden saber. Y así es tan fácil como eso, porque estuvimos en su propio despacho, sentados con él. Así que, ése fue el que estaba en todo y el que era amigo de Tolo Sbert.
Si quieren averiguarlo, ése es el camino. Si ellos lo tienen allí,
archivado, las personas que se han reunido, tres personas con los DNI,
con el señor este, pues si es éste, es éste. Pero yo al cien por cien no
lo puedo identificar. Me suena muchísimo, pero no podría acusar a
alguien sin estar cien por cien seguro".
Ávila se refiere a la foto de Antonio Suárez que le
mostraron después como posible sospechoso de ser el cómplice de la trama
Cursach, puesto que ya empezaban a identificar al jefe de la UDYCO
diversos testigos. Incluso le señalaron los narcos de los clanes de Son
Banya –tanto a él como al comisario jubilado Antoni Cerdà–, quienes aseguraron que les pagaban sobornos a cambio de recibir información sobre investigaciones que les afectaban.
Tanto es así que en agosto de 2018 el
magistrado Juan Manuel Sobrino, del Juzgado de Instrucción Nº1 de Palma,
imputó formalmente a Suárez y Cerdà de un presunto delito de cohecho,
causa que al final tuvo que archivar por falta de pruebas. En esa
época, sus fotos aparecieron en la prensa (véase la imagen que encabeza
este artículo) y otros testigos del caso Cursach se las mostraron a
Ángel Ávila para ver si también coincidía en señalar a Suárez. Esto es
lo que dijo:
ÁNGEL ÁVILA: "Bueno, ahora que le he visto
la cara, lo pensaré bien… Pero si quieren averiguarlo… ¡No pusieron
mucho interés para averiguarlo, eh!, porque ellos iban más por la
policía local y por la Patrulla Verde. Ahí sí, tampoco quise arriesgarme
con algunos porque no quería equivocarme. Pero sobre la policía
nacional, como te hacen trampas, te las mezclan las fotos y tal… no
sabes si es de la local, de la nacional, si es de la Guardia Civil… Pero
me pusieron fotos de todos, porque como me tocaron los huevos todos…
Pero de la Policía Nacional, ellos mismos se protegieron un poquito y no
fueron a descubrir quién era el que era alguien muy importante:
Había
ido yo con Tolo Sbert y con Jaime Lladó a organizar una redada en otra
discoteca, de la competencia. Vamos, si eso no es importante como para
buscar bien, que venga Dios y lo vea. Así que si no lo quisieron
hacer es porque no quisieron hacerlo. Porque es tan fácil como buscar
los DNI y punto. Nada más. Y con quién se reunieron, porque ahí te lo
ponía: cita a tal hora, era sobre las 11 de la mañana, con el inspector
yo no sé qué, en su despacho… con el comisario, yo no me acuerdo
exactamente ya… Y esa reunión existió de verdad, y ahí tiene que estar
comprobado, en los ordenadores, me imagino".
Está claro que no se hicieron grandes esfuerzos para descubrir quién era el alto mando que colaboraba con la mafia de Cursach.
Igual que "los Juanes" investigaron el testimonio de la testigo 31
sobre su visita a las dependencias policiales y tampoco hallaron indicio
ninguno de su presencia. Pero ambos testigos se ratifican una y otra
vez en que estuvieron en la propia Jefatura de la Policía Nacional, por
mucho que hayan desaparecido todos los rastros:
ÁNGEL ÁVILA: Sí, ya he visto, me suena el de la derecha [en las fotos que encabezan este artículo],
pero no estoy al cien por cien seguro. Y no sé por qué yo lo hacía con
gafas a este tío... Porque yo fui allí con otro rollo, fui siendo del
grupo Cursach, ¿sabes? Con otra intención. Si hubiera sido con peligro y
tal, me hubiera fijado, ¿no? Como después, que vinieron a atacarme y me
fijaba. Pero en ese momento fue un poco… pues… al revés, era ahí que tenían interés en joder a la discoteca que me hacía la competencia a mí en Pachá.
Así que no puedo estar seguro… pero sí. De todas maneras, yo siempre lo
he dicho: la Policía Nacional, lo que no investigaron mucho. Tiene que
haber una fecha del año 2006 o 2007 en la cual se presentaban Ángel
Ávila, Jaime Lladó y Tolo Sbert a hablar con un policía de ahí. Es
fácil saber eso porque eso lo registraban las visitas, los DNIs,
entonces si no han querido encontrarla es porque no han querido. Pero era tan fácil como eso. Si lo hubieran querido averiguar bien. Pero sí que me suena, la verdad.
Según los testigos, Antonio Suárez se ponía gafas
para leer y por eso Ávila lo recuerda con ellas, ya que consultaba
papeles durante la reunión en su despacho. En cualquier caso, el juez
Penalva y el fiscal Subirán están más que convencidos de que Ávila
reconocerá hoy a Suárez, igual que los testigos protegidos 29 y 31, así
como los narcos de Son Banya.
Pero las alegaciones de juez y fiscal que imputan a
la cúpula policial de Baleares la pertenencia a una organización
criminal mafiosa son mucho más extensas y documentadas, por lo que habrá
que desarrollarlas en otros artículos." (Carlos Enrique Bayo, Público, 02/10/19)
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