"La firma estadounidense Coca-Cola invirtió ocho
millones de euros en Francia para influir en profesionales de la salud y
científicos, según una investigación del diario Le Monde. El objetivo
era desviar la atención sobre los efectos de las sodas y otras bebidas
azucaradas en la salud.
“Desde 2010, Coca-Cola dedicó más de ocho millones de
euros a expertos y diversas organizaciones médicas, deportivas y de
eventos”, escribió el diario, que asegura que “en Francia y en otras
partes, (estas) financiaciones son, en su mayoría, comunicación o puro
patrocinio, y no un auténtico trabajo científico”.
Según Le Monde, todo surge de una investigación sobre el lobbying de la multinacional, aparecida en 2015 en The New York Times. Tras el escándalo, la firma promete transparencia y publica en su página web los nombres de los expertos y la lista de actividades que financia en Estados Unidos.
“En Francia, la insistencia de la ONG Foodwatch obliga a Coca-Cola a publicarlas en abril de 2016”. Son estos datos, actualizados desde entonces, que el diario dice haber analizado. “Dietistas, nutricionistas o médicos deportivos: la mayoría de las 18 personas nombradas son profesionales de la salud”, escribe Le Monde.
Las financiaciones de la multinacional, propietaria de Sprite, Fanta o Minute Maid, buscan “hacer olvidar los riesgos vinculados con sus bebidas” azucaradas, poniendo de relieve la falta de actividad física en la cuestión de la obesidad, según el diario.
Además, un estudio de una revista especializada en salud pública, Journal of Public Health Policy, publicada el 8 de mayo, revela que la firma impone múltiples cláusulas para poder influir en los trabajos científicos que patrocina.
Los autores del estudio, dirigido por Sarah Steele, una profesora de derecho en la sanidad pública en el Jesus College de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), pudieron analizar cinco contratos concluidos entre Coca-Cola y prestigiosas universidades de Estados Unidos y Canadá. La firma, resume Steele, “se reserva el derecho de interrumpir los contratos sin motivo”. Y “las cláusulas y condiciones de estos contratos no son coherentes con las declaraciones hechas por Coca-Cola en su página de Internet”. (Página12, 10/05/19)
Según Le Monde, todo surge de una investigación sobre el lobbying de la multinacional, aparecida en 2015 en The New York Times. Tras el escándalo, la firma promete transparencia y publica en su página web los nombres de los expertos y la lista de actividades que financia en Estados Unidos.
“En Francia, la insistencia de la ONG Foodwatch obliga a Coca-Cola a publicarlas en abril de 2016”. Son estos datos, actualizados desde entonces, que el diario dice haber analizado. “Dietistas, nutricionistas o médicos deportivos: la mayoría de las 18 personas nombradas son profesionales de la salud”, escribe Le Monde.
Las financiaciones de la multinacional, propietaria de Sprite, Fanta o Minute Maid, buscan “hacer olvidar los riesgos vinculados con sus bebidas” azucaradas, poniendo de relieve la falta de actividad física en la cuestión de la obesidad, según el diario.
Además, un estudio de una revista especializada en salud pública, Journal of Public Health Policy, publicada el 8 de mayo, revela que la firma impone múltiples cláusulas para poder influir en los trabajos científicos que patrocina.
Los autores del estudio, dirigido por Sarah Steele, una profesora de derecho en la sanidad pública en el Jesus College de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), pudieron analizar cinco contratos concluidos entre Coca-Cola y prestigiosas universidades de Estados Unidos y Canadá. La firma, resume Steele, “se reserva el derecho de interrumpir los contratos sin motivo”. Y “las cláusulas y condiciones de estos contratos no son coherentes con las declaraciones hechas por Coca-Cola en su página de Internet”. (Página12, 10/05/19)
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