"Qué divertidos son estos grandes banqueros internacionales. No paran
de estafar a sus clientes. Y solo al cabo de mucho tiempo encajan multas
faraónicas para cualquiera, pero que a ellos apenas les suponen un
rasguño. Enseguida todo se olvida, y hasta los periodistas, gente
también sana y envidiable, pugnamos por captar su visión como expertos,
sus pronósticos, sus dictámenes sobre empresas y economías nacionales.
Este caso de las trampas en los tipos de cambio de las divisas incluye información privilegiada en beneficio propio de seis entidades y en maleficio del cliente, que paga su compra de moneda más cara de lo que tocaría. Multa de EE UU y el Reino Unido por cuantía de 3.450 millones de euros.
El gran caso anterior fue el escándalo de la manipulación del euríbor y el líbor, en diciembre de 2013. También fueron seis, dos de ellos comunes a ambos asuntos, los de la mítica casa Morgan y los escoceses del RBS. (...)
"¿Puedes decirle a tus chicos que rebajen el euríbor a 12 meses? OK, hecho", pasteleaban con desfachatez, en vez de cuadrar cálculos técnicos. (...)
La fragua de estas multas merecería un relato de terror: bancos que denuncian a otros para evitar ser multados; altos empleados que obedecen órdenes; otros que las desbordan; jefes que fingen escandalizarse de sus operadores, como el comisario francés de Casablanca (¡qué escándalo, aquí se juega!); despidos catárquicos y negociaciones con el regulador para recibir una sanción más suave a cambio de no impugnarla en los tribunales...
Los casos graves se producen a ritmo de pizzicato a dos manos. Será que estamos ante una corrupción de la banca sistémica y plurifuncional: contratos de derivados ful; de hipotecas basura; de créditos abusivos; de apoyo a la evasión fiscal, como la de los monstruos suizos pescados in fraganti por EE UU por ayudar a miles de clientes a delinquir...
De este compendio de miserias y maldades se infiere que la regulación sancionadora por la vía de la defensa de la competencia en la UE, con ser ya mucho más usada contra la banca, resulta insuficiente.
Habrá que ir más allá. Cuando las multas sean confiscatorias; cuando se establezcan sanciones como la prohibición de reparto de dividendo por causa no solo de insolvencia sino también de manipulación y/o especulación; cuando se inhabilite sine die a directivos responsables y se retire a consejeros y presidentes culpables de los Registros de bancos y banqueros, igual los accionistas toman cartas en el asunto y despiden a quienes debe despedirse. Sin indemnización." ( Xavier Vidal-Folch , El País, 12 NOV 2014)
"Con una buena cartera de clientes y un grupo de chat con colegas de otras compañías, es posible ganar 99.000 dólares (unos 78.000 euros) en 15 segundos en el mercado de divisas.
Así lo demostró Citigroup, según la Financial Conduct Authority (FCA), la autoridad supervisora británica.
Este caso de las trampas en los tipos de cambio de las divisas incluye información privilegiada en beneficio propio de seis entidades y en maleficio del cliente, que paga su compra de moneda más cara de lo que tocaría. Multa de EE UU y el Reino Unido por cuantía de 3.450 millones de euros.
El gran caso anterior fue el escándalo de la manipulación del euríbor y el líbor, en diciembre de 2013. También fueron seis, dos de ellos comunes a ambos asuntos, los de la mítica casa Morgan y los escoceses del RBS. (...)
"¿Puedes decirle a tus chicos que rebajen el euríbor a 12 meses? OK, hecho", pasteleaban con desfachatez, en vez de cuadrar cálculos técnicos. (...)
La fragua de estas multas merecería un relato de terror: bancos que denuncian a otros para evitar ser multados; altos empleados que obedecen órdenes; otros que las desbordan; jefes que fingen escandalizarse de sus operadores, como el comisario francés de Casablanca (¡qué escándalo, aquí se juega!); despidos catárquicos y negociaciones con el regulador para recibir una sanción más suave a cambio de no impugnarla en los tribunales...
Los casos graves se producen a ritmo de pizzicato a dos manos. Será que estamos ante una corrupción de la banca sistémica y plurifuncional: contratos de derivados ful; de hipotecas basura; de créditos abusivos; de apoyo a la evasión fiscal, como la de los monstruos suizos pescados in fraganti por EE UU por ayudar a miles de clientes a delinquir...
De este compendio de miserias y maldades se infiere que la regulación sancionadora por la vía de la defensa de la competencia en la UE, con ser ya mucho más usada contra la banca, resulta insuficiente.
Habrá que ir más allá. Cuando las multas sean confiscatorias; cuando se establezcan sanciones como la prohibición de reparto de dividendo por causa no solo de insolvencia sino también de manipulación y/o especulación; cuando se inhabilite sine die a directivos responsables y se retire a consejeros y presidentes culpables de los Registros de bancos y banqueros, igual los accionistas toman cartas en el asunto y despiden a quienes debe despedirse. Sin indemnización." ( Xavier Vidal-Folch , El País, 12 NOV 2014)
"Con una buena cartera de clientes y un grupo de chat con colegas de otras compañías, es posible ganar 99.000 dólares (unos 78.000 euros) en 15 segundos en el mercado de divisas.
Así lo demostró Citigroup, según la Financial Conduct Authority (FCA), la autoridad supervisora británica.
El banco, que ha aceptado pagar una multa de 668 millones de
dólares (535 millones de euros), es una de las cinco entidades —junto a
JP Morgan, UBS, RBS y HSBC— condenadas después de una investigación
sobre prácticas con las que estas compañías manipulaban los tipos de
cambio de las divisas al fijar las referencias.
El de divisas es uno de los mercados financieros más grandes del
mundo: mueve cerca de cinco billones de dólares al día, cien veces más,
por ejemplo, que la bolsa de Nueva York. Aquí las transacciones entre
las principales divisas se realizan atendiendo a tipos de cambio de
referencia que se fijan en determinados momentos del día.
Se fija dos
índices, uno para comprar y otro para vender, que van cambiando a lo
largo del día. Los clientes dan órdenes a sus bancos de adquirir o
traspasar grandes volúmenes de divisas a dichos índices de referencia,
que en el momento de la orden no son conocidos, con lo que la compañía
asume el consiguiente riesgo.
Pero estas referencias, cuando el volumen que se maneja es muy grande
y cuando se comparte información confidencial con otros agentes, pueden
ser manipuladas. Es lo que hizo Citigroup, según la FCA, en 15 segundos
de un día en que el banco británico alteró el tipo de cambio de
referencia del euro con el dólar.
La autoridad contó ayer este caso como
ejemplo. Aquel día Citigroup tenía órdenes de compra por 200 millones
de euros al precio del índice ECB fix —uno de los más utilizados— que
consiste en una fotografía del mercado en un instante determinado del
día: las 13.15 GMT. El banco gana si vende a su cliente por encima del
precio al que el banco ha comprado: por tanto, obtendría un beneficio si
lograba mover hacia arriba el índice de referencia.
Para mover hacia arriba el índice, los brókers del banco utilizaban
chats con agentes de otras firmas. Estos grupos de conversación, a los
que daban nombres como El Equipo A o Los Tres Mosqueteros, les permitían
sumar sus respectivas órdenes de compra confidenciales en los momentos
previos a la fijación del índice.
Compraban las órdenes de los otros
agentes y, si acumulaban un volumen suficiente y jugaban bien con él,
lograban tirar del índice hacia arriba. Entonces la firma vendía a su
cliente al precio fijado del índice, que es superior al que acababa de
pagar el banco, obteniendo así un beneficio.
Aquel día, además de Citi, había otros cuatro miembros en el chat. La
firma A tenía que vender 47 millones. La firma B debía comprar 26
millones, pero ofrece transferir su orden de compra a Citi, con lo que
esta aumenta el volumen que va a comprar: cuanto más tienes para
comprar, mayor es tu capacidad de influencia en el índice de referencia.
La firma A dice en el chat que ha transferido sus órdenes de venta a un
tercero: "Tienes pista libre para machacar", escribe el agente en el
chat. Son ejemplos de lo que se conoce como "construir" o "dejar la
munición": sumar órdenes en el mismo sentido o transferir a terceras
personas fuera del chat las órdenes en sentido contrario del movimiento
deseado en el índice.
Esto mantiene el volumen de órdenes en la
dirección deseada en manos de los agentes del chat. La firma C tiene
órdenes de venta por 39 millones, y ofrece cambiarlas. Es decir,
venderlas a un tercero de fuera del chat.
"Tienes vía libre", teclea en
el chat: ya puede hacer su oferta de compra sin que nadie empuje el
precio hacia abajo. La firma D también quiere comprar. "Puedes tener
nuestras órdenes o puedo ayudar", dice en el chat. Y entonces transfiere
también su orden de compra a Citigroup.
Al final, Citigroup aumentó su volumen de compra hasta los 542
millones de euros (el 73% del total de transacciones en ese momento) y,
con él, su capacidad de influir en el índice. Y llegamos a los 15
segundos previos a las 13.15 del día en cuestión. Entre las 13.14:45 y
las 13.15 Citigroup coloca cuatro órdenes de compra de euros. Cada orden
es mayor que la anterior en volumen y en precio, siempre con precios
superiores al que ofrecen los vendedores. A las 13.14:45 coloca una
orden de compra de 25 millones.
A las 13.14:50, una de 50 millones. A
las 13.14:55, 100 millones. Y tres segundos antes de las 13.15, compra
400 millones, a 1,5 puntos por encima de la oferta prevalente. Tras cada
orden, el precio de venta sube. Al final, sube de 1,3214 a 1,3222 en 15
segundos.
Todo un alarde de ingeniería financiera que fue recibida con elogios
en el chat. "Impresionante", decía un agente. "Adorable", opinaba otro.
"Eso no es algo que se pueda enseñar", añadía un tercero. "Sí, funcionó
bien", respondía el bróker de Citigroup, que acababa de manipular el
tipo de cambio entre el dólar y el euro, gracias al uso de información
privilegiada, ganando 99.000 dólares en 15 segundos." (
Pablo Guimón
, El País, Londres
12 NOV 2014)
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