"Miedo, “pánico”, terror y, sobre todo, desconfianza total en el sistema.
La declaración de María Victoria Álvarez Martín, ex pareja sentimental
de Jordi Pujol Ferrusola (un señor que no se dedicaba a negocios “muy
finos”), ante el juez de la Audiencia Nacional después de que la primera
denunciara al segundo tuvo una duración de 100 minutos y acabó con la denunciante llorando tras las preguntas del abogado defensor. (...)
Además, la ex pareja también ratificó que en viajes a Andorra y
Londres, Jordi Pujol Ferrusola llevaba grandes cantidades de dinero en
metálico y se veía con personas que se dedicaban, según le había dicho
él mismo, al blanqueo de dinero.
También reconoció que
había sido maltratada por el que fue su pareja, lo que le llevó a
necesitar la asistencia médica, tanto psiquátrica como psicológica.
El supuesto modus operandi utilizado en Andorra (“entre seis y diez
[viajes], más o menos”) para, según ha denunciado, blanquear dinero era
sencillo. Iban en coche hasta el país vecino, Pujol Ferrusola realizaba
allí alguna operación durante un par de horas -a las que ella no
asistía-, volvían en coche hasta Lérida y allí seguían “el viaje a Madrid de donde nunca volvía el dinero”:
“Lo que me decía es que tenía trabajo, que incluso tenía un museo ahí [en Andorra] y tenía socios de varias cosas hasta un día, en el [año] 2008, que en uno de estos viajes pues abriendo [el maletero] para sacar las maletas del coche y subir al AVE, se abre ahí una especie de mochila y había muchísimo dinero. [...] En la estación, en el párking, en el AVE de Lérida. Hay un párking detrás, y ahí dejábamos las maletas y las cogíamos para subir al AVE, y fue en ese momento. [...] Billetes de 200 también había, pero principalmente de 500. [...] Habían sacado 400.000 y pico euros de intereses este año y [oyó en una conversación telefónica] que estaban muy contentos. [...] Estábamos en el andén, además recuerdo perfectamente en el andén del AVE”.
En la capital de España, ella aprovechaba para trabajar en sus negocios
(es empresaria del sector de las telecomunicaciones) y Jordi Pujol
Ferrusola veía a sus contactos (siempre hacía viajes a Majadahoda,
donde, parece ser, vive su ahijado). Tras las operaciones en Madrid
volvían en AVE a Lérida y de ahí a Barcelona en coche:
“[...] A la vuelta de ese viaje fue cuando realmente se lo dije. Digo que, perdone [señoría], pero es que se lo dije así, bajando del coche, le dije: ‘Eres un auténtico hijo de puta, digo, si tú te dedicas a hacer estas cosas creo que me tendrías que avisar, si vamos a subir y mover dinero o lo que sea, me tendrías que avisar y yo decidir si quiero ir o no. Porque aquí, te pasa aquí cualquier cosa y yo estoy al lado, o sea que no me hagas más estas cosas’. Desde entonces no quise volver a subir a Andorra con él”.
En los viajes que realizaron juntos a México y Argentina, Álvarez
Martín no vio supuestas operaciones que pudieran ser ilegales. Sin
embargo, fue diferente lo que vivió en un viaje a Londres, en septiembre
de 2006. Jordi Pujol Ferrusola le presentó a Herbert Brandford y Rupert
Galiara (“lo que conozco principalmente es la parte del nombre de
Herbert. Es el punto por donde esta familia está blanqueando el dinero, sacándolo.
[...]
Ella [Marta Pujol Ferrusola] hizo una llamada diciendo: ‘Jordi,
ya tienes los 400.000 euros donde tienen que estar. ¿Estás en Londres
ya? Sí, pues vale, pues ya me cuentas’. Esto es a lo que me refería”, en
otro momento, aseguró que Josep Pujol Ferrusola también colaboraba en
los negocios), el primero, según le aseguró el vástago de los Pujol
Ferrusola, se dedicaba a blanquear dinero:
“Luego me explicó al cabo de un tiempo que el Herbert este se dedica al blanqueo de dinero en las islas del Canal. [...] Pues me lo explica un día [en 2008] que me llama a mí un amigo que quería también blanquear: ‘Oye ¿cómo se blanquea una factura?’. ¡Yo qué sé cómo se blanquea una factura! Y Jordi me dice: ‘¿Quieres que te explique cómo se blanquean los dineros con las facturas?’. Y me explicó: ‘Mira, tú haces una factura en un país extraño de una mercancía que luego no llega pero has facturado’… Bueno, me empezó a explicar, dice: ‘Bueno, esto es a lo que nos dedicamos con Herbert’”.
En esa reunión que mantuvieron en la capital del Reino Unido, los
tres le ofrecieron a la mujer crear una empresa de telecomunicaciones en
Liechtenstein. El proyecto no fraguó pero, según
Álvarez Martín, le sorprendió y se asustó.
Además, en una conversación
por teléfono, que ella escuchó ya que se llevó a cabo en un coche
alquilado en el Reino Unido con el altavoz del móvil de Pujol Ferrusola,
esto es lo que supuestamente se dijo:
“Al día siguiente cogemos un coche, porque íbamos a la fábrica de Lotus porque se quería comprar un coche de carreras nuevo. Entonces es cuando su madre, Marta Ferrusola, llama por teléfono en el manos libres y le dice, bueno lo digo en castellano, eh, más que en catalán mejor, dice: ‘Hola, ¿ya estás en Londres? Bueno, pues que ya sepas que está el dinero, los 400.000 ya están preparados. Vale’. Yo esto no sé a qué se refiere, eh, porque yo simplemente oigo esto”. (...)
En la declaración, Álvarez Martín -preguntada por si pidió asesoramiento
al respecto- también ha puesto de manifiesto que, en su opinión, en
Barcelona, en concreto, y en Cataluña, en general, es imposible pedir
asesoramiento jurídico o fiscal ya que la familia Pujol Ferrusola controla la vida política y económica. (...)
En este sentido, según la denunciante, su ex pareja le amenazó para
que no acudiera a la policía y declarase lo que había visto. ”El señor
Jordi Pujol [Ferrusola] a mí me ha amenazado varias veces con que si
entraba y ponía un pie en Layetana [en la comisaría de la Policía
Nacional], él lo sabía al minuto cero, y ya tendríamos consecuencias”.
Según Álvarez Martín, el hijo mayor de Jordi Pujol y Marta
Ferrusola ”tiene como 73 ó 75 ó 70 empresas diferentes”. Su despacho
central de trabajo está Barcelona (cuya caja fuerte “tiene grandes
cantidades de dinero”), anunciado como consultoría, y “lo estaba
compartiendo hasta hace relativamente poco con el hermano de Felip Puig”,
actual consejero de Empresa y Empleo y ex consejero de Interior. La
“central” de operaciones solo tiene esos dos socios y “una secretaria”,
pero existen otros socios:
Ministerio Público: Los socios, ¿sabe usted si tenía socios extranjeros? ¿Los conoce usted?
Álvarez Martín: Ufff, a ver, espérate que piense, todos son socios extranjeros, claro. A ver, con el Puerto de Rosario tiene dos socios, uno al que quiso matar. Se dice rápido, literalmente, lo que pasa es que no encontró a nadie que lo matara, y otro que no sé quién es. Bueno, no sé los nombres, no me acuerdo.
M.P.: [...] Y dice usted que a uno de ellos le quiso matar, ¿qué pasa, se lo contó a usted u oyó alguna conversación?
Á.M.: No, no, me lo contó. Resulta que es que ellos habían comprado el Puerto de Rosario [Argentina], iban a hacer una serie de reformas y luego venderlo y sacar una plusvalía de treinta y pico millones de euros, aproximadamente. Entonces uno de ellos, por lo visto, les trajo muchos problemas y llegó y pero bueno… No, no, es que este hombre acaba mal en todos los negocios. Todos los negocios y con todos los socios ha terminado a hostias, pero a hostia limpia literal, literal, literal y con muchas amenazas y con muchas historias. Y de este tío precisamente me dijo ‘estoy hablando con la gente a ver si se lo puede cargar’, porque me dijo: ‘si lo mato estaré mucho más tranquilo’. Yo pensé que era la típica broma. Dije, pues mátalo, ja, ja, ¿sabes? Y respondió que no, ‘es que estoy hablando con los míos y nadie se quiere arriesgar a ir a Argentina a matarlo’. Palabras textuales. Yo ahí ya me quedé blanca, verde y de todos los colores.
Un aspecto que ha sido muy comentado es la cantidad de coches que
tiene el hijo de Jordi Pujol Soley. Un secreto a voces, pues por
Barcelona se le ha visto en ocasiones con vehículos de gran cilindrada y
deportivos casi únicos en Cataluña:
Ministerio Público: ¿Y cuántos coches tiene?
Álvarez Martín: A ver, yo le he conocido a Jordi 18, más los dos que vi aquí en Londres, más los de carreras.
M.P.: ¿Y dónde los tiene, en Barcelona?
Á.M.: Sí, bueno antes los tenía en una nave en Premiá de Mar [en la provincia de Barcelona], ahí tenía algunos, lo que pasa es que al final vendió la nave esa, se los llevó a otra nave y ahora los tiene casi todos debajo, creo que en el párking de su oficina y en el de su casa en [la calle] Muntaner [de Barcelona].
Una vez que su denuncia salió a la luz pública, a través de los
periódicos, se ha intercambiado mensajes con Jordi Pujol Ferrsuola a
través de los SMS. Ella llegó a avisar a su ex pareja, después de que la
policía se pusiera en contacto con ella para que presentara la
denuncia, que finalmente hizo en Madrid y no en Barcelona:
“El señor
Pujol Ferrusola antes de que yo hiciera todo esto que me estaba llamando
ya la policía yo le avisé, le dije, me está llamando la policía, qué
hago, qué pasa aquí, y tal. Y me contestó, de una manera muy simpática: ‘Pues haz como yo, vive la vida y pasa de todo’”.
Sin embargo, Álvarez Martín tiene terror. Las primeras palabras de la
denunciante en la declaración ante el juez de la Audiencia Nacional
fueron estas:
“Una cosa, tengo un miedo de narices, vale, porque cuando hice la declaración esta a la policía dije, por favor, pedí ser testigo protegido cuando me incitaron y tengo mucho miedo porque estoy en Barcelona. Mi hijo ya ha tenido problemas, o sea, esta gente no son maravillosos y yo tengo miedo”.
La segunda declaración no es menos angustiosa, tras recordarle el
juez Ruz que nadie ha pedido oficialmente que necesitara protección
especial:
“Lo solicité yo cuando hice esta declaración [ante la policía], pedí ser testigo protegido y, ante todo, y un tal Manuel me dijo que mi nombre no iba a salir por ningún lado y que esto no iba a ser así y, joder, a los cuatro días estaba en toda la prensa. Esto me está causando mucha cosa…”.
E insistió poco después con la necesidad de que fuera testigo protegida:
“Oiga, yo quiero ser testigo protegido, yo de esto puedo aportar datos y puedo ayudarles pero no quiero que mi nombre salga bajo ningún concepto. Esta gente [los Pujol Ferrusola y los Puig] en Cataluña tiene muchos amigos y muchos enemigos, pero muchos amigos y mucha gente que le debe muchos favores. Son peligrosos, muy peligrosos. Yo me he pasado dos años, y perdone la palabra, acojonada, cuando intenté salir de esa relación, amenazada, todo… Ha sido horroroso, entonces cuando he visto todo esto en los medios de comunicación, a mí esto me esta produciendo un trastorno a todos los niveles, tremendo”.
Preguntada por su tardanza en denunciar los supuestos hechos, y su
negativa a hacerlo en Barcelona, esto es lo que responde Álvarez Martín:
“Felip Puig es el íntimo amigo de Jordi Pujol Ferrusola y ahí [en la comisaría de la Policía Nacional de Vía Layetana de Barcelona] se pone un pie dentro y se entera hasta el apuntador y ante esto yo, oiga, yo soy una persona muy normal, no quiero, todo esto me viene muy grande, de salir en todos los lados. Estoy intentando poner un granito de arena en todo esto. [...] Si piso esa comisaría de Barcelona en el minuto cero, Jordi Pujol Ferrusola lo sabe. El contacto entre estos dos es constante”.
Y añade un nuevo elemento:
“Me decido [a denunciarlo ahora], primero, porque esto [Madrid] no es Barcelona, ni Cataluña, con lo cual estoy más tranquila, porque veo que se está empezando a investigar cosas que merecen la pena que estén saliendo ya de una vez, porque sé que no estoy sola en esto y porque ya está bien, y porque mi hijo cumple 18 años y después de todo lo que había visto, si no [yo], iba él a declarar, él se iba a la policía a denunciar a este tío. Digo: para, para, para… ‘Ya tengo 18 años, todo lo que nos ha hecho este tío y todo lo que hemos visto lo voy a denunciar mamá, ya puedo hacerlo’”. (...)
Finalmente, Álvarez Martín finaliza la declaración llorando y notablemente nerviosa, según se desprende del audio." (lavozdebarcelona.com, 13/02/2013)
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