"Ana A., de Bilbao, llamó a Malka Maman para ofrecerle una operación
urgente: una cliente necesitaba rápidamente 120.000 euros en efectivo.
Estaba dispuesta a pagar una comisión del 2,5% o incluso del 3%. Había
hablado antes con otra persona que iba a hacerse cargo del asunto, pero
le cobraba “una comisión carísima”. Maman, que trabajaba para una
organización china, accedió. Ana le dijo que estaba “interesadísima” en
hacerlo cuanto antes.
Días antes, otra intermediaria, Charo D. G., había ofrecido a Maman,
un cliente “muy relevante” y “muy conocido”. En conversaciones
telefónicas posteriores ambas van hablando de ese y otros clientes.
Charo le dice que ha hablado con “la Señora”, que quiere 400.000 euros, y
que lo quiere mover “de una sola vez”. Explica que el marido de la
cliente “antes era banquero y ahora se ha pasado al otro lado”.
Maman asegura que puede conseguir una cantidad así en tres días sin
problema. Poco después, Charo le informa de que una de las clientes,
“que vive en el Conde Orgaz [un lujoso barrio madrileño], ha quedado
contentísima y ni siquiera ha contado el dinero”. Ha quedado “muy
satisfecha porque los billetes eran pequeños”, añade. La ilícita
transacción salió perfecta.
Malka Maman, la Sobrina, es una de las principales detenidas en la Operación Emperador
contra la presunta macroestructura de crimen organizado chino en
España. La labor de esta israelí afincada en España era buscar
empresarios o gente acaudalada en nuestro país con dinero en paraísos
fiscales del que no pudieran disponer.
Lo que ofrecía era sencillo: ella
les daba en efectivo (sobres, mochilas o simples bolsas de plástico) el
dinero que necesitaran —por lo general cientos de miles de euros— y los
clientes hacían una transferencia desde el paraíso fiscal a la cuenta
que ella les dijera en China, India o Israel.
Los clientes eludían así cualquier tipo de gravamen sobre las
cantidades que recibían. El único era la comisión que pagaban a la
organización. Cuando esta confirmaba que la transferencia había llegado,
Malka mandaba a alguien con la bolsa de plástico o la mochila llena de
fajos de billetes.
Las conversaciones de Maman con Ana A., con Charo, y
con otros españoles implicados constan en el sumario que instruye el
juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.
Hallar españoles acaudalados que quisieran evadir el pago de
impuestos no era difícil, a tenor de la documentación del sumario. Más
que buscarlos, ambos se encontraban. Como se aprecia en el caso del
cliente de Ana A., muchas veces se trataba de gente que ya acudía a
otras personas para sacar dinero de sus paraísos fiscales sin pagar
impuestos y que se pasan a los chinos porque estos ofrecen mejores
condiciones.
Un buen número de españoles colaboraban en el macrofraude
fiscal. La policía trabaja en elaborar una lista con sus nombres y el
dinero defraudado por esta vía. Fuentes policiales aseguran que su
conducta podría ser investigada por un presunto delito contra la
Hacienda Pública, aunque, por el momento, el juez no los ha llamado a
declarar.
“La trama peninsular estaría compuesta por nacionales españoles que
habrían formado junto a nuestra principal encartada [Malka Maman] una
estructura horizontal de blanqueo de capitales perfectamente organizada,
intercambiándose clientes y colaborando con su ayuda mutua a evadir la
fiscalización de grandes cantidades económicas pertenecientes a
empresarios y otras personas ‘pudientes y acomodadas’ instaladas en la
mayoría de los casos en Barcelona y Madrid”, indica un informe del
sumario de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la
Policía.
La trama hebrea, como llaman los investigadores al círculo de Maman,
no era la única que buscaba españoles acaudalados para los chinos. Lo
hacía también directamente el detenido Rafael Pallardó, “responsable de
planificar, desarrollar y materializar los envíos de dinero a China
fuera de los cauces legalmente establecidos”, según la Fiscalía
Anticorrupción.
Él llevaba a veces en mano dinero a China; él puso en
contacto a la trama hebrea con los chinos, y fue él quien se puso a
buscar desesperadamente españoles ricos con dinero no declarado cuando
Andorra le cerró las puertas. Hasta ese momento, había sido una de sus
bazas principales.
Esto ocurrió en 2011. Andorra aprobó una ley de blanqueo que puso en
aprietos a Pallardó. Los bancos que usaba para mandar fondos a China
amenazaron con cerrarle las cuentas, y le dijeron que “la operativa que
venían realizando” resultaba peligrosa. Pallardó incluso grabó una
entrevista de 40 minutos con alguien de uno de esos bancos en la que,
según él, quedaba constancia “de la operativa fraudulenta por parte de
la entidad”. Quería amenazarlos con divulgar la charla si le cerraban el
grifo de los envíos.
Pallardó, a esas alturas, estaba desesperado. Decía que “no se podía
quedar sin esto”, que no los quería chantajear pero que tampoco podía
quedarse de brazos cruzados porque “perdía mucho”.
Es entonces cuando,
aparte de los contactos con la trama hebrea, se pone él también a buscar
personalmente españoles con dinero en paraísos fiscales. “¿Tú o tu
familia tenéis pasta afuera que queráis en España?”, pregunta el
empresario a sus conocidos.
“Necesitamos por algún sitio darle salida a todo, darle salida como
sea. (...) Si tienes algún amigo necesitado, avísame”, le dice a una
persona por teléfono en noviembre de 2011, mientras concierta una cita.
Le dice que le enviara “un chinito” para que le dé los 120.000 en una
mochila en el hotel Miguel Ángel. Y al empresario Patxi Garmendia, amigo
del Rey, ese mismo día, le dan otros 90.000 en una bolsa.
Este tipo de tratos era beneficioso para las dos partes. De un lado,
los acaudalados clientes de la trama conseguían acceder a parte de su
dinero oculto en el exterior sin pasar por Hacienda.
De otro, la
organización daba salida a las ingentes cantidades de efectivo que
acumulaba gracias al contrabando, las falsificaciones y los fraudes a la
Hacienda Pública en el comercio de mercancía china al por menor con
centenares de bazares chinos de toda España. El destinatario del dinero
era el profesor Huang, apodo con el que se conocía al padre de Gao Ping,
la cúspide de esta pirámide de blanqueo." (El País, 08/12/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario