27.12.12

Le dice que le envíe “un chinito” para que le dé los 120.000 en una mochila en el hotel Miguel Ángel

"Ana A., de Bilbao, llamó a Malka Maman para ofrecerle una operación urgente: una cliente necesitaba rápidamente 120.000 euros en efectivo. Estaba dispuesta a pagar una comisión del 2,5% o incluso del 3%. Había hablado antes con otra persona que iba a hacerse cargo del asunto, pero le cobraba “una comisión carísima”. Maman, que trabajaba para una organización china, accedió. Ana le dijo que estaba “interesadísima” en hacerlo cuanto antes.

Días antes, otra intermediaria, Charo D. G., había ofrecido a Maman, un cliente “muy relevante” y “muy conocido”. En conversaciones telefónicas posteriores ambas van hablando de ese y otros clientes. Charo le dice que ha hablado con “la Señora”, que quiere 400.000 euros, y que lo quiere mover “de una sola vez”. Explica que el marido de la cliente “antes era banquero y ahora se ha pasado al otro lado”.

Maman asegura que puede conseguir una cantidad así en tres días sin problema. Poco después, Charo le informa de que una de las clientes, “que vive en el Conde Orgaz [un lujoso barrio madrileño], ha quedado contentísima y ni siquiera ha contado el dinero”. Ha quedado “muy satisfecha porque los billetes eran pequeños”, añade. La ilícita transacción salió perfecta.

Malka Maman, la Sobrina, es una de las principales detenidas en la Operación Emperador contra la presunta macroestructura de crimen organizado chino en España. La labor de esta israelí afincada en España era buscar empresarios o gente acaudalada en nuestro país con dinero en paraísos fiscales del que no pudieran disponer. 

Lo que ofrecía era sencillo: ella les daba en efectivo (sobres, mochilas o simples bolsas de plástico) el dinero que necesitaran —por lo general cientos de miles de euros— y los clientes hacían una transferencia desde el paraíso fiscal a la cuenta que ella les dijera en China, India o Israel.

Los clientes eludían así cualquier tipo de gravamen sobre las cantidades que recibían. El único era la comisión que pagaban a la organización. Cuando esta confirmaba que la transferencia había llegado, Malka mandaba a alguien con la bolsa de plástico o la mochila llena de fajos de billetes. 

Las conversaciones de Maman con Ana A., con Charo, y con otros españoles implicados constan en el sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.

Hallar españoles acaudalados que quisieran evadir el pago de impuestos no era difícil, a tenor de la documentación del sumario. Más que buscarlos, ambos se encontraban. Como se aprecia en el caso del cliente de Ana A., muchas veces se trataba de gente que ya acudía a otras personas para sacar dinero de sus paraísos fiscales sin pagar impuestos y que se pasan a los chinos porque estos ofrecen mejores condiciones.

 Un buen número de españoles colaboraban en el macrofraude fiscal. La policía trabaja en elaborar una lista con sus nombres y el dinero defraudado por esta vía. Fuentes policiales aseguran que su conducta podría ser investigada por un presunto delito contra la Hacienda Pública, aunque, por el momento, el juez no los ha llamado a declarar.

“La trama peninsular estaría compuesta por nacionales españoles que habrían formado junto a nuestra principal encartada [Malka Maman] una estructura horizontal de blanqueo de capitales perfectamente organizada, intercambiándose clientes y colaborando con su ayuda mutua a evadir la fiscalización de grandes cantidades económicas pertenecientes a empresarios y otras personas ‘pudientes y acomodadas’ instaladas en la mayoría de los casos en Barcelona y Madrid”, indica un informe del sumario de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía.

La trama hebrea, como llaman los investigadores al círculo de Maman, no era la única que buscaba españoles acaudalados para los chinos. Lo hacía también directamente el detenido Rafael Pallardó, “responsable de planificar, desarrollar y materializar los envíos de dinero a China fuera de los cauces legalmente establecidos”, según la Fiscalía Anticorrupción. 

Él llevaba a veces en mano dinero a China; él puso en contacto a la trama hebrea con los chinos, y fue él quien se puso a buscar desesperadamente españoles ricos con dinero no declarado cuando Andorra le cerró las puertas. Hasta ese momento, había sido una de sus bazas principales. 

 Esto ocurrió en 2011. Andorra aprobó una ley de blanqueo que puso en aprietos a Pallardó. Los bancos que usaba para mandar fondos a China amenazaron con cerrarle las cuentas, y le dijeron que “la operativa que venían realizando” resultaba peligrosa. Pallardó incluso grabó una entrevista de 40 minutos con alguien de uno de esos bancos en la que, según él, quedaba constancia “de la operativa fraudulenta por parte de la entidad”. Quería amenazarlos con divulgar la charla si le cerraban el grifo de los envíos.

Pallardó, a esas alturas, estaba desesperado. Decía que “no se podía quedar sin esto”, que no los quería chantajear pero que tampoco podía quedarse de brazos cruzados porque “perdía mucho”.

 Es entonces cuando, aparte de los contactos con la trama hebrea, se pone él también a buscar personalmente españoles con dinero en paraísos fiscales. “¿Tú o tu familia tenéis pasta afuera que queráis en España?”, pregunta el empresario a sus conocidos.

“Necesitamos por algún sitio darle salida a todo, darle salida como sea. (...) Si tienes algún amigo necesitado, avísame”, le dice a una persona por teléfono en noviembre de 2011, mientras concierta una cita.

 Le dice que le enviara “un chinito” para que le dé los 120.000 en una mochila en el hotel Miguel Ángel. Y al empresario Patxi Garmendia, amigo del Rey, ese mismo día, le dan otros 90.000 en una bolsa.

Este tipo de tratos era beneficioso para las dos partes. De un lado, los acaudalados clientes de la trama conseguían acceder a parte de su dinero oculto en el exterior sin pasar por Hacienda. 

De otro, la organización daba salida a las ingentes cantidades de efectivo que acumulaba gracias al contrabando, las falsificaciones y los fraudes a la Hacienda Pública en el comercio de mercancía china al por menor con centenares de bazares chinos de toda España. El destinatario del dinero era el profesor Huang, apodo con el que se conocía al padre de Gao Ping, la cúspide de esta pirámide de blanqueo."        (El País, 08/12/2012)

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