"Al menos 200 empresarios españoles han utilizado o utilizaban en la actualidad los servicios de la red encabezada por el chino Gao Ping,
detenido hace unos días en Madrid, para blanquear el dinero que tienen
oculto en paraísos fiscales o en países con una legislación laxa, según
fuentes de la investigación.
La relación entre los españoles y la
organización asiática era favorable para ambas partes: los empresarios
obtenían dinero en efectivo de forma rápida y fuera de control, mientras
que la familia de Gao Ping recibía a la vez en China una suma similar procedente de las cuentas que los empresarios tienen fuera de España.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció el pasado miércoles que entre los futuros arrestados en la Operación Emperador habría algún nombre que podría causar sorpresa. Ese vaticinio desató las especulaciones sobre la implicación de políticos o famosos.
Sin embargo, la policía asegura que no hay ningún famoso en la lista.
La insinuación del ministro se refería a otro tipo de personajes:
empresarios y personajes acaudalados.
Las investigaciones realizadas durante los dos últimos años por el
Grupo III de Delincuencia Internacional de la Udyco (Unidad central
contra la Delincuencia y el Crimen Organizado) han revelado que una de
las formas de blanquear dinero por parte del entramado supuestamente
encabezado por Gao Ping es a través de empresarios españoles que poseen
grandes sumas depositadas en países laxos como Suiza, Liechtenstein,
Panamá, Argentina, Andorra y paraísos fiscales.
Estas personas, que
evadieron verdaderas fortunas en época de bonanza, necesitan ahora traer
de regreso a España parte de esos capitales para pagar a sus
proveedores o para ampliar sus negocios.
Tales empresarios necesitan recuperar parte del dinero que tienen en
el extranjero, pero quieren hacerlo sin que estas transacciones sean
controladas por los servicios estatales de prevención del blanqueo de
capitales y, por tanto, sin que la Agencia Tributaria descubra su
patrimonio. La única forma de conseguirlo es usando vías clandestinas. Y
ahí entraba en juego la organización del emperador Gao Ping.
Muchos de estos empresarios enlazaron con la organización china a
través de Rafael Pallardó Calatrava, un comerciante barcelonés que años
atrás entró en contacto con la organización de Gao Ping por ser
importador de bolsos, calzado, peletería, carteras, cinturones y otros
artículos.
Otras veces, los empresarios accedieron a los servicios del
entramado asiático mediante una mujer conectada a Pallardó —la israelí
Malka Mamman Levy— o bien de otros intermediarios.
¿Cómo era el intercambio de favores entre los ricos españoles y la
red china? Aparentemente muy fácil: si un empresario necesitaba medio
millón de euros en metálico, los chinos se lo entregaban sin problema en
el mismo momento en que recibieran un simple pantallazo desde un banco
de un paraíso fiscal confirmándoles que desde la cuenta de ese
empresario había sido enviada una cantidad similar hasta una cuenta en
China controlada por la familia de Gao Ping.
Y así, todos contentos: el
español, podía disponer de su dinero sin haber haber pasado ningún
control fiscal, mientras que la red asiática tenía más capital para
seguir comprando material para alimentar la cadena de producción de sus
fábricas textiles, de plástico y calzados. Además, los chinos conseguían un beneficio de entre un 3% y un 5% de cada partida blanqueada a los españoles.
Según fuentes de la investigación, la red liderada por El Emperador
tenía tantos acaudalados deseos de que les blanqueara su dinero, que los
gestores del imperio rechazaban clientes alegando que no disponían en
ese momento de dinero en efectivo.
En muchos casos, eso no era cierto,
ya que las pesquisas policiales han constatado que en la sede central
del polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada (Madrid)
había todos los días entre tres y cinco millones de euros. Un billete
junto a otro billete, en fajos atados con una goma elástica.
La Brigada de Crimen Organizado también ha constatado otra modalidad
de negocio de la red china consistente en proporcionar a empresarios
españoles los cauces para evadir su dinero fuera de España.
Estos
empresarios, cuyos negocios suelen generar grandes sumas de dinero en
metálico, entregaban ese capital a los intermediarios de la red asiática
y esta se encargaba de reintegrar dichas sumas desde cuentas opacas de
Suiza, Panamá y Hong Kong. La red, naturalmente, no hacía el trabajo
gratis, sino que cobraba una suculenta comisión.
Entre enero y mayo pasado, el Gobierno estima que hubo una evasión de capitales total en España de 163.000 millones de euros.
Durante los últimos 12 meses, el Grupo III de la Udyco central ha estado enviando a la Audiencia Nacional
un informe mensual de 500 páginas o más dando cuenta de la marcha de
las pesquisas realizadas por sus 16 integrantes.
Gracias a estas
investigaciones, la policía ha comprobado que la red china usaba cada
vez más el método de lavado de dinero haciendo favores a ricos
españoles, abandonando poco a poco el viejo sistema de sacar de España el dinero en bolsas de plástico o maletines.
“El 80% del blanqueo lo hacían a través de empresarios españoles,
quienes sabían perfectamente que estaban haciendo negocio con los
chinos”, afirma una fuente de la investigación.
Hasta el momento, los únicos empresarios que se han visto salpicados por la Operación Emperador son los hermanos Patxi y Pedro Garmendia Ugartetxea,
propietarios de enormes criaderos de perdices y de los cotizados bueyes
de Kobe (una ciudad de Japón). Patxi Garmendia, amigo del Rey, quedó en
libertad tras pagar una fianza de 25.000 euros, igual que su hermano.
Oriol Mestre Risse, dueño de una empresa de promoción inmobiliaria, fue
detenido La Seu d' Urgell (Lleida) cuando iba a Andorra. En la lista de
detenibles figuran otros empresarios de la construcción, agrarios,
cinegéticos, dueños de empresas de viajes, negocios de hostelería,
comercio y los transportes. (...)
El entramado supuestamente dirigido por Gao Ping, un
personaje muy influyente entre la comunidad china asentada en España,
no solo hacía negocios de lavado con ricos españoles, sino que también
escamoteaba buena parte de sus ingentes ganancias al fisco español.
En primer lugar, la trama ya defraudaba a Hacienda declarando solo
una mínima parte de la mercancía que importaba de China (entre 1.500 y
2.000 contenedores al año), según fuentes de la investigación. Después,
distribuía la mercancía entre tiendas propias, otras sometidas a la
organización y, finalmente, en otras ajenas, aunque captadas como
compradoras mediante el señuelo de buenos descuentos.
Los agentes
comerciales eran a la vez los recaudadores, convertidos en correos
humanos que llevan en mano el dinero hasta la sede central de la
organización en el polígono Cobo Calleja.
“En muchas transacciones no había albaranes ni facturas. La mercancía
en negro generaba dinero negro. El daño para la Hacienda pública
española es tremendo”, afirma un mando policial. “Había que acabar con
esta situación escandalosa”, añade. Este método de funcionamiento generó
durante los últimos 10 años una fortuna colosal para Gao Ping y su
familia.
En cada viaje, con una periodicidad de un mes o mes y medio, la organización evadía entre cuatro y cinco millones de euros que servían para mantener y engrandecer el imperio en China." (El País, 21/10/2012)
1 comentario:
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