"De nuevo, el escándalo agita el imperio francés de cosmética L'Oréal. Aunque esta vez no tiene nada que ver con la dueña del grupo, Liliane Bettencourt.
Ahora se trata de su antiguo presidente ejecutivo, el carismático Lindsay Owen-Jones, quien hace apenas un mes cedió la presidencia del consejo a Jean-Paul Agon. El exdirectivo y dos de sus antiguos colaboradores están acusados de corrupción, abuso de confianza y blanqueo de dinero por su antiguo distribuidor en Rusia. (...)
El caso se remonta a los años noventa. Según el demandante, Janez Mercun, entonces distribuidor en exclusiva de los productos L'Oréal en Rusia, Owen-Jones dio el visto bueno a la creación de un mercado paralelo en Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Lo habría hecho a través de varias empresas pantalla.
"La mayoría de estas empresas tenía como objetivo disimular la evasión fiscal (...) y sobre todo el enriquecimiento personal, en particular el del señor Owen-Jones", detalla la demanda. Para ello, el exdirectivo incluso se habría puesto en contacto con integrantes del crimen organizado, según el letrado de Mercun." (El País, 07/04/2011)
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