El informe policial que figura en el sumario apunta a que "la contraprestación" a favor de Ripoll "se vería materializada en dos viviendas unidas de la promoción inmobiliaria ubicada en la Avenida Benito Pérez Galdós de Alicante a desarrollar por la promotora Calamerced". (...)
Rafael Gregori: (que ha llamado al teléfono de la mujer de Ripoll y habla con el presidente de la Diputación Provincial): Oye, vamos a ver. Me hace falta que me digas las letras de los pisos que queréis.
Joaquín Ripoll: Espérate que te lo mire y te lo digo.
Rafael Gregori: Míralo y me lo dices.
Joaquín Ripoll: Espérate, que lo tengo aquí al lado.
Rafael Gregori: Porque había varios quintos, ¿no?
Joaquín Ripoll: Sí. Yo creo que eran, a ver.
Rafael Gregori: Eran dos que eran de distinto ascensor, creo, ¿no?
Joaquín Ripoll: Sí, eran dos que eran de distinto acceso, que eran el D y el E.
Rafael Gregori: El D y el E, ¿no?
Joaquín Ripoll: El D y el E, sí.
Rafael Gregori: Vale. El cinco D y cinco E.
Joaquín Ripoll: Cinco D y cinco E. D, de dedo y E, de España.
Rafael Gregori: Muy bien. Venga, pues yo te los dejo guardados.
Joaquín Ripoll: Venga, de acuerdo. Hasta luego.
Rafael Gregori: Venga Joaquín, un abrazo, hasta luego.
El intermediario habla después con su hermano José y tratan el tema de los pisos y se refieren al jefe, en relación a su padre, que forma parte del consejo de administración de la inmobiliaria que promueve los pisos que supuestamente iban a regalar a Ripoll. Los hermanos coinciden en que, antes de comprometerse, tienen que tener claro el negocio.
José Gregori: Oye, tienes que pensar una cosa Rafa, que se ve que éstos le están apretando ya al jefe para los pisos de....
Rafael Gregori: No, ya, ya me lo ha dicho, pero yo se lo he dicho al jefe, que a su momento, tío.
J: Eh, vamos a asegurarnos eso, ¿no?
R: Y si no, no hay pisos.
J: Antes de comprometernos.
R: José, yo hasta que no tenga el tema claro, no hay (no se entiende).
J: No vayamos a comprometernos nosotros con más pisos, ¿no?
R: José, tranquilo, ya lo hablamos mañana, ¿eh?
J: Venga, pues nada, ¿eh?, mañana nos vemos.
R: Lo comentamos mañana y ya te digo lo que quiero.
J: Muy bien.
R: Venga, hasta luego
El intermediario vuelve a hablar con el presidente de la Diputación Provincial de Alicante.
Rafael Gregori: Joaquín.
Joaquín Ripoll: Rafa, buenos días.
R: Llamé ayer a Margarita y no me lo cogió.
J: Bueno, yo hablo con ella y luego quedamos, oye, ¿podíamos ver los pisos?
R: Claro, coño.
J: ¿Los podemos ver mañana?
R: Claro que sí.
El intermediario Rafael Gregori trata sobre el tema de los pisos con la mujer de Ripoll, Margarita de la Vega.
Gregori le dice que habló con su marido Joaquín Ripoll y con Enrique Ortiz, el empresario al que se adjudica el contrato de las basuras, y quedaron a las diez para cenar en Petrel, que él le recoge a las 21.30.
Margarita de la Vega: Oye, por cierto, que además yo quería hablar contigo porque los pisos esos, le he preguntado que si ya los tenemos y me ha dicho que sí.
R: Vamos a verlos mañana, dice.
M: Ah, es que yo quiero verlos.
R: Eh, vamos a verlos mañana.
M: Que él ya mire a ver si se puede o con otra cosa, ah, ¿ves como le aprieto? En el fondo no hay nada más que pegarle para que reaccione.
R: Vamos a... vamos a... vamos a verlos mañana.
M: Ah, vale, vale, vale, es que le he dicho, oye, ¿esto cómo está, qué pasa y qué tal?, vale, vale, estupendo.
R: De momento los tenemos comprados.
M: De momento los tenemos comprados , bueno, je, je.
R: De momento.
M: Espero que no los tengamos que vender, je, je.
R: Veremos a ver lo que tenemos que hacer, je, je, de momento sí.
M: Efectivamente, vale, vale.
R: Yo voy a organizarme hoy para verlos mañana. (...)
El informe policial adjunta fotografías de la visita que realizaron al inmueble. Y aporta conversaciones del industrial Ángel Fenoll, que tuvo una participación activa para beneficiarse del negocio al vender un terreno propio que había comprado por 800.000 euros por cuatro millones de euros a Enrique Ortiz para que construyera allí la planta de tratamiento de la basura.
Ángel Fenoll: Rafa.
Rafa: Ángel.
Á: ¿Ha firmado ya o no?
R: Vamos a ver, le he dicho, he dicho lo siguiente, ¿no?, oye, que hoy cambian lo de los limoneros, ¿eh?, y los limones los recogerán cuando paguen, después de Navidad.
Á: Si, o...sí, un tema solo, un punto.
R: Exactamente, el cambio de los limones.
Á: Vale, vale, vale, y ya está, ¿eh?
R: Y los limones los recogerán cuando paguen.
Á: Exactamente, si no pagan los limones nada, ni un punto, ¿eh?, nada, nada.
R: Eso está dicho ya, ¿eh?
Á: Está dicho, ¿no?
R: Sí.
Á: Vale, vale, vale, muy bien, vale, vale. Esperemos que sea así, ¿no?, no nos vaya...
R: Si no, no, es así seguro.
Á: Que los limones están colgados.
R: No, no y además es que no los recoge que no le dejo yo recogerlo, ¡coño!
Á: Exactamente, eso es.
R: Y si mañana firma, y si mañana firma pues oye, ya.... recogerá los limones después.
Á: Claro, ¿sabes?, se le puede dar más plazo.
R: Claro.
Á: ¿Sabes?, están baratos, están cayéndose del suelo
R: (risas). Venga.
Á: ¿Eh?
R: Está todo arreglado.
Á: Vale." (El País, 10/09/2010)
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