El nombre de Hartz fue durante el Gobierno de Schröder el símbolo de la reforma laboral. Con su declaración de culpabilidad, ha prestado sin duda un último servicio a VW. Nadie puede creer que el amo y señor de VW, Ferdinand Piëch, que tenía su despacho al lado de Hartz, no hubiese autorizado los planes de compra del comité de empresa". (El País, Economía, 18/01/2007, pp. 66)
Se sacrifica por la empresa. Se lo tendrán en cuenta.
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