El escrito, de 400 páginas, afirma que el actual primer ministro italiano sobornó en 1997 con 600.000 dólares (440.000 euros) al letrado británico y que éste incurrió en "falso testimonio" con el objetivo de "proporcionar impunidad a Berlusconi y al grupo Fininvest".
El tribunal considera probado que Mills recibió "durante años enormes sumas de dinero" de Fininvest, y que al declarar en falso ante los jueces permitió a Berlusconi "mantener los ingentes beneficios" obtenidos en paraísos fiscales, además de "burlar abiertamente" las leyes antimonopolio de los medios de comunicación.
A la condena dictada contra Mills le falta un elemento clave, conocer la pena que recaería en el corruptor. Berlusconi fue imputado con Mills, pero su procesamiento fue aplazado a la espera de que el Tribunal Constitucional decida sobre la aprobación (el año pasado) del llamado Laudo Alfano, la ley que garantiza inmunidad a cuatro altos cargos del Estado, entre ellos el jefe del Ejecutivo. (...)
El fallo de la juez Nicoletta Gandus detalla los antecedentes del soborno y enumera los móviles del delito. "La clave de las declaraciones reticentes de Mills está en el hecho de que siempre señaló genéricamente a Fininvest, y no a la persona de Silvio Berlusconi, como propietaria de las sociedades, favoreciéndole cuando fue imputado en aquellos procesos", escribe la juez. Además, Mills borró "todos los rastros financieros que relacionaban a Berlusconi con las sociedades", agrega.
El caso salió a la luz en 2004 porque la Hacienda británica descubrió en las cuentas del abogado inglés 600.000 dólares sin justificar. Mills reveló a las autoridades que se los había donado Carlo Bernasconi, un directivo de Fininvest que murió en 2001. El caso llegó a Milán, y originó un escándalo político en Reino Unido que acabó con la dimisión de la esposa de Mills, ministra de Cultura del Gobierno de Blair." (El País, ed. Galicia, Internacional, 20/05/2009, p. 6)
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