Maragall entrevistado por Soledad Gallego-Díaz.
¿Socialista? Todo un señorito, desde luego
(...)
P. ¿El momento peor para usted fue el de tener que dejar de hablar del 3% de comisiones sobre las obras públicas a cambio de pactar el Estatuto con CiU?
R. El 3% no era un invento mío. Era moneda corriente que eso sucedía y hubiera bastado con preguntar a algunos empresarios madrileños. fue un momento difícil en la medida en que se ponía a prueba la inmunidad de los nacionalismos, sobre todo el catalán.
P. ¿CiU amenazó con romper el consenso estatuario, y la izquierda cedió ante esa amenaza?
R. Se cedió, no sé si exactamente porque la amenaza era real o porque nos habíamos acostumbrado a no hablar de determinadas cosas... Yo no tengo muchas dudas de que fuera verdad lo del 3%, lo que me sorprendió es que siendo verdad y estando en la prensa no se hablase más de ello.
P. Pues se percibe que el Estatuto se pactó a cambio de no hablar del 3%.
R. Eso ya me parece a mí una exageración. No tiene mucho que ver.
P. Artur Mas dijo ante el Parlamento catalán que si se hablaba del 3% CiU rompía la baraja.
R. No la rompió.
P. No se habló más del 3%.
R. Mas amenaza siempre, pero no cumple sus amenazas. En la derecha catalana pesa mucho la real politik ¿Tiene principios? sí, pero perfectamente descriptibles. La izquierda siempre ha sido más soñadora y más sentimental.
P. Los ciudadanos no entienden que se diga que existe, y luego no se hable del 3%.
R. Los ciudadanos entienden que no se hable y que además eso es una prueba de que la política no es trigo limpio. Pero también es un poco ingenuo imaginar que simplemente hablando se arregla.
P. ¿Y no son los políticos los que deben resolverlo?
R. Sí, pero cuando lo hacen probablemente rompen una reglo no escrita de la convivencia política que es "de determinados temas no se habla".
¡Y quiere un puesto en el consorcio del Airbus! ¡Seguro que se lo dan!
(El País, 19-11-06, España, pp. 20/1)
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