"La rama valenciana del Opus Dei ha
visto cómo el coronavirus siega la vida de uno de sus miembros más
destacados. Juan Cotino, devoto y soltero hombre de familia, ha sido
uno de los supernumerarios de la organización que mayores
responsabilidades ha ejercido en el poder político del País Valencià.
Hijo de un terrateniente agrícola de Xirivella, en su pueblo su clan ha
sido el principal filántropo del opusdeísta club Xilvela y su centro
deportivo Faitanarsu, donde los adolescentes del pueblo reciben ocio de
forma segregada, además de “orientación espiritual”.
En la discreta
Alquería Dolores, una finca familiar en el pueblo, se sitúan históricas
reuniones en la trayectoria del PP valenciano. Como el cónclave que
precedió a la dimisión de Camps, en el que estuvieron Rita Barberá,
Federico Trillo —otro destacado miembro del Opus Dei— y el propio Juan.
Cotino acabaría siendo la persona que llevó en su coche particular al
expresident a enfrentarse a su cita con los tribunales. Pero no
adelantemos acontecimientos
La
primera experiencia del eterno soltero en política fue impulsar la
conservadora Asociación Valenciana de Agricultores. Para entonces,
tanto él como su hermano Vicente ya habían empezado sus negocios
agrícolas y en el sector de la promoción inmobiliaria. La matriz
societaria, que tuvo la sede social en la casa familiar, se llama
Sedesa. Su hermano, Vicente Cotino, capitaneó oficialmente los negocios.
Se acabaría convirtiendo en todo un holding dedicado al
urbanismo, la promoción inmobiliaria, las energías renovables, los
parques eólicos, el sector medioambiental, la gestión de residencias
geriátricas, y la explotación minera, actividad con la que en Galiza generó algún estropicio medioambiental que Feijoó se negó a pagar.
No
sería hasta los 90 cuando las sociedades de los Cotino empezasen a dar
los pelotazos que, de forma más o menos discreta, siempre le han
acompañado. Un informe realizado por la agencia de investigación Método
3, y filtrado a la prensa, aseguraba que la familia obtuvo
adjudicaciones de obras públicas por valor de 830 millones de euros
entre 1998 y 2009. Aunque es notorio que en la mayoría de esas
adjudicaciones los Cotino formaban parte de Unión Temporales de Empresas
(UTE), en las que se asociaban con diferentes grandes de la
construcción.
El citado
dossier señala otra irregularidad habitual en los negocios de Sedasa: la
elevación de los precios de expropiaciones. Así, detalla que la filial
Alquería Dolores SL —originales para los nombres nunca han sido—,
solicitó una retasación de una antigua parcela del Parque de Cabecera
que le expropió el Ayuntamiento de Valencia en 1998.
La sociedad pidió
3,6 millones de euros por el suelo, es decir, 24 veces lo que le pagó el
Ayuntamiento y cinco veces el valor del justiprecio. Este organismo le
reconoció en 2005 a la familia Cotino el derecho a recibir 687.000 euros
por una parcela de 13.600 metros cuadrados cuando el Ayuntamiento la
había valorado en 148.000 euros. Con la que fue su alcaldesa Rita
Barberá al mando, el Ayuntamiento aceptó la petición de retasación y
finalmente pagó 255.000 euros a los demandantes.
Se sabe que la primera tierra que se removió en ese gran pelotazo que
fue Terra Mítica la excavaron las empresas de los Cotino. Pero la
cuantía de la fortuna del clan sigue siendo un misterio, en parte por su
fuerte desinversión a partir de 2011 —cuando estalló el caso Gurtel—,
en parte por encontrarse en paraísos fiscales. Incluidos episodios
pintorescos, como cuando su declaración de bienes, siendo conseller de
Medio Ambiente, desapareció en 2011 de los registros de la Generalitat
sin dejar huella.
El 23 de abril 2010, Cotino hizo público que
tenía 1.907.309 euros en bienes, aunque en 2007 había ingresado 11,3
millones de la venta de sus participaciones en la empresa de su sobrino,
según le acusaba la Guardia Civil. Un funcionario sin identificar hizo
desaparecer esa declaración alegando “motivos de seguridad”.
Oficialmente, Juan estaba desvinculado de Sedesa desde 1991, cuando
empezó a ocupar cargos públicos de responsabilidad.
Cotino, servidor público de todos ustedes
En
la política institucional empezó siendo concejal en su natal Xirivella
en la legislatura 1979-1983, bajo el manto de la UCD de Suárez, aunque
no ocupó responsabilidades de gobierno. Tras la disolución de este
partido, formó parte del Partido Demócrata Popular (PDP), donde
coincidió con nombres como Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja, José
Ignacio Wert, Vicente Martínez Pujalte y José Manuel García Margallo.
Con
la integración de este partido en Alianza Popular, le llegaría su
segunda experiencia institucional —también como concejal—, en este caso
de la ciudad de València, en la primera y segunda legislatura de la
fallecida Rita Barberá. La exalcaldesa le encargó la responsabilidad
de la seguridad ciudadana. Al mando de la Policía local instituyó la
policía de barrio, así como una polémica gestión de las fichas
policiales, donde pasaron a recabarse la raza y orientación sexual de
las personas detenidas.
En esa etapa coincidió con
Francisco Camps, que arrancaba también su carrera como concejal de
Tráfico y con el que saltaría a la Generalitat años después. Pero antes
de sentarse en el Consell, fue reclutado por el entonces ministro del
Interior del primer gobierno Aznar, Jaime Mayor Oreja, antiguo camarada
en la formación democristiana PDP, para ocupar el puesto de Director
General de la Policía (1996-2002). En ese cargo dejó declaraciones
escandalosamente racistas, como cuando manifestó que “entre los
inmigrantes viene mucha gente de mal”. En su etapa madrileña estrechó
lazos con Camps, con el que compartía, además de una profunda devoción
católica, domicilio habitual. En aquella época el condenado expresident
era Secretario de estado de Administraciones Territoriales.
Precisamente sustituyó a Camps (que ha publicado en El Mundo
una sentida despedida a su amigo) en la Delegación de Gobierno de
València (2002-2004). Tal vez desde ahí, y con Eduardo Zaplana ya en
Madrid, es donde se cimenta la alianza que permitió a Camps irse
haciendo poco a poco con el poder interno del PP valenciano. La batalla
entre Zaplanistas y Campistas era a muerte, y poco a poco, el sector
cristiano que manejaba Cotino fue tomando todas las posiciones.
Con la
primera derrota de Rajoy, se quedó fuera de puestos de responsabilidad
institucional, hasta que el ex President de la Generalitat le nombró
conseller de Agricultura, pesca y alimentación (2004-2007). Polémicas y
recordadas seguro en Aragón fueron sus palabras respecto al proyecto
del trasvase. “Les sobra agua para cubrir nuestras necesidades 25
veces”. El proyecto, finalmente, decayó, aunque él fue uno de los
abanderados en la lucha contra Zapatero para que lo ejecutase. Es en esa
etapa en la que se produjo la visita de Benedicto XVI.
Sus problemas con la justicia
La
última presencia de Juan Cotino en la esfera pública se produjo el
pasado 9 de marzo. Ese día acudió a declarar como acusado a la
Audiencia Nacional. Tan católico como era, su visita al alto tribunal
tenía como motivo responder a las acusaciones de desvío de fondos en la
visita del Papa Benedicto XVI, desgajada de la Gurtel. Cabe recordar que su hermano Vicente Cotino, se declaró financiador confeso del PP en esa trama.
En el sumario del pontífice, trece de los acusados principales, entre ellos “El Bigotes”,
señalan a su persona (también a Camps) como principales responsables
del entramado. “Cotino lo llevaba absolutamente todo, la última palabra
sobre todo la tenía él”, declaró Alvaro Pérez “El Bigotes”, en una de
las vistas ante el tribunal. Juan Cotino, humilde siervo, se defendía diciendo que él no tenía ninguna responsabilidad y que era “un voluntario más”.
La
Fiscalía le pedía 11 años de cárcel en esta causa. El desvío de
fondos, estimado en unos 7,4 millones de euros, se camufló en la
contratación de las pantallas gigantes que se utilizaron en el evento.
Pero los problemas de Cotino con la justicia no terminaban ahí. También
aparece en el sumario del caso Erial, que juzga el blanqueo de
capitales procedentes de mordidas de las ITV y el Plan Eólico y que
tiene como principal imputado a otro expresident, Eduardo Zaplana. Pero del que también sacó tajada su familia." (Tomás Muñoz, El Salto, 14/04/20)
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