15.4.20

Cotino, brazo corrupto del Opus Dei valenciano

"La rama valenciana del Opus Dei ha visto cómo el coronavirus siega la vida de uno de sus miembros más destacados. Juan Cotino, devoto y soltero hombre de familia, ha sido uno de los supernumerarios de la organización que mayores responsabilidades ha ejercido en el poder político del País Valencià. 

Hijo de un terrateniente agrícola de Xirivella, en su pueblo su clan ha sido el principal filántropo del opusdeísta club Xilvela y su centro deportivo Faitanarsu, donde los adolescentes del pueblo reciben ocio de forma segregada, además de “orientación espiritual”. 

En la discreta Alquería Dolores, una finca familiar en el pueblo, se sitúan históricas reuniones en la trayectoria del PP valenciano. Como el cónclave que precedió a la dimisión de Camps, en el que estuvieron Rita Barberá, Federico Trillo —otro destacado miembro del Opus Dei— y el propio Juan. Cotino acabaría siendo la persona que llevó en su coche particular al expresident a enfrentarse a su cita con los tribunales. Pero no adelantemos acontecimientos

La primera experiencia del eterno soltero en política fue impulsar la conservadora Asociación Valenciana de Agricultores. Para entonces, tanto él como su hermano Vicente ya habían empezado sus negocios agrícolas y en el sector de la promoción inmobiliaria. La matriz societaria, que tuvo la sede social en la casa familiar, se llama Sedesa. Su hermano, Vicente Cotino, capitaneó oficialmente los negocios. 

 Se acabaría convirtiendo en todo un holding dedicado al urbanismo, la promoción inmobiliaria, las energías renovables, los parques eólicos, el sector medioambiental, la gestión de residencias geriátricas, y la explotación minera, actividad con la que en Galiza generó algún estropicio medioambiental que Feijoó se negó a pagar.

No sería hasta los 90 cuando las sociedades de los Cotino empezasen a dar los pelotazos que, de forma más o menos discreta, siempre le han acompañado. Un informe realizado por la agencia de investigación Método 3, y filtrado a la prensa, aseguraba que la familia obtuvo adjudicaciones de obras públicas por valor de 830 millones de euros entre 1998 y 2009. Aunque es notorio que en la mayoría de esas adjudicaciones los Cotino formaban parte de Unión Temporales de Empresas (UTE), en las que se asociaban con diferentes grandes de la construcción.

El citado dossier señala otra irregularidad habitual en los negocios de Sedasa: la elevación de los precios de expropiaciones. Así, detalla que la filial Alquería Dolores SL —originales para los nombres nunca han sido—, solicitó una retasación de una antigua parcela del Parque de Cabecera que le expropió el Ayuntamiento de Valencia en 1998. 

La sociedad pidió 3,6 millones de euros por el suelo, es decir, 24 veces lo que le pagó el Ayuntamiento y cinco veces el valor del justiprecio. Este organismo le reconoció en 2005 a la familia Cotino el derecho a recibir 687.000 euros por una parcela de 13.600 metros cuadrados cuando el Ayuntamiento la había valorado en 148.000 euros. Con la que fue su alcaldesa Rita Barberá al mando, el Ayuntamiento aceptó la petición de retasación y finalmente pagó 255.000 euros a los demandantes.
 
Se sabe que la primera tierra que se removió en ese gran pelotazo que fue Terra Mítica la excavaron las empresas de los Cotino. Pero la cuantía de la fortuna del clan sigue siendo un misterio, en parte por su fuerte desinversión a partir de 2011 —cuando estalló el caso Gurtel—, en parte por encontrarse en paraísos fiscales. Incluidos episodios pintorescos, como cuando su declaración de bienes, siendo conseller de Medio Ambiente, desapareció en 2011 de los registros de la Generalitat sin dejar huella. 

El 23 de abril 2010, Cotino hizo público que tenía 1.907.309 euros en bienes, aunque en 2007 había ingresado 11,3 millones de la venta de sus participaciones en la empresa de su sobrino, según le acusaba la Guardia Civil. Un funcionario sin identificar hizo desaparecer esa declaración alegando “motivos de seguridad”. Oficialmente, Juan estaba desvinculado de Sedesa desde 1991, cuando empezó a ocupar cargos públicos de responsabilidad.

Cotino, servidor público de todos ustedes

En la política institucional empezó siendo concejal en su natal Xirivella en la legislatura 1979-1983, bajo el manto de la UCD de Suárez, aunque no ocupó responsabilidades de gobierno. Tras la disolución de este partido, formó parte del Partido Demócrata Popular (PDP), donde coincidió con nombres como Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja, José Ignacio Wert, Vicente Martínez Pujalte y José Manuel García Margallo. 

Con la integración de este partido en Alianza Popular, le llegaría su segunda experiencia institucional —también como concejal—, en este caso de la ciudad de València, en la primera y segunda legislatura de la fallecida Rita Barberá. La exalcaldesa le encargó la responsabilidad de la seguridad ciudadana. Al mando de la Policía local instituyó la policía de barrio, así como una polémica gestión de las fichas policiales, donde pasaron a recabarse la raza y orientación sexual de las personas detenidas.

En esa etapa coincidió con Francisco Camps, que arrancaba también su carrera como concejal de Tráfico y con el que saltaría a la Generalitat años después. Pero antes de sentarse en el Consell, fue reclutado por el entonces ministro del Interior del primer gobierno Aznar, Jaime Mayor Oreja, antiguo camarada en la formación democristiana PDP, para ocupar el puesto de Director General de la Policía (1996-2002). En ese cargo dejó declaraciones escandalosamente racistas, como cuando manifestó que “entre los inmigrantes viene mucha gente de mal”. En su etapa madrileña estrechó lazos con Camps, con el que compartía, además de una profunda devoción católica, domicilio habitual. En aquella época el condenado expresident era Secretario de estado de Administraciones Territoriales.

Precisamente sustituyó a Camps (que ha publicado en El Mundo una sentida despedida a su amigo) en la Delegación de Gobierno de València (2002-2004). Tal vez desde ahí, y con Eduardo Zaplana ya en Madrid, es donde se cimenta la alianza que permitió a Camps irse haciendo poco a poco con el poder interno del PP valenciano. La batalla entre Zaplanistas y Campistas era a muerte, y poco a poco, el sector cristiano que manejaba Cotino fue tomando todas las posiciones. 

Con la primera derrota de Rajoy, se quedó fuera de puestos de responsabilidad institucional, hasta que el ex President de la Generalitat le nombró conseller de Agricultura, pesca y alimentación (2004-2007). Polémicas y recordadas seguro en Aragón fueron sus palabras respecto al proyecto del trasvase. “Les sobra agua para cubrir nuestras necesidades 25 veces”. El proyecto, finalmente, decayó, aunque él fue uno de los abanderados en la lucha contra Zapatero para que lo ejecutase. Es en esa etapa en la que se produjo la visita de Benedicto XVI.

Sus problemas con la justicia

La última presencia de Juan Cotino en la esfera pública se produjo el pasado 9 de marzo. Ese día acudió a declarar como acusado a la Audiencia Nacional. Tan católico como era, su visita al alto tribunal tenía como motivo responder a las acusaciones de desvío de fondos en la visita del Papa Benedicto XVI, desgajada de la Gurtel. Cabe recordar que su hermano Vicente Cotino, se declaró financiador confeso del PP en esa trama. 

En el sumario del pontífice, trece de los acusados principales, entre ellos “El Bigotes”, señalan a su persona (también a Camps) como principales responsables del entramado. “Cotino lo llevaba absolutamente todo, la última palabra sobre todo la tenía él”, declaró Alvaro Pérez “El Bigotes”, en una de las vistas ante el tribunal. Juan Cotino, humilde siervo, se defendía diciendo que él no tenía ninguna responsabilidad y que era “un voluntario más”.

La Fiscalía le pedía 11 años de cárcel en esta causa. El desvío de fondos, estimado en unos 7,4 millones de euros, se camufló en la contratación de las pantallas gigantes que se utilizaron en el evento. Pero los problemas de Cotino con la justicia no terminaban ahí. También aparece en el sumario del caso Erial, que juzga el blanqueo de capitales procedentes de mordidas de las ITV y el Plan Eólico y que tiene como principal imputado a otro expresident, Eduardo Zaplana. Pero del que también sacó tajada su familia."                  (Tomás Muñoz, El Salto, 14/04/20)

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