12.12.18

¿Por qué esta ola de delitos financieros a nivel mundial? Porque los delitos financieros no son ningún error de funcionamiento, sino una característica de nuestro sistema financiero global...

"Los delitos financieros no son ningún error de funcionamiento, sino una característica de nuestro sistema financiero global. Este precursor mensaje de la economista Susan Strange es hoy más urgente que nunca.


Noticias algo buenas para los que andan preocupados por si se produce una oleada de delitos financieros al estilo de la serie de televisión McMafia: en el Reino Unido se ha puesto en funcionamiento una nueva agencia gubernamental encargada de combatirlos, el Centro Nacional de Delitos Económicos (NECC).

Digo "algo" porque los delitos financieros están mucho más arraigados en nuestros sistemas financieros y políticos de lo que solemos estar dispuestos a reconocer.

Desde el escándalo de la manipulación de la LIBOR a los secretos offshore de los Papeles de Panamá y el "dinero oscuro" de la campaña del referéndum del Brexit, están en todas partes. He tenido la oportunidad de colaborar con el grupo anticorrupción Global Witness y he podido comprobar de primera mano cómo, en algunos de los países más pobres del mundo, la gente común sufre las consecuencias de la corrupción y los delitos financieros.

 Hemos denunciado acuerdos sospechosos en materia de minería y petróleo en África Central a través de los cuales más de mil millones de dólares de dinero público desesperadamente necesarios se han perdido en paraísos fiscales. El caso implica tanto a países occidentales como africanos.

 Los acuerdos se canalizaron a través de un enrevesado entramado de empresas fantasma con sede en las Islas Vírgenes Británicas, algunas de ellas vinculadas a compañías cotizadas en Londres, Toronto y otras bolsas. Aunque el NECC dispusiera de suficientes recursos y colaboraciones, el trabajo que tiene por delante es sin duda ingente.

Una de las razones por las que se toleran todos estos delitos financieros es que se ha borrado el registro de aquellos que han arrojado alguna luz sobre su naturaleza sistémica. A la cabeza de mi lista de superestrellas económicas ignoradas está la profesora de la London School of Economics Susan Strange, una de las fundadoras de la economía política internacional como materia de estudio e investigación.

A través de una serie de libros innovadores - States and Markets, The Retreat of the State and Mad Money - Strange mostró que la epidemia de delitos financieros era consecuencia de decisiones políticas concretas.

"Esta ola de delitos financieros que empezó en la década de 1970 y fue creciendo en años posteriores no es casual", escribió Strange.

Sería difícil diseñar un sistema mejor adaptado a las necesidades de los narcotraficantes y otros comerciantes ilícitos que el sistema bancario global.

Sería difícil diseñar un sistema, dijo, "más adecuado que el sistema bancario global para las necesidades de los narcotraficantes y otros comerciantes ilícitos cuyo objetivo es ocultar a la policía el origen de sus enormes ganancias ilegales".

Para Strange, el blanqueo de dinero, la evasión fiscal y la malversación de fondos públicos son el resultado del colapso, en los años 70, del orden financiero de posguerra. Y describió cuatro maneras en que la política y la epidemia de delitos financieros estan íntimamente relacionadas:

1) El dinero es global, la regulación es nacional

La globalización financiera no es inevitable en absoluto, dijo Strange, sino que nace a partir de una serie de decisiones políticas. Significa que el dinero global puede saltarse libremente las fronteras para ponerse fuera del alcance de las leyes y la supervisión nacionales. Para los operadores inteligentes, los impuestos, las regulaciones y el cumplimiento de las normas se convierten en una opción y no una obligación. Strange argumentó que los organismos internacionales carecen de poder para controlar el dinero global y que solo una coordinación entre las principales economías del mundo podría ponerle coto.

2) Los paraísos fiscales son una invitación al fraude y al desvío de fondos

A menos que uno tenga donde guardar dinero en efectivo, las posibilidades de saqueo del dinero público y de las empresas estatales son limitadas.
La existencia de paraísos fiscales es una "invitación abierta", dijo Strange, a que los políticos corruptos roben a su gente.
El secreto bancario en los paraísos fiscales permite que el dinero procedente de la evasión fiscal, el narcotráfico y la malversación de fondos públicos se mezcle con el de negocios legítimos, hasta que se vuelven imposibles de distinguir uno de otro.

3) Los bonos extravagantes de los banqueros contaminan la política

Para Strange, los bonos "obscenamente cuantiosos" que suelen pagarse en los mercados financieros conducen a una especie de "contaminación moral" que "refuerza y acelera el crecimiento de los vínculos entre las finanzas y la política". Strange reconoció que la corrupción y el soborno eran un problema tanto en Londres y Nueva York como en Asia, África y América Latina.
“El soborno y la corrupción en la política no son nada nuevos. Lo que ha aumentado es su escala y alcance, junto con el dominio de las finanzas sobre la economía real", escribió.

4) El dinero es poder político

La globalización ha redefinido la política, argumentó Strange. El poder político no se encuentra únicamente en los gobiernos, sino que el dinero y los mercados también lo detentan. A medida que los operadores privados, legítimos e ilegítimos, se enriquecen, aumenta su poder para moldear el sistema mundial. Privados de ingresos fiscales, los Estados se debilitan y ceden terreno, en una espiral que se retroalimenta. Y los mercados financieros globales se adueñan de la política nacional."               (OpenDemocracy, Nat Dyer, 30/11/18)

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