El remero Peter-Michael Kolbe, durante los Juegos de Montreal en 1976
"La historia del dopaje y el deporte en Alemania, aquella que señalaba
como único diablo a la extinta RDA, es bien posible que tenga ahora que
reescribirse a causa de un documento de 800 páginas escrito por un
grupo de investigadores de la Universidad Humboldt de Berlín, que
demuestra que el gobierno de la República Federal de Alemania, promovió,
financió y ocultó una extensa práctica de dopaje entre sus deportistas,
una medida ilegal destinada a ganar medallas en los Juegos Olímpicos y
también en los torneos mundiales de fútbol.
El documento revive, por ejemplo, una larga sospecha que se arrastra
desde hace décadas y que señala que algunos jugadores de la selección
alemana, que se coronó campeona del mundo en 1954, habrían consumido
sustancias dopantes.
La leyenda señala que los jugadores recibieron
inyecciones de vitamina C, pero una parte del estudio de la Universidad
de Humboldt sostiene que hay indicios de que algunos jugadores (no
revela nombres) recibieron metanfetamina antes de los partidos clave.
Los autores del estudio, que lleva como título Dopaje en Alemania desde 1950 hasta hoy desde un punto de vista histórico-sociológico en el contexto de una legitimación ética,
ofrecen la conclusión de que en el deporte practicado en Alemania
Occidental se llevó a cabo una amplia, pavorosa e inédita práctica de
dopaje, que se practicó incluso entre jóvenes escolares.
El estudio
nunca fue publicado, pero fue filtrado al Süddeutsche Zeitung, que el sábado público un extenso reportaje bajo el título Ganar a cualquier precio.
Aunque las practicas del dopaje en la joven RFA se iniciaron después
del fin de la última guerra mundial, los fundamentos para la práctica
sistemática de dopaje, fueron creados con la fundación, en 1970, del
Instituto Federal de Ciencias Deportivas, que desde un comienzo comenzó a
promover el uso de anabolizantes, estrógenos y dopaje sanguíneo.
El estudio revela que las autoridades políticas no sólo toleraron,
sino que estimularon el dopaje. El Ministerio del Interior federal, por
ejemplo, no oculto el deseo de que los atletas de la RFA ganaran el
máximo de medallas en los Juegos de Múnich 72, el gran escaparate.
“Nuestros atletas deben competir en las mismas condiciones que los del
Bloque Oriental”, dejó saber el ministro del Interior de la época, Hans
Dietrich Genscher. “A usted como médico deportivo solo le pido una cosa:
medallas en Múnich”. El funcionario respondió con una pregunta. “¿Cómo
podemos lograrlo si solo falta un año para los Juegos?” “Me da lo
mismo”, respondió el ministro.
El voluminoso documento también revela un capítulo oscuro y siniestro
y que recuerda de alguna forma, los experimentos que llevaron a cabo
algunos médicos alemanes durante la dictadura nazi. Las autoridades
deportivas autorizaron, en forma secreta, que los médicos experimentaran
con anabolizantes en los escolares para investigar si las sustancias
tóxicas podían influir en el desarrollo de los jóvenes.

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