30.7.18

Así se amaña un partido de fútbol: "El primer tiro que me tiren, yo me dejo"

"Las operaciones Pizarro y Cortés, llevadas a cabo por la Policía en febrero y junio de este año, han destapado la compleja maquinaria global de amaños de partidos. 

Los sumarios de ambos casos, a los que ha tenido acceso EL MUNDO, muestran cómo en la primera investigación se descubrieron trampas relacionadas con apuestas sobre todo a nivel nacional, mientras en la segunda se desvela que jugadores mal pagados se dejaban comprar para favorecer a la mafia china exclusivamente en el mercado asiático de las apuestas.

Con más de 50 detenidos entre ambos casos, emergen amaños en diferentes categorías, que abarcan Segunda B, Tercera y Primera femenina a través de sobornos a árbitros, porteros y jugadores descontentos. 

Además, entre los principales arrestados está un profesional de Segunda, Jorge Morcillo, capitán del Almería. Su implicación precisamente ha levantado las sospechas de si pudo verse afectado algún resultado de la temporada pasada, o la anterior, en esa categoría. La primera treintena de arrestos (Operación Pizarro) comenzó con la investigación de la Fiscalía sobre la Tercera extremeña. A las pesquisas se sumó La Liga, que aportó al menos 20 denuncias de partidos de otras regiones, sospechosos por sus anormales niveles de apuestas. 

Así, se desveló que cinco jugadores del Atarfe Industrial, equipo granadino de Tercera, intentaron comprar al colegiado asistente del partido que jugaban contra el Guadix. El propio asistente confesó después que le ofrecieron «1.000 euros por cada penalti que señalase». El asistente y el portero del Atarfe eran compañeros de colegio, y esa relación fue la que dio pie al intento de compra, aunque el árbitro se negó.

La investigación dio un enorme paso adelante -y abrió la segunda operación, la operación Cortés- cuando el pasado mes de abril los dos principales cabecillas de Pizarro, los ex futbolistas Jon García e Iván Moreno, deciden colaborar con la Fiscalía. Aseguran que Óscar Rodríguez, jugador del Alcalá de Guadaira (Tercera) apodado La Rata, había amañado por 25.000 euros un Vélez-Atarfe Industrial de 2017... sin éxito.

Desde Hong Kong

La Rata les había contado a García y Moreno que llevaba tiempo «haciendo este tipo de operativo, desde que volvió de jugar en Hong Kong, donde conoció a asiáticos que se dedicaban a hacer partidos». Según su relato, ambos contactan con Óscar Sierra, que les presenta a la mafia china, explicándoles que «son de fiar, ya han hecho más veces partidos, pero justo el último no les salió, uno de clasificación de la UEFA de un equipo andorrano. Y necesitaban recuperar el dinero perdido».

Ambos confiesan haber amañado un Écija-Las Palmas B de 2017 en el que los chinos ganaron 15.000 euros, 10.000 de ellos para los jugadores vendidos. Se les resiste un Jumilla-Écija, que se arregla a una victoria del Jumilla pero que -a veces no sale- termina 0-0. Ahí los que pierden dinero son García y Moreno, que le tienen que pagar a la mafia china 18.000 euros «porque los jugadores [que participaron en el partido] explican que no tienen dinero».

Un Gerena-Xerez de poco después sale redondo: arreglan el partido a 2,5 goles de cualquiera de los dos equipos, el amaño prospera y la mafia paga 30.000 euros, 24.000 de ellos para los jugadores. Un miembro de la trama va a buscar los 30.000 a un restaurante de la calle Calatrava de Barcelona y los entrega en Valencia a otro de los contactos, que es quien distribuye el botín.

García y Moreno incriminan entonces a Francisco Gómez, jugador del Aguilar que se dedica «a arreglar partidos», a Jesús Chafer, ya investigado en la trama del Eldense; a Pinto, un ex jugador de Badajoz que les pasaba «muchísimos partidos cada semana puesto que manifestaba que controlaba a los jugadores»; y a un jugador del Olivenza, dueño a la vez de un Sportium en Badajoz y que también, según ellos, «controlaba» partidos. 

El abogado de García y Moreno desvela la clave de los amaños: «Normalmente, el modus operandi es que los jugadores de Tercera se ponen en contacto con la persona que a su vez contacta con mis defendidos. El motivo no es otro que la escasa o inexistente remuneración de los jugadores de Tercera».

"Como un puto flan"

Los pinchazos posteriormente realizados por la Brigada de Control del Juego de la Policía Nacional evidencian los arreglos. En un pasaje surrealista, Jon García cuenta cómo un portero que va a dejarse meter un gol está muy nervioso por el amaño y porque la apuesta deba hacerse en tiempo real, sincronizando su actuación en la cancha: «El portero está como un puto flan, y venga a decirme todo el rato que 15 minutos [para esperar al amaño] es mucho, que es mucho, porque yo en principio le dije cinco minutos para que os dé tiempo a meter en Live [apuestas en directo], y me dijo, bueno, vale, pero es que yo, al primer tiro que me tiren, me voy a dejar».

En otro pinchazo, un jugador del Huercal-Overa (Preferente murciana) le narra a Iván Moreno el festival de apuestas que se avecina: «Yo mi dinero ya lo he recogido, Manzano también viene de Vera con el dinero, los canarios también vienen con pasta, el de Almería también trae dinero...». 

En otra conversación de Moreno con José Manuel Vázquez Gajete, jugador del Écija en la Segunda Andaluza, éste dice: «Le han tenido que comer la cabeza al chino porque hay sólo dos [jugadores para el amaño]». A esto, Moreno responde: «Yo estando el portero no tengo ningún problema, tigre». La Policía refiere que los chinos intentan tener siempre cinco jugadores comprados para asegurar la apuesta.

Gajete explica cómo los jugadores han de estar atentos durante el calentamiento a los gestos de miembros de la trama desde la grada, porque las apuestas son en tiempo real: «Pasados cinco minutos, si me das el OK, me empezaré a tocar la cabeza hasta que me vea el portero».             (Quico Alsedo, Pablo Hrrais, El Mundo,  19/07/18)

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