"(...) Peries: Michael, usted ha dejado dicho en alguno de sus
artículos que en 1967 lo abordó a usted un funcionario del Departamento
de Estado. Cuéntenos esa experiencia.
Hudson: Se
trataba de un exfuncionario del Departamento de Estado que había
terminado trabajando para el banco Chase. El problema que tenía
Norteamérica en los 60 era la Guerra de Vietnam. Todo el déficit de la
balanza de pagos de los EEUU en los 50 y los 60, hasta comienzos de los
70, dimanaba del gasto militar en el exterior.
O el dólar se depreciaba,
o los EEUU se verían obligados a vender oro. Eso es lo que finalmente
llevó a Nixon a desvincular al dólar del oro en 1971. Pero durante
muchos años los EEUU trataron por todos los medios de evitar eso.
De
manera que el Departamento de Estado fue a Chase y dijo: “hemos ideado
una manera de obtener suficientes dólares para enjugar el déficit
militar”. Encontraron la manera de hacerlo. Consistía en convertir a los
EEUU en la nueva Suiza del mundo.
Se me pidió a mi calcular el volumen
de capital criminal existente en el mundo. Cuánto ganaban los
traficantes de droga de todo el mundo, cuánto ganaban todos delincuentes
del planeta, cuánto dinero escondían los dictadores, cuánto iba a parar
a Suiza… Y, claro está, cómo podrían los bancos estadounidenses traer
ese dinero a los EEUU.
El resultado final fue que el gobierno de
los EEUU fue a Chase y a otros bancos y les pidió que se comportaran
como buenos ciudadanos norteamericanos y pusieran el país a salvo de la
delincuencia mundial, que pusieran su dinero a buen recaudo para apoyar
al dólar en el proceso.
Antes se había pedido a Chase crear un
banco en Saigón para que el ejército, por ejemplo, no tuviera que usar
bancos franceses que repatriaban el dinero a Francia, en donde terminaba
convertido en oro por el General De Gaulle. Chase dijo, vale,
ayudaremos a crear bancos.
Otros bancos hicieron lo propio, no
para evadir la ley, fíjese usted, no, al comienzo, para romper la
legalidad, sino para comportarse como buenos ciudadanos y atraer capital
criminal procedente de todo el mundo. Lo mismo ocurrió con las Indias
Occidentales británicas (las Islas Caimán).
Habían declarado su
independencia, pero no para no para convertirse en un país real, sino
para conseguir atraer a Inglaterra capital fugado: se asociaron como
colonia al Imperio, a fin de poder servir como intermediario del lavado
de dinero. La idea era atraer todo ese dinero a los EEUU o a su aliado,
la Gran Bretaña.
Es fácil seguir la pista de todo ese proceso. Si usted observa el dinero que va a parar a Panamá y a otros centros bancarios offshore
en el Caribe, ni un céntimo de ese dinero se queda en Panamá. Esos
dineros no son sino “pasivos estadounidenses en Panamá”, o en otros
centros bancarios, sobre todo en ramas bancarias sitas en esas regiones. (...)" (Michael Hudson
, Sin Permiso, 24/04/2016)
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