"En diciembre de 2007 Ana Garrido (Málaga, 1966) envió
una carta a Esperanza Aguirre en la que denunciaba corruptelas en el
Ayuntamiento de Boadilla, donde trabajaba como coordinadora en el Área
de Juventud. En el momento en el que vio que su trabajo podía peligrar
por no participar en esas prácticas recabó información sobre las
irregularidades que se estaban cometiendo y así poder denunciarlas.
En aquel momento le hablaron de un sindicato de
funcionarios que se encargaba a denunciar casos de corrupción. Era Manos
Limpias, cuyo responsable está acusado hoy por delitos de extorsión.
Garrido envió sus indagaciones, que más tarde, junto con las
informaciones denunciadas por José Luis Peñas, concejal popular de
Majadahonda, constituyeron el inicio de la mayor investigación de
corrupción política en España, la trama Gürtel.
La exposición pública de Garrido y sus denuncias en
prensa le costaron amenazas y acoso laboral en su puesto de trabajo,
incluso después de que la cúpula del Ayuntamiento fuera encausada
judicialmente. Dos tribunales le han dado la razón, pero los sucesivos
recursos interpuestos por parte del Consistorio mantienen en vilo la
indemnización de más de 96.000 euros por despido improcedente y daño
moral.
La plataforma de apoyo a su causa que se originó tras
las denuncias acabó derivando en la Plataforma por la Honestidad. A ella
se han sumado voluntarios y otros afectados por casos de corrupción
—como el exteniente del Ejército Luis Gonzalo Segura— que buscan un
cambio en la legislación para establecer garantías a los whistleblowers,
denunciantes de la corrupción, y así que alzar la voz ante las
irregularidades que se cometen no conlleve una persecución ni
situaciones de desamparo.
¿En qué consiste el proyecto de ley que la plataforma ha presentado a los grupos parlamentarios?
Sus cuatro pilares son garantizar el anonimato, el
blindaje laboral, la asistencia jurídica y la asistencia psicológica y
médica. Nosotros queremos una ley completa que ampare tanto a
filtradores o whistleblowers, como a denunciantes y testigos. Porque igual no eres denunciante, pero eres testigo y te ves inmerso en la misma situación.
Recibiría presiones o vería peligrar su puesto de trabajo igualmente...
Totalmente. Da igual. En el momento en el que aportas
información y sale a la luz tu nombre y se levanta el secreto de
sumario, estás perdido.
¿Cree que con la ley que proponen no habría tenido esta exposición?
Yo tuve que salir a la luz pública por motivos de
seguridad, pero si estuviera vigente esta ley no me habríais conocido y
yo seguiría trabajando en Boadilla. Así de claro. Es cierto que habría
tenido que denunciar por negarme a firmar ciertas cosas pero no estaría
en el punto de mira en el que estoy ahora mismo. Si se preservara el
anonimato mi nombre no hubiera salido a la luz, no estaría expuesta como
estoy ahora mismo ni sufriendo esta persecución tan brutal a todos los
niveles.
También hay más cuestiones que tenemos que abordar, como la
protección de nuestras comunicaciones, porque tanto a Luis (Gonzalo
Segura) como a mí nos han espiado. No tienes la certeza porque no tienes
los medios para ir a un perito. Por eso queremos una base legal que nos
proteja.
¿Qué respuesta les han dado los partidos?
Estoy muy agradecida por la buena predisposición de
algunos porque incluso nos han dado ideas. Por ejemplo, Victoria Rosell
(Podemos), que es jueza, nos propuso que todas las cuestiones jurídicas
relacionadas acaben en una misma causa. En nuestros casos se derivan una
gran cantidad de pleitos, unos como denunciantes y otros como
denunciados.
Y si yo denuncio aquí amenazas de muerte, en otro lado
pongo una denuncia porque me han abierto las puertas del coche y en otra
localidad hay unas injurias, lo suyo es que todo acabe en el mismo
asunto jurídico. ¿Qué sabe el juez que juzga una amenaza de muerte que
yo soy testigo de la Fiscalía Anticorrupción?
Yo lo asemejo mucho al
tema de la violencia de género. En ese caso, los juicios exprés son
fundamentales. Si estás sufriendo acoso laboral, fruto de tu condición
de denunciante, no te puedes eternizar ocho años para una sentencia. Hay
muchos puntos en común. E igual que hay un juzgado especializado
planteamos que haya unos juzgados específicos para denunciantes de
corrupción en algunos territorios de referencia. (...)
Llevo 20 años trabajando con políticos y conozco el
percal. Hay que mantener el tipo. Y eso sabiendo que tengo dos causas
judiciales abiertas en mi contra por un ayuntamiento y un alcalde del
PP. Una por infidelidad en la custodia de documentos, por parte del
Ayuntamiento de Boadilla del Monte; y otra una denuncia por vulneración
del honor de su alcalde (Antonio González Terol). Además, teniendo su
propio gabinete jurídico, contrata grandes despachos de abogados. Ni la
oposición ha conseguido ver lo que se ha gastado el Ayuntamiento en
litigios contra mí.
González Terol ha ido en las listas del PP al Congreso y probablemente repita en las próximas elecciones.
El Ayuntamiento de Boadilla, siendo él alcalde, ha
sido condenado por acoso laboral. Una de las pruebas que se aportaron al
juicio es que mi jefe inmediato, mi concejal, me decía que tenía
directrices de hacerme la vida imposible. Y lo tengo documentado. En el
juicio yo tenía muy claro quién era mi acosador después de mi concejal
inmediato.
Otra cosa es que le haya denunciado, porque no puedo demandar
a más gente. Yo he dicho que le considero a él, al alcalde, el máximo
responsable de mi acoso. Y lo diré las veces que lo tenga que decir. Eso
quedándome corta, si es que él no ha recibido directrices por encima.
Ahí ya me pierdo, aunque tengo muchos motivos para pensar que venían de
mucho más arriba.
Arturo González Panero, alcalde de Boadilla en
el momento en el que salta el escándalo e imputado en la trama, ha
aparecido recientemente en los medios, sugiriendo la financiación ilegal
del PP.
Me ha resultado curioso, pero mi teoría es que está
haciendo pactos con otros imputados. De las cosas que ha dicho hay
algunas que son verdad. Se jacta de que rompió sus relaciones con Correa
y Bárcenas porque no le convenía lo que estaban haciendo, pero habría
que ver si rompió la baraja porque en vez de darle (la mordida) al
partido se lo estaba quedando él.
Porque en la época en la que yo estaba
investigando, y tal y como declaré luego al juez Pedreira, me llegó un
concejal afirmando que le había llamado Bárcenas para enterarse de por
qué el millón de euros de Teconsa no había llegado donde tenía que
llegar, es decir, al partido, y qué había hecho este tipo con el millón
de euros.
En su momento, como Esperanza Aguirre no se podía cargar
directamente a este tipo de gente, lo que hacía era utilizar los medios
para quemarlos y enseñarles la puerta de salida. Ahora El Albondiguilla
(mote con el que se conocía a González Panero) habla porque aprovecha
un momento de debilidad de Aguirre y Granados, que están a la baja.
En una de estas últimas entrevistas, Arturo
González Panero revela que Granados pidió a los alcaldes un millón de
euros para los gastos de la campaña electoral de 2007.
Efectivamente, esas reuniones se sabían en el
Ayuntamiento. No sabía que la encabezaba Paco Granados, pensaba que era
Aguirre directamente. Pero a mí me llegó que les había pedido a cada
alcalde de cada municipio un dinero para la campaña de Aguirre. No sabía
que había sido a posteriori. Creía que era antes de la campaña.
Usted afirma que llegó a colaborar con la UDEF cuando se hacían registros en el Ayuntamiento.
Cuando la Policía comenzó a hacer registros en el
Ayuntamiento vi que había trituradoras de documentos a mansalva y se
llevaban los expedientes incompletos. A través de una amiga contacté con
ellos y les orientaba. Les decía que hablaran con tal funcionario y no
con otro porque estaba metido en la trama.
Les pedí anonimato, sabía que
había policías que estaban infiltrados. Y cuando volví al ayuntamiento y
volví a sufrir acoso les pedí ayuda. Me dijeron que sin una orden del
juez no podían hacer nada. Yo les entiendo, pero creo que había formas
de ayudar y me dejaron con el culo al aire.
Luego conocí a un policía
que me dijo que nos vendieron a todos los que colaboramos. Y no fueron
los agentes, sino uno de los comisarios de la Policía, José Luis
Olivera. Todo el mundo con el que he hablado me dice que es quien
paraliza las investigaciones. Al final, colaboré con la UDEF y me han
dejado más vendida que nada.
¿No llegó a plantear si podía acogerse al sistema de protección de testigos?
Cuando hablan de testigo protegido me descojono.
Estuve hablando con la secretaria judicial del juzgado número 5 de la
Audiencia Nacional y después de explicar mi situación me dijeron que no
cumplía los requisitos para serlo.
Cuando nos hemos reunido con Podemos,
Juan Pedro Yllanes (exjuez, diputado de Podemos) me contaba que en
Baleares funcionaba muy bien la Fiscalía Anticorrupción en ese sentido,
protege mucho a los denunciantes.
Hemos quedado en tener una reunión con
la Fiscalía Anticorrupción para ver qué ideas podemos tener y si es
necesario cambiar la ley. Por lo que decía Yllanes, la Ley de Protección
de testigos y peritos estaba hecha en la época de ETA y se había
quedado ahí.
Si se adoptaran medidas al respecto aflorarían más casos...
Seguro. Mira, mi caso ha sido mediático porque lo que
he destapado es la Gürtel. Si yo destapo un caso de corrupción de un
pueblo de tres al cuarto a mí me fríen... Conozco casos de gente que
lleva 15 años con esa persecución. Hasta comprar el edificio en el que
vives. Esa gente acaba mal de la cabeza. Y conozco otros casos de gente
que quiere denunciar corrupción, corrupción a alto nivel, y no se
atreven.
Y no me extraña que no se atrevan. Una vez hablando con un
policía me dijo que si denunciaba una información todo el mundo iba a
saber que era él. Porque era el único que manejaba esa información. El
otro día acompañé a una persona a la Fiscalía a la que recomendé no
hacerlo con nombres y apellidos. Me decía: ‘Yo solo voy a denunciar lo
que me ha pasado a mí.
Sé lo que hay detrás pero no lo voy a decir
porque si no me matan. Igual tiran del hilo y averiguan lo que hay
detrás'. Pero que tengamos que buscar estas triquiñuelas... Para mí es
la fórmula clave para que se denuncie la corrupción
Se está perdiendo
dinero sin esta ley. Cuando me dijo un diputado que tenían que
cuantificar cuánto costaría la ley le comenté: ‘Me parece muy bien, pero
cuando lo cuantifiques ten en cuenta lo que hemos recuperado para las
arcas del Estado las personas que hemos denunciado la corrupción. Ya
verás cómo te salen las cuentas'.
En aquella época no existían buzones anónimos como los que existen ahora para poder denunciar casos de corrupción, pero el dossier tampoco lo entregó a la Fiscalía Anticorrupción.
No, ese fue uno de mis errores. No sabía dónde
entregarlo. No quería ir a dar mi nombre y apellidos a la Fiscalía
Anticorrupción, entre otras cosas porque trabajaba en el Ayuntamiento.
Me dijeron que había un sindicato de funcionarios que denunciaba casos
de corrupción, que era Manos Limpias.
Antes había denunciado las irregularidades que se estaban cometiendo en Boadilla a la propia Esperanza Aguirre.
Una cosa que nos define a casi todos los denunciantes
de corrupción es que a la primera persona que se lo hemos contado ha
sido a nuestro jefe. Porque nadie pensaba que estaba metido en el ajo.
Había concejales que no estaban metidos en la trama y que habían sido
jefes míos. Y cuando se lo conté me dijeron que estaban hartos de
decirlo en Génova y no les hacían ni caso.
Les pregunté si no les
importaba entregar en mano una carta escrita por funcionarios en la que
se dijera que nuestro puesto de trabajo estaba supeditado a si
colaborabas o no colaborabas y que si no lo hacías era imposible
trabajar. La respuesta que me dieron fue que lo moviéramos a través de
los medios de comunicación. Yo ahí flipé, porque si la presidenta no
puede echar a quien quiera es que está tan pringada como ellos.
Hoy los responsables de Manos Limpias están
acusados de extorsión. ¿No vio algo raro entonces que ahora le ayude a
entender ciertas cosas?
Hay cosas que no me cuadran. No entendí que cuando me
iba me dijo ‘no te preocupes porque he tenido una reunión con Esperanza
Aguirre y Güemes y me han dicho que esto para adelante’. Yo me pregunté
'¿a quién he entregado yo el dossier?'. Porque además, no se me
olvidará, me dijo, ‘y además nos vamos a cargar a Baltasar Garzón por
la Memoria Histórica'.
Yo no sabía ni que yo había denunciado la Gürtel
ni que estaba instruyendo el caso Garzón. Pero es que al día siguiente
me llama una periodista para contarme que estaba con Miguel Bernad y le
había dicho que yo era la persona que había hecho ese dossier.
Independientemente de que no me pueda fiar de Manos Limpias, es verdad
que era la única acusación particular en el caso de la Infanta. Te queda
la duda.
Denuncia haber sufrido amenazas e incluso seguimientos para intentar amedrentarla.
Me doy cuenta de que no puedo tener una vida normal.
Estoy agotada de toda esta historia. Lo que me parece más triste es
tener que vivir en una casa que no es mi casa y con la inseguridad de
que como es una casa embargada por el banco y ya ha salido a subasta, en
cualquier momento me veo en un desahucio.
Otra de las cosas que me
preocupa es que si decido marcharme de España y empezar una vida nueva
es que aquí, dentro de lo que cabe, estoy segura. Porque si a mí me pasa
algo es un escándalo. Pero imagínate que me voy a México y aparezco
muerta...
Puede pensarse que es un accidente.
Claro. Una de las cosas que no he planteado hasta
ahora en firme es que personas como yo igual debemos tener la
posibilidad de tener una identidad diferente para poder rehacer tu vida
en otro lugar.
¿Sigue recibiendo anónimos?
Esto va por oleadas. Normalmente, cuando tengo juicio
por algo me brean desde un mes antes. Últimamente, no. El mes antes del
juicio por acoso laboral recibí del orden de 40 anónimos diarios. Cada
vez que presento denuncias por amenazas me las intentan archivar por
autor desconocido, sin abrir diligencias siquiera. Los dos anónimos más
fuertes que he recibido han sido dos gifts a través de Twitter.
Serían sacados de alguna película.
Uno era una chica apuntándome con
una pistola y el otro que me hacía así (se pone el dedo índice en los
labios y después lo pasa por la garganta). Tuve que investigar yo y
antes de que el juez archivara el caso aportar los datos de la persona
que me había denunciado. Por eso creo que si todo estuviera focalizado
en un juzgado, se lo tomarían de otra manera.
Es relevante que sea desde la propia sociedad
civil desde donde salgan medidas como la que lleva su plataforma para
poder facilitar las denuncias de corrupción.
Sí, pero me he llevado la decepción de que la mayoría
de las asociaciones anticorrupción, aunque surjan de la sociedad civil,
hay cosas que no me gustan. Porque si yo derivo a gente que quiere
denunciar casos de corrupción y dependiendo del caso que sea va para
adelante o no... Y suele coincidir con temas de carácter político... ¿De
qué estamos hablando? ¿De que hay asociaciones contra la corrupción de
izquierdas y de derechas? Eso es lo que no entiendo." (Entrevista a Ana Garrido, denunciante de la trama Gürtel, Álex Moreno, Julio de la Fuente, CTXT, 16/05/16)
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