10.3.16

Torres salpica a todos en el caso Nóos

"El juicio del caso Nóos es y será una fuente inagotable de comentarios jurídicos y políticos, que, si se tercia, habrá que ir soltando a medida que lo merezcan. La declaración de Diego Torres nos deja dos perlas, dos salpicaduras, que merecen un brevísimo comentario. 

Son declaraciones que no afectan directamente al proceso, que no le alivian su responsabilidad penal, y que las dice, únicamente, con el afán de salpicar a todo el mundo. O a todo el mundo que no le ha echado una mano.

Primera perla, o salpicadura: Con gesto de ingenuidad afirmaba que el sistema de ocultación de sus actividades era el que les había indicado el abogado del Jefe del Estado, porque ellos, ante tal indicación, creyeron que sería lo correcto. 

El veterano periodista Miguel Ángel Aguilar, con la indignación de su sempiterna juventud, clamaba en una tertulia televisiva contra semejante excusa. Con toda la razón decía que eso no les disculpa, porque ya son mayores de edad, y no precisan tutores. Y, además, son expertos en la materia. No en balde, Torres era profesor de ESADE, escuela superior de negocios de prestigio internacional.

Pero, sobre todo, porque, según la versión de Torres, lo que se les había indicado era un modo alternativo de alcanzar los mismos objetivos con unas maneras distintas, capaces de hacer invisibles sus reprochables actividades. Las declaraciones de un acusado, hechas en el ejercicio de su derecho de defensa, no tienen por qué ser veraces. 

Es frecuente que los acusados mientan, negando su intervención o inculpando a terceros. Es normal. Pero si Torres esta vez no miente, con ello no se salva. Simplemente, compromete en su conducta delictiva al abogado del Jefe del Estado. Y, obviamente, salpica al rey de entonces. 

Como esta primera salpicadura de Torres guarda relación con los hechos del proceso, supongo que a lo largo del juicio habrá ocasión para que esa pretendida participación resulte aclarada suficientemente.

Segunda perla, o salpicadura: Afirmó que el abogado del Jefe del Estado había asesorado para que la herencia de Don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos (esta aclaración la pongo porque hay jóvenes que no saben de reyes y monarquías) se alojara en Suiza, para eludir la presión fiscal española.

 Nadie ha dicho nada al respecto. No hemos visto ningún desmentido oficial de la Casa Real. También esta salpicadura puede ser rigurosamente falsa. Pero como se trata de algo totalmente ajeno al proceso de Nóos, no es posible esperar que a lo largo del proceso haya ocasión de restablecer le verdad.

La credibilidad del viejo monarca es escasa. Su abdicación no se debió a su escasa salud, sino a su escaso prestigio, capaz de herir de muerte a la propia institución. Que haya rumores sobre otra dudosa conducta suya, deplorablemente paralela a la de D. Florenci Pujol y su saga, no favorece, ciertamente, al prestigio de la monarquía ni al actual monarca. 

Por eso sorprende que, ante la amplísima difusión televisiva de las salpicaduras de Torres, no se haya producido una inmediata y contundente negación, capaz de disipar radicalmente las dudas o sospechas."                  (José María Mena, Jurista. Ex fiscal jefe de Catalunya, La Lamentable, 28/02/16)

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