10.3.15

40.000 millones de euros anuales es el coste social de la corrupción en España (un 4% del PIB)

"La corrupción, sólo por detrás del paro, continúa siendo el principal problema de los españoles, según se desprende del último Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Además, mes tras mes, dicha preocupación de los ciudadanos por la corrupción va aumentando.  (...)

La percepción de las empresas españolas sobre la corrupción resulta muy explicativa sobre la calidad de nuestro empresariado en general. El 52% de las empresas españolas, según el Eurobarómetro, considera que la única manera de triunfar en el mundo empresarial es disponer de contactos políticos y el 97% declara que la corrupción está muy extendida en España.

El 83% de las empresas españolas considera que la corrupción está muy extendida en la contratación pública gestionada por las autoridades nacionales y el 90% en la gestionada por las autoridades locales, según el Eurobarómetro sobre la corrupción de 2013.

 En concreto, manifiestan que las prácticas corruptas más extendidas en los procedimientos de contratación pública son los pliegos de condiciones a la medida para determinadas empresas (80%); abuso de los procedimientos negociados (72%); conflictos de intereses en la evaluación de las ofertas (79%); licitación colusoria (71%); criterios de selección o evaluación poco claros (72%); y modificaciones de las condiciones contractuales después de la celebración de contrato (69%).  (...)

Pero la corrupción más estructural que existe en España es la derivada del fraude fiscal y laboral, sobre todo en grandes empresas y fortunas, que concentran el 72% de toda la evasión. El fraude no sólo es una fuente de injusticias, sino que al mismo tiempo desvirtúa la libre competencia y pone en situación de desventaja a los empresarios y profesionales que cumplen con sus obligaciones.

 El tamaño de la economía sumergida en España equivale al 24,6% del PIB, unos 253.000 millones de euros, lo que supone el doble de economía sumergida respecto a la media de los países de la UE. A pesar de ello España cuenta con la mitad de la plantilla media ponderada de inspectores de la UE.  (...)

León, Araña y de León (2013)[2] cifraron en 40.000 millones de euros anuales el coste social de la corrupción en España (un 4% del PIB), incorporando en su análisis el impacto sobre la calidad de vida de los ciudadanos. 

La corrupción es mucho mayor que la reflejada por las estadísticas oficiales y en el Índice de Transparencia Internacional, al incorporar además de los datos de impacto directo sobre casos que salen a la luz pública y que son resueltos judicialmente, la estimación del impacto sobre la reducción de inversión extranjera, los casos que no se detectan o no pueden ser probados judicialmente, e incluso el desánimo en la población, que deja de emprender proyectos personales y profesionales por miedo a que la corrupción los detenga.  (...)

Una amplia batería de medidas y soluciones como las propuestas servirá para prevenir y evitar la corrupción, pero su erradicación total sólo será posible cuando exista una conciencia ciudadana que anteponga la ética personal y social al oportunismo de aprovechar los resquicios del marco legal e institucional en provecho propio o de determinados colectivos.  (...)"              (Mónica Melle Hernández, Economistas frente a la crisis, 08/07/2014)

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