26.3.09

La nueva ruta de la cocaína pasa por África

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El 12 de julio del año pasado, al otro lado del Atlántico, un bimotor estadounidense procedente de la ciudad venezolana de Barcelona aterrizaba con problemas mecánicos en el aeropuerto Osvaldo Vieira, en la capital de Guinea-Bissau. La DEA, Interpol y la Policía española tenían información fidedigna de que el avión transportaba 500 kilos de cocaína para el mercado europeo. El Ejército rodeó el avión y tomó el control de una zona del aeropuerto, usurpando las competencias de la Policía Judicial. "Los militares no tenían atribuciones para actuar de aquella manera, porque a fin de cuentas se trataba de un avión civil. Procedieron a descargar el avión y no podían hacerlo", explica en una conversación telefónica Lucinda Barbosa, directora general de la Policía Judicial.

Realizada sin testigos la descarga de la mercancía, los militares dijeron que la droga no era droga, sino medicamentos para las Fuerzas Armadas. "Investigamos y comprobamos que aquella mercancía era droga. No hay ninguna duda de eso", asegura Barbosa. Los tres tripulantes, todos venezolanos, y dos controladores aéreos guineanos fueron detenidos por la Policía Judicial. Incluido el piloto. ¿Quién era? Carmelo Vásquez Guerra, el mismo que dos años antes iba a los mandos del DC-9 repleto de cocaína que aterrizó en Campeche, y prófugo de la Justicia mexicana.

La Fiscalía antidrogas de México emitió a través de Interpol una orden internacional de captura contra Carmelo Vásquez, quien se esfumó de nuevo cuando estaba a punto de ser entregado a funcionarios mexicanos que esperaban en Lisboa. El caso fue archivado en febrero por falta de pruebas, ante la sorpresa de la DEA, Interpol de Francia y Portugal, la Policía Judicial de Guinea-Bissau y de Portugal, y de otros organismos que seguían de cerca los acontecimientos. Esto ocurría en el mismo país, cuyo presidente, Nino Vieira, fue asesinado el lunes por un grupo de militares leales al jefe del Ejército, Batiste Tagme na Waje, muerto en atentado horas antes." (El País, ed. Galicia, Internacional, 09/03/2009, p. 8)

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