"Vuelve el juicio de la Gürtel esta semana con la comparecencia como testigos de cinco bastiones de la época del aznarismo, desde Francisco Álvarez-Cascos hasta Rodrigo Rato pasando por Ángel Acebes, Javier Arenas y Jaime Mayor Oreja, que dejarán en el ambiente la convicción de que la trama liderada por Francisco Correa
nació, creció, se reprodujo y, antes de la extinción, se refugió en el
búnker madrileño-valenciano en aquellos felices años (sobre todo para
ellos) en los que José María Aznar hacía footing (hoy running) por los jardines de La Moncloa mientras algunos de sus amigos se llenaban los bolsillos saqueando el erario público.
Que la trama Gürtel
se desarrolló al calorcito de los Gobiernos de Aznar lo demuestra que
la plana mayor del banquillo de los acusados se exhibió en la monumental
boda de la hija del expresidente con Alejandro Agag que teatralizó toda una época en el monasterio de El Escorial o que, unos años después, el yernísimo, la hijísima y todos los líderes de la trama corrupta, salvo el siempre elegante Pablo Crespo, fueran inmortalizados en un vídeo sonrojante a bordo de un yate que doblaba el peñón de Gibraltar mientras Álvaro Pérez, El Bigotes, presentaba, entre chascarrillos, a la banda hasta que López Viejo aprovechaba su turno ante la cámara para darse el filete con su esposa.
Lo definió bien durante el juicio el denunciante José Luis Peñas
cuando le tocó explicar quién era Correa en el PP: “Todos se paraban a
su paso, porque era la persona que siempre estaba a la derecha del
presidente”.
Aznarista hasta el punto de abandonar el PP del post-aznarismo en
2011 por “dignidad personal”, Álvarez-Cascos, el secretario general de
la organización entre 1989 y 1998, ha rondado la imputación en el caso Gürtel en
varias ocasiones, sobre todo por una conversación telefónica que forma
parte del sumario en la que Correa presumía de “haberle llevado a Luis Bárcenas 1.000 millones de pesetas en cash” como
contrapartida a las “adjudicaciones” que el Ministerio de Fomento
otorgaba cuando el asturiano mandaba en ese departamento.
Según
confesaba el líder de la trama Gürtel en las grabaciones que le arrancó el exconcejal José Luis Peñas,
Cascos sabía en qué paraíso fiscal tiene escondido el dinero Bárcenas y
a él le tenían “mucho miedo” en el partido a pesar de saber que no se
atrevería “a cantar”.
El hombre que, según la versión oficial,
salvó la vida a José María Aznar al cambiar por su cuenta el blindaje de
su vehículo unos días antes de que ETA intentara asesinarle, también
tendrá que explicar al tribunal si se refieren a él las siglas PAC, que
aparecen en el reparto de comisiones por la adjudicación de un contrato
de tres millones de euros que una empresa de Correa (Rialgreen) se
endosó por organizar y repartir con otras sociedades la publicidad de
las campañas municipales, autonómicas y generales que el PP afrontó en
los años 2003 y 2004, con el líder de las Azores al frente del partido.
Según
los informes de la UDEF que forman parte del sumario, PAC tenía que ser
“una persona con gran capacidad de influencia” porque cobró de todas
las empresas que participaron en esa adjudicación, hasta el punto de ser
“el mayor receptor de dinero” de todos, con comisiones que por este
contrato alcanzaron los 41.172 euros. El resto de los beneficiarios de
esa adjudicación fueron LB (Luis Bárcenas), GG (Gerardo Galeote), JS (Jesús Sepúlveda), JM (Jesús Merino) y PC (Paco Correa). Quién es el PAC de la Gürtel
es una de las grandes incógnitas del juicio porque, si Correa descartó
en su declaración la participación del exministro al pronunciar un
rotundo “PAC no es Paco Cascos”, el empresario José Luis Roig,
que también habría participado en el reparto de las mordidas, realizó
durante su declaración la original aportación de que las siglas PAC se
corresponden en realidad con la santísima trinidad de la Gürtel: Pablo (Crespo), Álvaro (Pérez, El Bigotes) y (Francisco) Correa.
Por
la adjudicación de los contratos de publicidad de esos dos comicios
también comparecerá en la Audiencia Nacional otro secretario general de
los populares con Aznar, Javier Arenas, número 2 del partido
entre 1998 y 2003 y director del comité de campaña que encargó los
trabajos presuntamente amañados.
En su caso, además, Arenas también era
el presidente regional del PP de Andalucía cuando la formación adjudicó a
la citada Rialgreen la campaña de las elecciones en la región que se
celebraron en 2004 y que se saldaron por la victoria por 24 de escaños
del candidato socialista Manuel Chaves sobre la popular Teófila Martínez.
Ángel
Acebes, el ministro del Interior que gestionó las mentiras del 11-M y
el secretario general del PP durante la transición entre el aznarismo y el marianismo que la formación conservadora experimentó entre 2004 y 2008, tiene que declarar por haber autorizado, presuntamente, la compra-venta de acciones del diario digital derechista Libertad Digital con fondos de la caja B de dinero negro que gestionaban los extesoreros Luis Barcenas y Álvaro Lapuerta.
Según el sumario, a través de una de esas operaciones de compra y venta de acciones, Bárcenas y su esposa, Rosalía Iglesias,
se apropiaron supuestamente de 149.000 euros que destinaron a adquirir
una parte del chalé de lujo que todavía conservan a los pies de la
estación de esquí de Baqueira-Beret.
Completan la lista de antiguas glorias del Partido Popular que declararán esta semana en el juicio por la primera época de actividades de la trama Gürtel los dos aspirantes a la sucesión que sucumbieron ante Mariano Rajoy en el dedazo
presidencial que determinó la elección de Aznar en su libreta azul:
Jaime Mayor Oreja, vicesecretario general del PP en 1996 y ministro del
Interior durante cinco difíciles años en la lucha contra ETA, y Rodrigo
Rato, número dos del Gobierno y condecorado artífice del milagro económico español
fraguado en la burbuja inmobiliaria antes de ser arrojado a los
infiernos, como paso previo a la cárcel que le espera, por el
hundimiento de Bankia y el oscuro origen de su patrimonio.
En su
etapa como eurodiputado y presidente del Grupo Parlamentario Popular en
la Eurocámara, Mayor Oreja fue presidente de la Fundación de Estudios
Europeos, a la que, según la Fiscalía Anticorrupción, se cargaron
facturas de viajes de los que se habría aprovechado el extesorero y
exsenador por Cantabria Luis Bárcenas.
Rato conoce sobradamente el
edificio polivalente de la Audiencia Nacional en San Fernando de
Henares, en el que se sigue el juicio, porque en la sala del piso
superior tuvo que asistir al que se siguió por el uso de las tarjetas black, en el que acabó siendo condenado a cuatro años y medio de cárcel.
Tendrá que comparecer ante el tribunal de la Gürtel
para explicar cómo se organizaban las campañas electorales de la
formación y con qué criterios se adjudicaban para aclarar si en algún
momento Correa pudo gozar de un trato de favor. Correa, “la persona que
siempre estaba a la derecha del presidente”. (ALFONSO PÉREZ MEDINA , Cuarto Poder, 19/06/17)
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