"El “affaire de los fiscales” que incluye al nuevo
fiscal del Estado José Manuel Maza y, al recién nombrado fiscal
Anticorrupción Manuel Moix, está empantanando, aún más, la tensa vida
política nacional dominada por los casos de corrupción, está
extendiendo una sombra de sospecha y de dudas sobre los últimos casos de
escándalos que han venido surgiendo durante los últimos días,
especialmente todo lo que se refiere al escándalo del expresidente de la
Comunidad de Madrid Ignacio González (Operación Lezo) que, este
miércoles, ha llegado hasta el Congreso de los Diputados y el Senado,
con una serie de preguntas, la mayoría de ellas sin contestar, dirigidas
al propio presidente del Gobierno Mariano Rajoy y a los ministros de
Justicia Rafael Català, y de Interior, José Antonio Zoido.
Que a estas alturas, sabiendo lo que se sabe, y
conociéndose lo que se conoce, a través de las conversaciones grabadas
al señor González y otros miembros de su familia (su hermano, su hermana
y su cuñado) por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la
Guardia Civil, que el señor Presidente del Gobierno defienda en el
Parlamento al fiscal Anticorrupción señor Moix , por el que tanta
instiga montó el señor González para su nombramiento, desde que
aparecieron las primeras sospechas del ático de Marbella y de las
tropelías en el Canal Isabel II, es una verdadera impostura.
El señor Presidente del Gobierno puede defender a un
Fiscal Anticorrupción que ha dividido a la carrera, pero lo único que no
puede decir en el Parlamento es que, después de lo que ha trascendido,
le valore muy positivamente porque “es un profesional con amplia
trayectoria que funciona con total imparcialidad.
“Lo único que no tiene
es “Imparcialidad”. Salvó a Ignacio González de otros trances y toda la
estrategia del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio
González (y ahí están todas las conversaciones grabadas a través de sus
teléfonos, y de un sistema de escuchas establecido en su despacho por
la UCO, con autorización judicial), era que Moix fuese nombrado fiscal
Anticorrupción.
Se negó a ese nombramiento por haber en la carrera,
otros fiscales con más méritos, la antigua fiscal general del Estado
Consuelo Madrigal, escogida por el propio Rajoy, por ser compañera de
carrera y fue cesada en el cargo por no someterse a las peticiones del
ministro de Justicia. Consuelo Mariscal substituyó en el cargo a Eduardo
Torres Dulce, un excelente jurista nombrado por Alberto Ruiz Gallardón,
que se comportó en el cargo como un auténtico demócrata que creía
firmemente en la división de poderes y en la autonomía de la Fiscalía.
Llegó un momento en que fue sometido a tales presiones que dejó el
cargo con gran malestar del Gobierno, que intentó por todos los medios
que siguiera, sobre todo, en pleno conflicto de la Generalitat con el
Tribunal Constitucional.
Es difícil de explicar que desde su nombramiento se ha
pedido en varias ocasiones la dimisión tanto del fiscal general del
Estado, como la de su subordinado el fiscal Anticorrupción Manuel Moix,
algo que no ha ocurrido ni durante el mandato de Torres Dulce ni de
Consuelo Madrigal.
Este miércoles esas dimisiones, además de la del
ministro de Justicia Rafael Catalá, han sido solicitadas, de nuevo, en
el Congreso de los Diputados, en un clima de enfrentamiento que no se
producía desde hace semanas, y que ha sido calentado por el escándalo de
la Comunidad de Madrid y el Canal Isabel II, convertidos en una
auténtica bomba de relojería en la que aún queda mucho por estallar.
En medio de todo tipo de rumores sobre quién estaba
informando a Ignacio González de las investigaciones que estaba
realizando la UCO, lo que le ha permitido destruir muchas pruebas, según
fuentes de la Guardia Civil, ya ha trascendido que el fiscal general
del Estadio, José Manuel Maza, había sido alertado por distintas
fuentes, especialmente por la Unión Progresista de Fiscales, que la
designación de un fiscal Anticorrupción como Moix, podía suponer un
auténtico conflicto político ya que su nombre aparecía citado por el
expresidente de la Comunidad madrileña, como el fiscal ideal para sus
intereses, en varias de las conversaciones grabadas por la UCO en su
despacho. Los informantes del fiscal general habrían manifestado también
su preocupación por el prestigio de la carrera fiscal el día que la
opinión pública conociese esas grabaciones.
A pesar de todo Moix, fue nombrado fiscal Anticorrupción… y así estamos." (José Oneto, República.com, 10/05/17)
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