17.5.17

El escándalo de los fiscales

"El “affaire de los fiscales” que incluye al nuevo fiscal del Estado José Manuel Maza y,  al recién nombrado fiscal Anticorrupción Manuel Moix,  está empantanando, aún más, la tensa vida política nacional dominada por los casos de corrupción,  está extendiendo una sombra de sospecha y de dudas sobre los últimos casos de escándalos que han venido surgiendo durante los últimos días, especialmente todo lo que se refiere al escándalo del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González (Operación Lezo) que, este miércoles, ha llegado hasta el Congreso de los Diputados y el Senado, con una serie de preguntas, la mayoría de ellas sin contestar, dirigidas al propio presidente del Gobierno Mariano Rajoy y a los ministros de Justicia Rafael  Català, y de Interior, José Antonio Zoido.

Que a estas alturas, sabiendo lo que se sabe, y conociéndose lo que se conoce, a través de las conversaciones grabadas al señor González y otros miembros de su familia (su hermano, su hermana y su cuñado) por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que el señor Presidente del Gobierno defienda en el Parlamento al fiscal Anticorrupción señor Moix , por el que tanta instiga montó el señor González  para su nombramiento, desde que aparecieron las primeras sospechas del ático de Marbella y de las tropelías en el Canal Isabel II, es una verdadera impostura.

El señor Presidente del Gobierno puede defender a un Fiscal Anticorrupción que ha dividido a la carrera, pero lo único que no puede decir en el Parlamento es que, después de lo que ha trascendido,  le valore muy positivamente porque  “es un profesional con amplia trayectoria que funciona con total imparcialidad.

 “Lo único que no tiene es “Imparcialidad”. Salvó a Ignacio González de otros trances y toda la estrategia  del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González  (y ahí están todas las conversaciones grabadas a través de sus teléfonos, y de un sistema  de escuchas establecido en su despacho por la UCO,  con autorización judicial), era que Moix fuese nombrado fiscal Anticorrupción.

Se negó a ese nombramiento por haber en la carrera, otros fiscales con más méritos, la antigua fiscal general del Estado Consuelo Madrigal, escogida por el propio Rajoy,  por ser compañera de carrera y fue cesada en el cargo por no someterse a las peticiones del ministro de Justicia. Consuelo Mariscal substituyó en el cargo a Eduardo Torres Dulce, un excelente jurista nombrado por Alberto Ruiz Gallardón, que se comportó en el cargo como un auténtico demócrata que creía firmemente en la división de poderes y en la autonomía de la Fiscalía. 

 Llegó un momento en  que fue sometido a tales presiones que dejó el cargo con gran malestar del Gobierno, que intentó por todos los medios que siguiera, sobre todo, en pleno conflicto de la Generalitat con el  Tribunal Constitucional.

Es difícil de explicar que desde su nombramiento se ha pedido en varias ocasiones la dimisión tanto del fiscal general del Estado, como la de su subordinado el fiscal Anticorrupción Manuel Moix, algo que no ha ocurrido ni durante el mandato de Torres Dulce ni de Consuelo Madrigal. 

Este miércoles esas dimisiones, además de la del ministro de Justicia Rafael Catalá, han sido solicitadas, de nuevo, en el Congreso de los Diputados, en un clima de enfrentamiento que no se producía desde hace semanas, y que ha sido calentado por el escándalo de la Comunidad de Madrid y el Canal Isabel II, convertidos en una auténtica bomba de relojería en la que aún queda mucho por estallar.

En medio de todo tipo de rumores sobre quién estaba informando a Ignacio González de las investigaciones que estaba realizando la UCO, lo que le ha permitido destruir muchas pruebas, según fuentes de la Guardia Civil, ya ha trascendido que el fiscal general del Estadio,  José Manuel Maza,  había sido alertado por distintas fuentes, especialmente por la Unión Progresista de Fiscales, que la designación de un fiscal Anticorrupción como Moix, podía suponer un auténtico conflicto político ya que su nombre aparecía citado por el expresidente de la Comunidad madrileña, como el fiscal ideal para sus intereses, en varias de las conversaciones grabadas por la UCO en su despacho. Los informantes del fiscal general habrían manifestado también su preocupación por el prestigio de la carrera fiscal el día que la opinión pública conociese esas grabaciones.

A pesar de todo Moix, fue nombrado fiscal Anticorrupción… y así estamos."              (José Oneto, República.com, 10/05/17)

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