5.4.17

El 12-0 al Eldense destapa la infiltración de la mafia calabresa en el fútbol español

"Nobile Capuani contactó con el CD Eldense en diciembre. Aseguró a los gestores del club que representaba a un fondo italiano que aportaría dinero, jugadores y victorias. Tras una breve negociación, Capuani tomó finalmente los mandos del equipo en enero. Sin embargo, solo tres meses después, el CD Eldense está inmerso en un escándalo deportivo que ha sacudido a todo el fútbol español. 
 La derrota del equipo por 12-0 el pasado sábado, en un partido contra el FC Barcelona B del grupo III de la Segunda División B, ha desvelado la infiltración en territorio nacional de una trama vinculada a la mafia calabresa, la temible 'Ndrangheta, que se había especializado en las apuestas ilegales y la venta irregular de fichas en equipos.
La propia directiva del CD Eldense dio la voz de alarma este domingo al expresar públicamente sus sospechas sobre Capuani y pedir ayuda a la Liga de Fútbol Profesional (LaLiga) y a la Policía Nacional para que investiguen el presunto amaño de la goleada.
 Según han confirmado a El Confidencial fuentes del club, nunca hubo ningún fondo inversor detrás de Capuani. Lo único que existía era una organización liderada por Ércole di Nicola, un exjugador y exdirector deportivo italiano completamente desconocido en España que, sin embargo, arrastra en su país un largo historial delictivo
 Su último problema con la Justicia tuvo lugar el 19 mayo de 2015, cuando fue detenido en una macrooperación de la Fiscalía italiana y cinco tribunales regionales contra la compra masiva de partidos y las apuestas ilegales en el fútbol.
En el dispositivo, que recibió el nombre de Dirty Soccer (fútbol sucio, en inglés), se produjeron 50 arrestos por toda la geografía transalpina, pero los investigadores destacaron el papel de Di Nicola, que habría contactado directamente con dirigentes y jugadores de otros equipos para implicarlos en el fraude. Se le atribuye el amaño de al menos ocho encuentros. La Fiscalía descubrió esta red cuando investigaba otros negocios de la 'Ndrangheta, una de las organizaciones mafiosas más ricas y poderosas del mundo.
 Hasta ese momento, habían aparecido nombres sueltos implicados en amaños deportivos. Pero las autoridades consideran que Dirty Soccer era un auténtico “sistema” transversal en el que también aparecían inversores serbios, malteses y albaneses que facilitaban los fondos para apostar en el extranjero. 
Los investigadores sostienen que la red estaba conectada con la 'Ndrangheta. Presuntamente, Di Nicola formaba parte del grupo que cerraba los amaños para que el dinero se multiplicara sin riesgo. Tras su detención, pasó cuatro meses en arresto domiciliario.
Las pesquisas continúan en secreto, pero un tribunal federal deportivo ya ha condenado a Di Nicola a cinco años de inhabilitación y una multa de 100.000 euros. El tribunal considera acreditado que aprovechó su cargo de director deportivo de L'Aquila, que en 2015 militaba en la Lega Pro italiana —categoría equivalente a la Segunda División B española—, para teledirigir encuentros de la Copa de Italia y la Serie B, justo por debajo de la primera división del fútbol transalpino.
Fue en L'Aquila donde Di Nicola trabó amistad con Capuani, que dirigía la sección juvenil del club. Seis meses después de que estallara Dirty Soccer, en noviembre de 2015, ambos se desplazaron a España para limpiar su pasado. 
Recalaron en el Jumilla por pura casualidad. “Llegaron prometiendo dinero. Decían que iban a utilizar el club para traer jugadores con proyección y relanzarlos. Y aseguraban que tenían el apoyo de un fondo de inversión italiano”, explica un directivo del Jumilla que prefiere permanecer en el anonimato por miedo a represalias.
A Di Nicola y Capuani se unieron pronto otros compatriotas, como Valentino Fenni y Salvatore Casapulca, pero nunca apareció ningún inversor. “Fue una mentira desde el principio. Se quedaban con el dinero de las taquillas y no pagaban en ningún sitio, ni restaurantes, ni hoteles, ni las casas de alquiler que utilizaban los jugadores. Dejaron una deuda de más de 200.000 euros, que es una barbaridad para un club como el Jumilla”.
Enseguida se descubrió cuál era una de sus principales vías de ingresos. En el mercado de invierno comenzaron a llegar jugadores extranjeros, la mayoría de Italia. “Nos dimos cuenta de que no fichaban a promesas con proyección. Ni siquiera pagaban nada para traerlos. Al contrario, su negocio consistía en exigirles dinero a jugadores de inferior categoría que buscaban una oportunidad”, explica este directivo.
 Solo en una semana, aterrizaron en el Jumilla seis italianos y un francés. Este último era Evans Kondogbia, hermano del centrocampista del Sevilla Geoffrey Kondogbia. “Se anunció como un gran fichaje pero sabemos que la familia tuvo que pagar 40.000 euros para que lo contrataran. Otros jugadores pagaron 20.000”. La práctica, desconocida hasta ahora en España, aparece en la sentencia italiana contra Di Nicola, pero en Jumilla tardaron en saber incluso cómo se llamaba.
En esa misma resolución fue inhabilitado también Capuani, que en Jumilla actuaba como un presidente todopoderoso de trayectoria intachable. Sin embargo, su negocio les obligó a tomar decisiones.
 “Ellos querían que fueran alineados los jugadores que habían pagado para estar en el Jumilla y no lo ocultaban”, prosigue este directivo. “Llegaron a decir en el vesturario que la alineación de un joven italiano suponía 20.000 euros y que con ese dinero iban a pagar todas las nóminas”. 
Los que pagaban, por supuesto, no recibían ningún otro ingreso. Y es ahí donde, en opinión de esta fuente, Di Nicola y Capuani pudieron aprovechar para prometer ingresos fáciles a jugadores que estaban lejos de sus países y no llegaban a final de mes. Los ingresos fáciles, claro, eran apuestas por dejarse meter goles. En abril, seis meses después de que pusieran un pie en Jumilla, los italianos fueron expulsados del club. La directiva todavía está pagando facturas de esa época."                  (El confidencial, 04/04/17)

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