"Dos sociedades en los paraísos fiscales de Guernsey y la
Isla de Man para administrar la propiedad de un yate de lujo y un
amarre en la Riviera francesa minimizando la factura fiscal en España.
Es el esquema que utilizó durante años el expresidente del Banco
Santander Central Hispano (BSCH) José María Amusátegui, según se
desprende de la investigación Los Papeles de la Castellana, elaborada conjuntamente por las redacciones de eldiario.es, La Marea y Diagonal, a partir de una documentación remitida al buzón seguro filtrala.org.
Amusátegui, hijo de marinos y abogado del Estado, fue uno de los
empresarios más poderosos en la España de finales del siglo pasado y una
de las figuras económicas de la Transición. Se retiró en agosto del año
2001 con una multimillonaria jubilación: 43,5 millones de euros y una
pensión vitalicia de 5,1 millones de euros anuales. Tenía entonces 69
años.
Pocos meses después, gastó una pequeña parte de este dinero en un lujoso yate: el Cascais M.
El barco, construido en 1998, tenía 25,75 metros de eslora, 133
toneladas de peso y capacidad para nueve invitados y dos tripulantes,
según la web especializada superyachttimes. Amusátegui pagó 2,6 millones de euros por la embarcación.
Para esconder la propiedad de ese yate, Amusátegui constituyó el 9 de
julio de 2002 la sociedad Amacayo Limited en Saint Martin, en el paraíso
fiscal de Guernsey. La operativa recuerda a la que utilizó otro
banquero, Jaime Botín, para ocultar la propiedad de otro yate también en
Guernsey, como desveló eldiario.es en
octubre de 2014. En aquella época, Jaime Botín era vicepresidente del
BSCH y fue una de las personas con las que Amusátegui negoció los
generosos términos de su salida del banco.
Esa
sociedad de Guernsey permitió a Amusátegui ahorrarse el pago de al menos
dos tributos: el IVA correspondiente (entonces era del 16% del valor de
la operación) y el Impuesto de Matriculación de la embarcación o
Impuesto sobre Determinados Medios de Transporte en España (IDMT).
Actualmente este impuesto está fijado en el 12% del valor de compra y,
según los armadores, es una excepción en Europa. Teniendo en cuenta el
valor de compra, el ahorro fue superior a los 700.000 euros.
De haber entrado en aguas españolas, como residente en España, el
exbanquero tendría que haber pagado el IDMT en España. Según ha afirmado
José María Amusátegui a eldiario.es, el Cascais M, que estaba amarrado en el sur de Francia, "jamás" transitó por aguas españolas.
Preguntado por este asunto, el banquero también dice que no recuerda si
pagó esos dos impuestos: “Yo creo que sí; bueno, no me acuerdo”.
Y niega que la constitución de esa sociedad en un paraíso fiscal tuviera
como objetivo “ninguna misión de ocultación fiscal ni de mejora de
beneficios, ni de gastos, ni de nada”. “En absoluto. Sencillamente el
barco estaba fuera, nunca estuvo en España”, asegura. Y dice que la
sociedad “funcionaba nada más que como propietaria del barco”.
"Extraordinaria labor" del banquero
Amusátegui se compró ese buque tras abandonar el BSCH con un bonus de
43,5 millones de euros y una pensión vitalicia de jubilación de 5,1
millones anuales a cargo del Santander. Llegó a la copresidencia del
BSCH –junto a Emilio Botín– tras la fusión con el Central Hispano, que
también presidía, en abril de 1999. Dos años después, la familia Botín,
accionistas mayoritarios de la entidad, descabalgaron a Amusátegui de la
presidencia compartida.
En reconocimiento a su
“extraordinaria labor”, el banco le pagó una de las mayores
indemnizaciones de la historia de España. Esta generosa indemnización
acabó en los tribunales tras un denuncia de un exconsejero y un
accionista del banco y tuvo como imputados al propio Amusátegui, Emilio
Botín y el consejero delegado del banco en aquel momento, Ángel
Corcóstegui. Finalmente el Tribunal Supremo absolvió a los tres acusados
en 2006.
La sociedad tenedora del yate Amacayo Limited se constituyó con un
capital social de 15.558,56 euros. Estaba participada al 99,98% por la
española Amacayo SL, bautizada en honor de un vocablo derivado del
quechua que significa “flor de lis”. Esta última se creó el 5 de enero
de 2002. En ella Amusátegui aportó la mayoría del capital (599.980
euros) y dos de sus seis hijos, José María y María Luz Amusátegui
Amusátegui, 10 euros cada uno.
Amacayo Ltd estaba administrada por dos firmas de
Guernsey, según sus cuentas de 2004 y 2005: Anson Limited y Cabot
Limited. El secretario era Mercator Secretaries Limited, vinculada a
Mercator Trust Company Limited, también radicada en esa isla del Canal
de la Mancha.
El activo fijo de Amacayo Ltd se desglosaba entonces en un
atraque en Port Vauban (Antibes, Riviera Francesa) con un valor de
adquisición de 232.007 libras y el citado yate Cascais M.
El valor de adquisición declarado para el yate era de 1.331.921 libras.
Muy inferior al precio real, que fue de 2.075.000 libras, según un
informe que resumía una reunión de los asesores fiscales de Amusátegui
en mayo de 2008. Al cambio, la compra del barco costó 2,6 millones de
euros.
Crédito autoconcedido al 0%
Amacayo
Ltd tenía una deuda de 2,6 millones de euros con su propietario, el
propio Amusátegui, equivalente al precio de compra del barco. Un
“préstamo excepcional”, en definición de los asesores del ex banquero,
que este se había autoconcedido.
Si bien declaraba ese crédito en el
Impuesto de Patrimonio (bonificado en la Comunidad de Madrid, donde
reside Amusátegui), el préstamo no liquidaba intereses, como confirma el
interesado: “No me pagaba ningún interés ni nada, como si fuera una
deuda previa a un aumento de capital o una operación así”.
Ese crédito a interés cero es una irregularidad en toda
regla. Al tratarse de una operación entre partes vinculadas, debía
devengar intereses de mercado. Así se lo advirtieron a Amusátegui sus
asesores fiscales en un informe fechado el 17 de noviembre de 2009. De
conocer la existencia de ese préstamo a interés cero, la Administración
Tributaria podría haber obligado a Amusátegui a corregir la valoración
de esa operación vinculada y a practicar la correspondiente
liquidación.
Según ha explicado Amusátegui a eldiario.es, el Cascais M
era “un barco muy antiguo” que vendió “hará cuatro o cinco años, cosa
así, no me acuerdo”. La sociedad Amacayo Limited fue liquidada el 28 de
febrero de 2013, dos meses antes de que el exbanquero la incluyera en el
modelo 720 (declaración de bienes en el exterior) del ejercicio 2012
que presentó a la Agencia Tributaria en abril de 2013.
Años antes, julio de 2005, Amusátegui se había comprado otra embarcación todavía mayor que el Cascais M,
de 30,95 metros de eslora, por 5,1 millones de euros. El buque, con 176
toneladas de peso y capacidad para ocho invitados, fue adquirido
mediante leasing a la italiana Unicredito. Su nombre original era Emerald Star, y fue después rebautizado como Stella Maris. El barco, dice el banquero, se adquirió esta vez a su nombre, sin sociedad interpuesta. También fue vendido posteriormente.
Otra firma opaca
La otra firma opaca utilizada por Amusátegui para optimizar fiscalmente
sus paseos en barco todavía está activa. Se llama Averon Limited y está
domiciliada en Lord Street, Douglas, Isla de Man, otro paraíso fiscal.
Su propósito actual es la tenencia de un amarre en el citado puerto de
Antibes, cerca de Cannes, en la Riviera francesa.
Según la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es, esa
sociedad tiene como “asesores operativos” al despacho Floram en Ginebra
(Suiza). Averon fue constituida el 27 de agosto de 1987 y el banquero la
adquirió el 1 de julio de 2005 por 950.000 euros mediante la
adquisición de 1998 acciones de forma directa. Las otras dos acciones
las compró a través de sendos testaferros.
Averon es la titular de 180 acciones de la francesa
Société d’Aménagement du Port Vauban d'Antibes. Esa participación le
otorga el derecho exclusivo del atraque número 161/9033 en ese puerto de
la Riviera francesa “sin que Averon Limited sea considerada como
beneficiario económico de dichas acciones por la jurisdicción de la Isla
de Man”, según un informe del asesor suizo de Amusátegui.
“El valor del atraque cambia sistemáticamente como resultado de la
demanda y de la oferta para este tipo de activo detenido aquí de forma
fiduciaria por la Compañía, que no mantiene una valoración actualizada”,
añadía el despacho Floram en ese informe.
En el
modelo 720 que presentó Amusátegui en 2013, la valoración de Averon
ascendía a 950.000 euros, lo mismo que pagó por ella en 2005. En esa
declaración el exbanquero también dio cuenta de la tenencia de varias
sociedades en Malta, entre otros territorios opacos. Amusátegui dice que
Averon Ltd está actualmente en venta y que ya no la utiliza “para
nada”. (Antonio M. Vélez, Público, 09/06/16)
“A mí, lo que me gusta es vivir como los ricos”, dicen que era la máxima de
José María Amusátegui (San Roque, Cádiz, 1931) en sus años como
ejecutivo del Banco Santander Central Hispano (BSCH), el banco que en
2001 le despidió con una de las mayores indemnizaciones de la historia
de España a cambio de dejar el camino expedito al fallecido Emilio Botín
al frente de la entidad.
Desde entonces, Amusátegui
apenas ha tenido actividad empresarial, más allá de la presidencia de la
Fundación Santander (hasta 2008) y labores de asesor para empresas como
la aseguradora Generali. Tampoco le ha hecho falta.
Desde que se
jubiló, generosamente indemnizado con un finiquito de 43,5 millones de
euros, ha contado con unos ingresos brutos anuales de más de 6 millones
de euros. La mayor parte (más de cinco millones al año), procedentes de
la pensión vitalicia que le concedió el BSCH (hoy Santander) y otro
medio millón, de Unión Fenosa.
Compatibiliza esos ingresos con una pensión pública que en marzo de
2010, por ejemplo, ascendía a 2.022,28 euros mensuales, según la
documentación de Los Papeles de la Castellana, resultado de varios meses
de investigación conjunta entre eldiario.es, La Marea y Diagonal tras
una filtración anónima.
Aficionado a la caza, al
golf, las motos, la botánica, la astronomía y la náutica, tras un primer
matrimonio en agosto de 1959 con su prima hermana María Luz Amusátegui,
se casó en segundas nupcias en 1998 con su antigua secretaria, Amalia
de León Blanco. En total tiene seis hijos.
El
matrimonio tiene una mansión en La Moraleja (Alcobendas, Madrid),
escenario de periódicas fiestas con lo más selecto de la capital de
España y cuyos terrenos (una finca de 10.000 metros cuadrados)
Amusátegui adquirió en diciembre de 1991.
Las obras de construcción
concluyeron en 1993 y la vivienda, con casi 1.700 metros cuadrados
construidos, tiene un valor catastral de más de 3 millones. En 2013 eran
también propietarios de un enorme piso (641 metros cuadrados) en el
Paseo de la Castellana de Madrid adquirido en 2003 y valorado en 3,4
millones, y una mansión en Marbella sobre finca de 6.225 metros
cuadrados.
La historia de su retiro dorado es bien conocida. Se
convirtió en copresidente del BSCH tras la fusión en enero de 1999 del
Santander y el Central Hispano, que Amusátegui presidía desde 1992.
Teóricamente una unión entre iguales en la que compartía el poder con el
otro presidente del BSCH, el fallecido Emilio Botín, y el otro hombre
fuerte del Hispano, Ángel Corcóstegui, vicepresidente y consejero
delegado. El equilibrio duró poco.
Amusátegui se
marchó en agosto de 2001 y Corcóstegui, en febrero de 2002. Y entre los
dos se repartieron más de 150 millones de euros como compensación para
dejar el camino libre a la familia Botín al frente del banco. El caso
llegó hasta el Tribunal Supremo, que en 2006 absolvió a Amusátegui,
Corcóstegui y Botín de los delitos de apropiación indebida y
administración desleal de los que les acusaban el exconsejero del banco
Rafael Pérez Escolar y un accionista minoritario.
El
Alto Tribunal puso en solfa el nivel ético de esos paracaídas dorados:
"No existen topes máximos (sí los hay éticos y de sensibilidad social,
que aquí quedan ostensiblemente transgredidos), pero no es función de
este Tribunal penal suplir los mecanismos de funcionamiento del mercado
financiero", decía la sentencia.
A la sombra de Boada
Abogado del Estado de la
promoción de 1959, Amusátegui había hecho carrera en los negocios a la
sombra del financiero Claudio Boada, del que fue estrecho colaborador
entre 1963 y 1990. Su trayectoria le llevó a Altos Hornos de Vizcaya,
los extintos institutos nacionales de Industria e Hidrocarburos, la
presidencia de Intelsa, Astilleros Españoles, Campsa, el Banco Urquijo
(en los 80), el Hispano Americano…
Y, ya en los noventa del siglo
pasado, al Central Hispano, tras la fusión que él promovió. Desde allí
accedió a la presidencia de Unión Fenosa (desde 1993 hasta 2002) y de la
patronal eléctrica, Unesa (desde 1998 hasta 2002).
Tras la fusión que dio lugar al BSCH, Amusátegui y Corcóstegui lograron
imponer la salida de la hoy presidenta del Santander, Ana Patricia
Botín, de una de las direcciones generales del banco. Estaban indignados
por un reportaje de color en el que la hija del fallecido Emilio Botín
aparecía como la heredera de su padre (como así ocurrió finalmente) y
Corcóstegui, como un empleado de la familia. Fue una victoria pírrica.
Ambos acabaron sucumbiendo al empuje de Emilio Botín y su cuantiosa
indemnización." (Público, 09/106/16)
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