"En Octubre de 2008, el Juez Garzón acordó investigar penalmente los
crímenes de la dictadura franquista y, en particular, las desapariciones
forzadas de mas de cien mil personas. Lo resumía así: “delitos contra
Altos Organismos de la Nación y la forma de Gobierno, y detención ilegal
con desaparición forzada de personas en un marco de crímenes contra la
humanidad”.
En Mayo de 2009, la organización ultraderechista Manos
Limpias –ahora investigada penalmente por diversos delitos– presentaba
una querella contra el Juez Garzón
al que
atribuía que había prescindido “total y absolutamente del procedimiento
establecido, de la irretroactividad de la ley penal, de la ley de
amnistía de 1977 y de sus propios actos y autos, en los que rechazó como
genocidio los asesinatos de Paracuellos del Jarama”.
La Sala 2ª del
Tribunal Supremo (TS), contra el criterio del Fiscal, dió la razón a
Manos Limpias como una supuesta acusación popular y decidió abrir el
proceso contra el Juez Garzón porque, inconcebible argumento, “no es
absurdo ni irracional” que dicho Juez haya cometido un delito de
prevaricación. A partir de ahí la alianza entre el TS y la extrema
derecha es plena hasta el momento de dictar sentencia.
Resolución
que, según el Memorial Democratic de Catalunya, expresaba que aún
pervivían en el TS “decisiones marcadas por un sesgo ideològico
franquista” y “generaba una duda razonable sobre la imparcialidad del
alto tribunal”.
La defensa del
Juez Garzón planteó en un momento del proceso la recusación de los
magistrados que habían de juzgarle porque carecían de imparcialidad para
hacerlo,condición de un juicio justo.Uno de ellos la aceptó, pero no
los cuatro restantes.Ante esta situación,una Sala especial del TS
resolvió que, en efecto, debían calificarse de parciales y fueron
sustituidos por otros magistrados. Fue, sin duda, una resolución sin
precedentes que descalificaba al Tribunal destituido.
En efecto, el
entonces magistrado Adolfo Prego, hoy letrado, Ponente durante todo el
proceso contra el Juez Garzón, era un conocido ultraconservador,
patrono de honor de la Fundación para la Defensa de la Nación Española
(Denaes), lo que era sabido desde el inicio de la causa contra dicho
juez. Resulta inexplicable que no se hubiera abstenido inmediatamente y,
sobre todo, como Ponente de dicho procedimiento, puesto que, además,
siempre se había caracterizado por su defensa de posiciones
ultraderechistas.
El 14 de mayo,
el Consejo del Poder Judicial, bajo la presidencia del sospechoso juez
Dívar, apoyó igualmente las arbitrarias alegaciones de Manos Limpias y
acordó la expulsión provisional de la función judicial del Juez Garzón. (...)
Todos,
aprovechándose de la actuación, mas que arbitraria, de esas Manos
Limpias que nunca hubieran merecido ese trato tan injustificable.
Posteriormente,
el TS decidió continuar definitivamente el proceso contra el juez
Garzón pese a la evidente ausencia de toda responsabilidad penal. Sobre
todo, a causa de las maniobras procesales irregulares del Juez Varela
con Manos Limpias para hacer viable un escrito de acusación que nunca
debíó aceptarse, evitándose así el juicio oral. Maniobras que
perjudicaron el derecho a la presunción de inocencia del juez Garzón,
además de vulnerar las garantías básicas de un ciudadano y el derecho a
un proceso justo.
El TS, desde
que en mayo de 2009 admitió a trámite la querella de Manos Limpias,
coincidió con los postulados y pretensiones de la ultraderecha, siempre
con la oposición del fiscal. Nunca dudó en aceptar una acusación popular
que, como dijo la Unión Progresista de Fiscales, “la ejerce en fraude
de los principios que deben guiar la intervención procesal de terceros
no perjudicados”.
Mientras, las
víctimas del franquismo, en contraste con la complacencia del Tribunal
con la extrema derecha, fueron siempre tratadas con desdén y
menosprecio, negándoles reiteradamente la pretensión de ser partes en el
proceso contra el juez Garzón. Llegando a decirles, ofensivamente, que
“se abstengan de perturbar la jurisdicción del TS”.
Finalmente, el
27 de Febrero de 2012, el Juez Garzón fue absuelto. Por fin el
Tribunal, después de mas de dos años de proceso y de un daño moral y
profesional irreversible, rompió con Manos Limpias y actuó, aunque muy
tarde, con justicia.
Que ahora miren a la cara de esos querellantes y
acusadores que representaban el acoso, el hostigamiento y la venganza
política a quienes unos magistrados, radicalmente errados, aceptaron
como supuestos portadores de justicia. ¿Donde estuvo durante el proceso
la “buena fe” propia de un Juez constitucional?" (Carlos Jiménez Villarejo, La Lamentable, 18/05/16)
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