"Oriol Pujol
utilizó su cercanía al presidente de la Generalitat, Artur Mas, para
implicarle en procesos de reconversión industrial en Cataluña (Sony,
Sharp, Yamaha) de los que el exdiputado de CiU salió económicamente
beneficiado.
Los correos electrónicos y las conversaciones telefónicas
que figuran en el sumario del caso ITV
-al que ha tenido acceso EL PAÍS- revelan que Pujol realizó gestiones
con el presidente Mas para favorecer a un empresario amigo suyo que
acabó obteniendo ganancias millonarias como intermediario en esas
operaciones.
Por sus gestiones políticas, el propio Pujol obtuvo
(camuflado a través de su mujer) cerca de medio millón de euros, según
los investigadores.
La operación que mejor ilustra esos contactos de alto nivel es la de
Sharp. La multinacional japonesa abandonó su planta industrial de Sant
Cugat (Barcelona), pero sus activos fueron adquiridos, tras arduas
negociaciones, por Cirsa.
Pujol asesoró intensamente a su amigo Sergi
Alsina para que llevara a buen puerto la operación. La empresa de
Alsina, Alta Partners, acabó cobrando 3,2 millones de euros por esa
intermediación. El exdiputado nacionalista le ayudó a establecer
contactos con la familia Lao (propietaria de Cirsa) y trató de buscar la
implicación y el apoyo del presidente catalán.
El 5 de enero de 2011, Pujol envía un mensaje de texto a Alsina:
"Sergi, ya he hablado con Manel Lao hijo. También he hablado con Mas y
puede que llame a alguno de los dos Laos".
Apenas doce días más tarde,
la gestión -según se desprende de otro mensaje de Pujol- ha llegado a
buen puerto: "A ver, Artur habló con Manel padre, ¿vale? Manel le
transmitió la sensación de que bueno, de que sí, que les podría
interesar... Que podían ver incluso alguna complementariedad con el tema
industrial", señala. Artur Mas le explicó, siempre según Pujol, que
tenían "interés como gobierno" de que la operación "se materializase".
Las negociaciones avanzan y, en abril, Alsina plantea "dos temas un
poco urgentes" al exdiputado. La firma entre Sharp y Cirsa está a punto
de cerrarse y los protagonistas quieren que Mas esté allí. "¿Puedes
encontrar un agujero tentativo en la agenda del President? Gracias.
Sergi".
En uno de los informes que figuran en el sumario, el fiscal
anticorrupción Fernando Maldonado considera "extraordinariamente
significativo" ese mensaje, porque "demuestra la relación de Pujol y
Alsina en varios negocios empresariales". La comunicación también
exhibe, según el fiscal, "el acceso de un empresario particular a la
agenda del presidente de la Generalitat gracias a las influencias
políticas del secretario general de Convergència".
Los pinchazos telefónicos revelan una confianza total entre
Pujol y Alsina -las familias comparten vivienda en Urús, un pueblo del
Pirineo catalán- y muestran el estilo de hacer política del exdiputado.
En una de sus frecuentes llamadas, Alsina explica a Pujol que el
entonces secretario de Gobierno de la Generalitat, Germà Gordó (hoy
consejero de Justicia) pretendía reunirse con él para que le explicara
al detalle la operación de Sharp.
Ambos acaban deduciendo que todo se
debe a un afán de "protagonismo" buscado por Gordó ("me parece
absolutamente esperpéntico", comenta Pujol) y trazan la estrategia para
esquivarle. El exdiputado pide a Alsina que mencione el hecho de que
Artur Mas está al corriente de todo. "Seamos putas, seamos putas ahora",
relata.
En su declaración como testigo ante el Tribunal Superior de
Justicia de Cataluña -que llevó el asunto mientras Pujol fue diputado-
Gordó afirmó que ni siquiera conocía a Alsina: "Lo conozco porque ha
salido en los periódicos, pero por el tema que nos ocupa seguro que no".
En un momento dado, la operación se filtra a la prensa. "Yo desmentiré
todo, claro", concluye Pujol.
En otra de las operaciones bajo sospecha, la de Yamaha-Grupo Sese, el
exdiputado vuelve a involucrar al presidente. Escribe a Alsina: "Al
presidente le tengo pendiente porque está volviendo de Roma". Y en la
misma conversación, da cuenta de su influencia política y de su
disposición a ayudar a su amigo: "Yo soy presidente del grupo
parlamentario, o sea que puedo hacer lo que creas de cara a Yamaha".
En
febrero de 2012, Alsina informa a Pujol de que "parece que el comité de
empresa se mueve y busca un acuerdo". Pujol responde contundente:
"Enviadlos a la mierda... Y aprovechad para rebajar pretensiones".
Pujol está imputado por varios delitos en el caso ITV, que aún está en fase de instrucción por el procedimiento del jurado popular. El ex número dos
de CDC fue imputado inicialmente por tráfico de influencias, acusado de
"presionar" a altos cargos del Gobierno catalán para situar a personas
de confianza en puestos clave del sector de las ITV.
Usó, presuntamente,
su "peso político" para lucrarse con la trama, que intentó tumbar (sin
éxito) una adjudicación de estaciones de ITV. Más tarde, fue imputado
por un primer cohecho tras cobrar, supuestamente, 30.000 euros de
empresarios implicados en la trama. Pujol defendió sus intereses, cuando
CiU estaba en la oposición, en la tramitación de una ley que fijó
nuevas reglas del juego para el sector de las ITV.
En el caso de las reconversiones industriales, la juez le citó hace
unas semanas para declarar por cohecho y falsedad. A diferencia de sus
anteriores comparecencias, el exdiputado se negó a declarar. La Fiscalía
y la juez consideran que cobró a través de su mujer, Anna Vidal.
Alsina
contrató a la esposa, según esa tesis, por supuestos trabajos de
asesoramiento que, en realidad, nunca prestó. Lo que pagó en realidad,
según el escrito del fiscal que sirvió de base a la imputación, fueron
"los servicios de Oriol Pujol Ferrusola, quien utilizaba sus múltiples
influencias políticas en beneficio propio y de los otros imputados".
Alsina ingresó, por su intermediación en las operaciones, unos 11
millones de euros. Los Pujol-Vidal, cerca de medio millón." (
Jesús García , El País,
25 ENE 2015)
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