30.1.15

Oriol Pujol, a un empresario: “Hablé con Mas y puede que les llame”

"Oriol Pujol utilizó su cercanía al presidente de la Generalitat, Artur Mas, para implicarle en procesos de reconversión industrial en Cataluña (Sony, Sharp, Yamaha) de los que el exdiputado de CiU salió económicamente beneficiado.

 Los correos electrónicos y las conversaciones telefónicas que figuran en el sumario del caso ITV -al que ha tenido acceso EL PAÍS- revelan que Pujol realizó gestiones con el presidente Mas para favorecer a un empresario amigo suyo que acabó obteniendo ganancias millonarias como intermediario en esas operaciones. 

Por sus gestiones políticas, el propio Pujol obtuvo (camuflado a través de su mujer) cerca de medio millón de euros, según los investigadores.

La operación que mejor ilustra esos contactos de alto nivel es la de Sharp. La multinacional japonesa abandonó su planta industrial de Sant Cugat (Barcelona), pero sus activos fueron adquiridos, tras arduas negociaciones, por Cirsa. 

Pujol asesoró intensamente a su amigo Sergi Alsina para que llevara a buen puerto la operación. La empresa de Alsina, Alta Partners, acabó cobrando 3,2 millones de euros por esa intermediación. El exdiputado nacionalista le ayudó a establecer contactos con la familia Lao (propietaria de Cirsa) y trató de buscar la implicación y el apoyo del presidente catalán.

El 5 de enero de 2011, Pujol envía un mensaje de texto a Alsina: "Sergi, ya he hablado con Manel Lao hijo. También he hablado con Mas y puede que llame a alguno de los dos Laos". 

Apenas doce días más tarde, la gestión -según se desprende de otro mensaje de Pujol- ha llegado a buen puerto: "A ver, Artur habló con Manel padre, ¿vale? Manel le transmitió la sensación de que bueno, de que sí, que les podría interesar... Que podían ver incluso alguna complementariedad con el tema industrial", señala. Artur Mas le explicó, siempre según Pujol, que tenían "interés como gobierno" de que la operación "se materializase".

Las negociaciones avanzan y, en abril, Alsina plantea "dos temas un poco urgentes" al exdiputado. La firma entre Sharp y Cirsa está a punto de cerrarse y los protagonistas quieren que Mas esté allí. "¿Puedes encontrar un agujero tentativo en la agenda del President? Gracias. Sergi". 

En uno de los informes que figuran en el sumario, el fiscal anticorrupción Fernando Maldonado considera "extraordinariamente significativo" ese mensaje, porque "demuestra la relación de Pujol y Alsina en varios negocios empresariales". La comunicación también exhibe, según el fiscal, "el acceso de un empresario particular a la agenda del presidente de la Generalitat gracias a las influencias políticas del secretario general de Convergència".

Los pinchazos telefónicos revelan una confianza total entre Pujol y Alsina -las familias comparten vivienda en Urús, un pueblo del Pirineo catalán- y muestran el estilo de hacer política del exdiputado. En una de sus frecuentes llamadas, Alsina explica a Pujol que el entonces secretario de Gobierno de la Generalitat, Germà Gordó (hoy consejero de Justicia) pretendía reunirse con él para que le explicara al detalle la operación de Sharp. 

Ambos acaban deduciendo que todo se debe a un afán de "protagonismo" buscado por Gordó ("me parece absolutamente esperpéntico", comenta Pujol) y trazan la estrategia para esquivarle. El exdiputado pide a Alsina que mencione el hecho de que Artur Mas está al corriente de todo. "Seamos putas, seamos putas ahora", relata.

 En su declaración como testigo ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña -que llevó el asunto mientras Pujol fue diputado- Gordó afirmó que ni siquiera conocía a Alsina: "Lo conozco porque ha salido en los periódicos, pero por el tema que nos ocupa seguro que no". En un momento dado, la operación se filtra a la prensa. "Yo desmentiré todo, claro", concluye Pujol.

En otra de las operaciones bajo sospecha, la de Yamaha-Grupo Sese, el exdiputado vuelve a involucrar al presidente. Escribe a Alsina: "Al presidente le tengo pendiente porque está volviendo de Roma". Y en la misma conversación, da cuenta de su influencia política y de su disposición a ayudar a su amigo: "Yo  soy presidente del grupo parlamentario, o sea que puedo hacer lo que creas de cara a Yamaha". 

En febrero de 2012, Alsina informa a Pujol de que "parece que el comité de empresa se mueve y busca un acuerdo". Pujol responde contundente: "Enviadlos a la mierda... Y aprovechad para rebajar pretensiones".

Pujol está imputado por varios delitos en el caso ITV, que aún está en fase de instrucción por el procedimiento del jurado popular. El ex número dos de CDC fue imputado inicialmente por tráfico de influencias, acusado de "presionar" a altos cargos del Gobierno catalán para situar a personas de confianza en puestos clave del sector de las ITV. 

Usó, presuntamente, su "peso político" para lucrarse con la trama, que intentó tumbar (sin éxito) una adjudicación de estaciones de ITV. Más tarde, fue imputado por un primer cohecho tras cobrar, supuestamente, 30.000 euros de empresarios implicados en la trama. Pujol defendió sus intereses, cuando CiU estaba en la oposición, en la tramitación de una ley que fijó nuevas reglas del juego para el sector de las ITV.

En el caso de las reconversiones industriales, la juez le citó hace unas semanas para declarar por cohecho y falsedad. A diferencia de sus anteriores comparecencias, el exdiputado se negó a declarar. La Fiscalía y la juez consideran que cobró a través de su mujer, Anna Vidal. 

Alsina contrató a la esposa, según esa tesis, por supuestos trabajos de asesoramiento que, en realidad, nunca prestó. Lo que pagó en realidad, según el escrito del fiscal que sirvió de base a la imputación, fueron "los servicios de Oriol Pujol Ferrusola, quien utilizaba sus múltiples influencias políticas en beneficio propio y de los otros imputados". Alsina ingresó, por su intermediación en las operaciones, unos 11 millones de euros. Los Pujol-Vidal, cerca de medio millón."                   ( El País 25 ENE 2015)

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