"¿De dónde salieron los 1,4 millones de euros que José Ángel Fernández
Villa afloró tras la amnistía fiscal? Esta es la pregunta más repetida
en Asturias desde que este miércoles salieran a la luz las diligencias
abiertas hace medio año por la Fiscalía Anticorrupción contra el antiguo
dirigente del SOMA-UGT, y que investiga la fiscal Carmen García Cerdá.
Y
la respuesta que dan al unísono quienes conocen bien al veterano
dirigente de UGT en Asturias –mucho más que un líder minero: el
auténtico hombre fuerte del socialismo asturiano durante más de un
cuarto de siglo– no ofrece lugar a dudas: de los Fondos Mineros.
Un
viejo rival suyo en el sindicato y en el partido socialista, Antón
Saavedra, lo describe de forma gráfica: “Lo de Villa es peccata minuta.
En Asturias se ha robado durante años mediante mordidas de los fondos
mineros, y la pena es que cuando comienza a salir la mierda ya no hay
minería”. (...)
Las sospechas de Saavedra, ya jubilado, y de Cándano, no parecen
fruto de su imaginación. El informe definitivo de la Sindicatura de
Cuentas de Asturias sobre las ayudas a la minería del carbón ofrece un
párrafo esclarecedor.
“La gestión actual de las ayudas recibidas por los
fondos mineros es poco eficiente (…) pues al no llevar una contabilidad
de gastos con financiación afectada impide conocer de manera exacta y
precisa la situación de las ayudas recibidas”. La Sindicatura de Cuentas
pone un ejemplo.
En
una de las partidas, por valor de 248,3 millones de euros, nada menos
que 125,4 millones de euros se encuentran pendiente de ingreso “sin que
haya existido certificación alguna de gastos incurridos”.
Es decir, sin
documentación que acredite el gasto. Con razón, Saavedra dice que lo de
Fernández Villa es peccata minuta, teniendo en cuenta que los fondos
mineros absorbieron en el periodo 1998-2005: 1.604 millones de euros, y
otros 2.880 millones entre 2006 y 2012. En total, 4.484 millones en tres
lustros.
Saavedra y la Sindicatura de Cuentas no son los únicos
que cuestionan cómo se han gestionado los fondos mineros. La revista
digital asturiana Atlántica XXII ha venido investigando desde hace
tiempo los casos de corrupción. Y sus sospechas son algo más que
fundadas.
En uno de sus últimos números publicaba que el
presidente del Montepío de la Minería, José Antonio Postigo, disfruta de
un lujoso chalet en Valladolid aledaño y casi gemelo al de Juan Antonio
Fernández, el constructor del macrogeriátrico de Felechosa, la obra de
31 millones de euros que impulsó la mutualidad de los mineros gestionada
por los sindicatos.
Postigo, prejubilado de la mina, también tiene una
vivienda en la Costa del Sol y otras propiedades en Mieres. Y lo que
políticamente no es menos relevante: se le considera un delfín de
Fernández Villa, el ‘capo’ de la minería asturiana desde que Felipe
González descabalgara a la anterior dirección de UGT, ya que se negaba a
desmantelar la minería asturiana. (...)
La obra del macrogeriátrico de Felechosa no es un proyecto más.
Supuso una inversión de 31 millones de euros pagada con los fondos
mineros, y significó el despegue de la empresa constructora, que en 2010
facturaba catorce millones de euros. Sin embargo, siempre según
Atlántica XXII, la empresa del vecino del presidente del Montepío de
Mineros, Alcedo de los Caballeros, tenía dos empleados fijos en 2008 y
facturaba apenas dos millones de euros.
El macrogeriátrico de
mineros, que ahora se ha abierto a otras profesiones ante la falta de
peticiones, no es el único proyecto faraónico por el que se han colado
los fondos mineros (financiados en buena medida por la Unión Europea).
Hay
quien recuerda que en una ocasión alguien preguntó por los alumnos
mientras visitaba la Universidad de Mieres, un mastodóntico complejo que
supuso un coste de 133 millones de euros con cargo a los Fondos
Mineros, con capacidad para 6.000 alumnos, pero que en su pico más alto
ha rondado los 1.500. El gran ‘padrino’ de la operación fue, como no,
José Ángel Fernández Villa. (...)
La sombra de la corrupción asturiana tuvo uno de sus hitos cuando
varios directivos de la mítica mina La Camocha –donde se fundaron las
primeras comisiones obreras– fueron juzgados por producir carbón
virtual. O lo que es lo mismo, en lugar de extraerlo del subsuelo,
compraron 98.686 toneladas en países de fuera de la UE para poder cobrar
las subvenciones una vez que desembarcaban la mercancía en el puerto de
Gijón.
Entre los encausados, Víctor Zapico, exconsejero de Industria de
Asturias, además de apoderado de La Camocha, y muy cercano a Fernández
Villa. No parece casualidad, por lo tanto, que el expresidente
Rodríguez-Vigil haya dicho en La Nueva España que “si miramos a sus
colaboradores, veremos a algunos camino de La Camocha”
Y es que, los Fondos Mineros –con un indudable interés social y económico para una región en declive– dan para eso y mucho más." (El ‘caso Fernández Villa’ destapa años de corrupción a costa de los fondos mineros, de Carlos Sánchez en El Confidencial, en Caffe Reggio, 10/10/2014)
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