"Me permito recoger aquí las respuestas al completo, para un reportaje
sobre la corrupción (“El alto coste del lado oscuro“, El País,
11/08/2013), a un cuestionario que me planteó el periodista Miguel
Ánguel García Vega.
Primera, ¿Qué efectos microeconómicos tiene la corrupción?
La corrupción premia las actividades no productivas
buscadoras de rentas y castiga a los talentos creativos que promueven
la elevación de la productividad y el crecimiento económico.
Segunda, ¿Y qué efectos macroeconómicos?
La corrupción está obstaculizando la salida de la crisis a la
economía española: genera inestabilidad política, empeora la imagen del
país, degrada la confianza inversora, eleva el riesgo y aumenta la
incertidumbre económica.
Ante una inversión nacional deprimida, disuade a
la inversión extranjera, al hacer menos transparente y accesible el
laberinto burocrático administrativo, al tiempo que aumenta la aversión a
involucrarse en proyectos empresariales en un país con una alta
corrupción percibida.
Tercera, ¿Hasta qué punto es un incentivo la corrupción de la inversión en bienes tangibles?
La corrupción en España se ha centrado básicamente en actividades
vinculadas a bienes inmobiliarios (suelo, construcción, obras públicas),
donde es relativamente fácil apropiarse de las rentas generadas a
través de concesiones y relaciones privilegiadas con las
administraciones públicas, tanto locales como autonómicas.
Cuarta, ¿Cómo afecta a las arcas públicas y a la iniciativa privada?
La corrupción afecta negativamente al erario público por evasión
fiscal y disminución de los ingresos tributarios, por incremento del
gasto público improductivo al subir los costes de licitaciones no
competitivas, por disminución de la capacidad inversora del Estado y por
pérdida de calidad de los servicios para disminuir costes.
También
afecta a la iniciativa privada, porque la corrupción elimina la
competencia al promover regulaciones ineficientes y amañadas para
generar rentas. Los corruptores sólo pagan sobornos únicamente si esas
rentas son de acceso restringido para sí mismos.
Quinta, ¿Cuál es el efecto sobre la desigualdad social? ¿Aumenta la pobreza y la diferencia de clases?
La corrupción tiene efectos inequitativos sobre la distribución de la
renta. De hecho, la corrupción es un mecanismo depredador de los
recursos de la sociedad: los desvía de la mayoría social hacia una
minoría, bien conectada con los decisores públicos, que concentra la
riqueza.
Y es una actividad empobrecedora, porque reduce el gasto
público social y provoca pérdidas en grandes proyectos públicos
injustificables desde el punto de vista del análisis coste/beneficio.
Y sexta, ¿Qué recetas se pueden aplicar para evitarla?
Tres pueden ser las principales vías de actuación. La primera debe
centrarse en la transparencia financiera de los partidos políticos,
prohibiendo y persiguiendo las donaciones a los mismos procedentes de
empresas reguladas o subvencionadas públicamente.
Además, los partidos
deben limitar los mandatos de sus cargos públicos, no incluir en sus
listas a encausados por corrupción y eliminar los privilegios de los
aforados que con frecuencia les hace impunes ante el delito.
La segunda es hacer que el Tribunal de Cuentas funcione eficazmente,
que no es el caso, para que audite y controle debidamente todas las
transacciones; muy especialmente, las que tienen que ver con
subvenciones, concesiones y todo tipo de ayudas públicas.
Y la tercera es garantizar el funcionamiento independiente de los
órganos judiciales, dotándoles de un buen soporte informático,
informativo y documental; aparte de unas fuerzas policiales bien
preparadas con poder disuasorio frente a estas actividades.
Es evidente también que la participación ciudadana, la persecución y
castigo de los culpables, el control de los elegidos por los electores,
la rendición de cuentas y el funcionamiento no clientelar de los
partidos, la actuación de la Agencia Tributaria y la ejemplaridad del
gobierno-parece que no está ni se la espera- son elementos todos ellos
que podrían recuperar la tan deteriorada confianza de los ciudadanos en
sus instituciones por causa de la corrupción." (José María Mella, Econonuestra, 22/08/2013)
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