11.6.13

Los constructores que ayudaron a Tamayo a reservar habitaciones de hotel.

"Diez años del tamayazo. El 10 de junio se cumplen diez años de la traición de dos diputados regionales socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, que acabó con las posibilidades del Gobierno de coalición entre PSOE e IU que se estaba trenzando. No fue posible. 

Se repitieron las elecciones y Esperanza Aguirre logró una mayoría absoluta que ha prolongado hasta la fecha la égida 'popular' en Madrid. El tamayazo enterró las aspiraciones de un Gobierno de izquierdas y catapultó a Esperanza Aguirre. (...)

Pero no se ha podido demostrar que Tamayo y Sáez hayan recibido nada.

En ninguna de las maneras. Yo se lo pregunto a Esperanza Aguirre, Rafael Simancas y José Luis Balbás [líder de la corriente socialista Renovadores por la Base], que fue el supuesto autor intelectual de la espantada, según el PSOE. Balbás y Aguirre lo niegan, y dicen que nunca habrá pruebas porque no hubo nada de lo que sospecha y denuncia el PSOE. 

 Los socialistas madrileños no pierden la esperanza de que se descubra lo que ocurrió, y están convencidos de que tal y como sucedió con el caso Gürtel y el caso Filesa, ocurrirá cuando alguien de muy dentro pueda tirar de la manta.

 Pero ha pasado demasiado tiempo como para que este asunto no se hubiera esclarecido del todo. Resulta muy llamativo comprobar que, de alguna forma, ni el PP ni el PSOE, al menos a las direcciones nacionales, no han estado demasiado interesadas en llegar hasta el fondo de la cuestión.  (...)

Lo que sí se pudo aportar es un buen número de coincidencias de llamadas y reuniones entre gente próxima al PP y el entorno de Tamayo y Sáez.

La lista de indicios, casualidades y coincidencias debería tener un límite temporal. Pero aquí hay una confabulación de elementos que apuntan en un mismo sentido, pero no parece que todo ese cúmulo de indicios, coincidencias y casualidades fuera suficiente para alentar una investigación judicial, y tampoco el PSOE fue capaz de poner contra las cuerdas al PP en la comisión parlamentaria de investigación. No fue suficiente con todo eso. Ni entonces ni ahora se ha descubierto la pistola humeante que fuera la clave de aquel asunto.  (...)

En el libro cuenta cómo el entonces ministro de Defensa llama a Simancas para avisarle de que tenía información, para luego desdecirse.

Es muy chocante. Los socialistas madrileños no pueden ocultar su decepción por que llamara Bono para anunciar algo y, al cabo de los días, llama Simancas y Bono dice algo así como  “no he encontrado una actitud muy positiva y el asunto no tiene la dimensión que yo imaginaba”.
También apunta a un plan B en uno de los capítulos.

No es un plan B para hacer fracasar el Gobierno de Simancas propiamente dicho, sino para presionarle. En plena negociación entre IU y el PSOE, IU quería conseguir mayor cuota de poder, y cabe imaginar que el entonces diputado Jorge García Castaño recibió una llamada de José Antonio Moral Santín. Pero más para presionar a Simancas que un golpe civil paralelo al que se estaba orquestando.

 El PSOE a esta idea tampoco le ha dado demasiada relevancia. Este episodio lo sitúo en el contexto de que el funcionamiento de mesa camilla paralela a las instituciones; de cómo personas alejadas en lo ideológico, como los partidos, sindicatos y patronal, se ponen de acuerdo en la recalificación del Real Madrid, Caja Madrid, todos se ponen de acuerdo. 

Simancas tras las elecciones dice que quiere que el presidente de Caja Madrid sea alguien distinto a Miguel Blesa. Luego admite que fue un error anunciarlo, y Moral Santín, que era consejero de Caja Madrid, ha seguido manteniendo a Blesa en el cargo durante todos estos años.  (...)

¿Era un Gobierno que podía amenazar muchos intereses?

El PSOE hizo mucho hincapié en el asunto urbanístico, se quería cambiar la ley del suelo. Desde que Simancas aspira a ser presidente y sabe que puede serlo, recibe numerosas presiones de todo tipo. Había muchos intereses en juego, los financieros de Caja Madrid, los urbanísticos, los educativos por los concertados, los sanitarios por las fundaciones, los comerciales. 

Simancas recibe presiones para evitar que aplicara la política que había comprometido en su programa. Era un factor de riesgo para las enormes expectativas que se habían fraguado algunos.   (...)

Durante la comisión de investigación parlamentaria aparece el secretario general del PP, Ricardo Romero de Tejada, como un hombre relevante en el asunto.

Es uno de los personajes más peculiares de todo este asunto. Aguirre nunca tuvo una relación estrecha con él, pero se ha mantenido hasta los últimos días de Caja Madrid y Bankia. Era un personaje no demasiado conocido, pero muy poderoso, su padrino era Rodrigo Rato. Recibe a los constructores el mismo día de la espantada por la tarde, los constructores con los que tiene una vieja relación en Villaviciosa de Odón y que ayudaron a Tamayo a reservar habitaciones de hotel. 

Romero de Tejada los recibe en la tarde del 10 de junio, oficialmente para negociar un acuerdo político en Sevilla La Nueva. El día 9 también se reúne con Rodrigo Rato. Es un personaje que sabe mucho más de todo este asunto de lo que dice, es amigo de Verdes, el abogado que asesora a Tamayo, militante del PP. 

El estrambote final es esa pintoresca averiguación que se hace que demuestra que mintió cuando se supo que cotizaba a la Seguridad Social en una empresa de fotocopias. En noviembre de 2004, Aguirre gana el Congreso del PP de Madrid y le releva por Francisco Granados.
¿Sirvió de algo la comisión de investigación?

Mantuvo entretenidos a políticos  y periodistas, el PP tenía la mayoría absoluta en la Cámara, pudo dictar quiénes eran los comparecientes. Básicamente el PP consiguió que el juicio a dos traidores se convirtiera en un juicio al PSOE."        (eldiario.es, 10/06/2013)

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