Las mafias de la droga se regeneran como la hidra de la mitología griega. Cuando la lucha policial bloquea una ruta, reaparecen por un nuevo camino; cuando los campos de coca o de opio son fumigados, desplazan los cultivos a otro rincón. A pesar de que la caza mundial del narco ha dado pocos frutos -los contrabandistas son cada vez más poderosos, las drogas más baratas y abundantes-, la mayoría de países se resiste a ensayar alternativas más allá de una persecución esquizofrénica, cara y contraproducente. ¿Hay métodos más eficaces para ganar la guerra de las drogas? (...)
Sin embargo, las campañas para eliminar con herbicidas las cosechas de coca suramericana han sido un despilfarro de dinero, principalmente estadounidense: sólo han conseguido trasladar las plantaciones a lugares más recónditos e inaccesibles y la producción mundial no ha disminuido.
Tampoco ha funcionado el bloqueo de las narcorrutas. Aunque la ONU estima que actualmente se decomisa alrededor del 42% de la producción mundial de cocaína y del 23% de heroína, los expertos en política antinarcóticos cuestionan la fiabilidad de esas cifras y argumentan que la cantidad de droga que se menudea en las calles europeas o estadounidenses es cada vez mayor, como prueba el descenso de los precios de venta: entre un 10% y un 30% en la última década. (...)
Uno de los últimos ejemplos de la inagotable capacidad del crimen organizado para burlar la vigilancia son los narcosubmarinos. Se construyen en astilleros clandestinos en la selva colombiana y son capaces de transportar 10 toneladas de cocaína, a ras del agua rumbo al lucrativo mercado estadounidense. La Guardia Costera de EE UU, que ya ha puesto en marcha una inversión millonaria en sensores acuáticos, interceptó en 2008 una media de 10 semisumergibles al mes, aunque estima que cuatro de cada cinco llegan a su destino sin ser avistados. (...)Esta I+D del tráfico de droga crece alentada por la jugosa recompensa que supone cada operación realizada con éxito. Si fuera un país, Narcolandia sería la 21ª economía mundial, según la ONU, con un PIB anual de 243.000 millones de euros, justo detrás de Suecia, con 272.000 millones de euros. En el Tercer Mundo, los narcos son los empresarios más poderosos. (...)
"Los contrabandistas pagan a los campesinos 300 dólares (227 euros) por la hoja de coca necesaria para producir un kilo de cocaína, que en las calles estadounidenses, vendido en dosis de un gramo a 70 dólares (53 euros), les reportará 100.000 dólares (76.000 euros)", desgrana Peter Reuter, profesor de la Universidad de Maryland y uno de los más reputados expertos en políticas antidrogas, quien no cree que destinando más recursos a la represión se pueda reducir significativamente la cantidad de droga disponible en los mercados consumidores, EE UU y Europa. "Sería más eficaz disminuir la fuerte demanda de drogas en los países consumidores que seguir insistiendo en un control inviable de la oferta", opina Reuter.
"Es imperativo rectificar la estrategia de guerra a las drogas aplicada en los últimos 30 años", censura un informe publicado en febrero por la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia. (...)
"Las políticas prohibicionistas (...) no han producido los resultados esperados. Estamos más lejos que nunca del objetivo proclamado de erradicación de las drogas". El informe acusa a EE UU y Europa de no hacer lo suficiente para prevenir o curar el apetito de drogas de sus ciudadanos, que estimula la producción y el tráfico desde el resto del mundo.A pesar de los cuantiosos recursos invertidos en políticas antidroga (al año 40.000 millones de dólares en EE UU y 34.000 millones de euros en la UE), sólo uno de cada cuatro euros se destina a prevención del consumo, mientras que el resto se invierte en represión criminal. (...)
Costa reprocha que haya lobbies pro drogas que defiendan la legalización como solución. "No hay necesidad de sacrificar la protección de la salud de los ciudadanos para reducir el crimen. Ambos objetivos son compatibles", asegura.
Durante mucho tiempo, cualquier disidencia del discurso clásico prohibicionista ha levantado sospechas. Ahora que los carteles causan más estragos que nunca en Centroamérica, África Occidental o Afganistán, muchos se preguntan qué sentido tiene que los Estados hayan dejado a las mafias enriquecerse con el monopolio de la droga y proponen un régimen de legalización controlado que les restaría cuota de mercado.
"No me extrañaría que en 5 o 10 años emerja con fuerza en Europa el debate para legalizar la venta de cannabis", afirma Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la Alianza por la Política de Drogas, una organización que promueve la legalización de la venta controlada de marihuana en EE UU. (...)Partidarios o no de la legalización, la filosofía que mueve a los críticos del prohibicionismo es que la sociedad debe acostumbrarse a convivir con las drogas y a reducir los efectos más dañinos de éstas. (...)
Los paladines de la batalla sin cuartel contra los traficantes reconocen su derrota, pero la atribuyen a la escasa coordinación policial y a la poca voluntad de los Gobiernos para acabar con el lavado de dinero. El esfuerzo hasta ahora ha sido un parcheado de acciones nacionales y la cooperación no ha ido más allá del intercambio de información y asistencia técnica. (...)
"Aún cuesta que se entiendan los policías de dos países que no comparten el idioma, como Alemania o España, cuando trabajan en un cuerpo de intercambio de información como Europol" (...)
"Cuando desarticulan una organización, al día siguiente hay otros dispuestos a ocupar su lugar", critica Francisco Mena, presidente desde hace 20 años de la Coordinadora de Asociaciones Antidroga de la provincia, y buen conocedor de los impulsos que empujan a tantos hacia las redes criminales: "Un adolescente que vigile en la playa la presencia de guardias civiles gana unos 1.500 euros, el que alija se lleva entre 3.000 y 4.000 y el que lo carga en su coche unos 6.000". (El País, ed. Galicia, 02/04/2009, p. 34/5)
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