"A Javier Carpio le llamó la atención lo que leía en
la web de Movimiento Ciudadano, la plataforma que Albert Rivera lanzó en
octubre de 2013 para relanzar a su partido a nivel nacional.
Por eso,
meses después se afilió a Ciudadanos e incluso participó como apoderado
en una mesa durante las elecciones europeas de mayo de 2014. Poco a poco
se fue interesando por la vida interna del partido y pronto detectó “algunos movimientos” que no le gustaban.
Estalló cuando vio “que no había posibilidades reales
de elegir” entre quienes optaban a liderar el partido. Lo comprobó en
las primarias de julio de 2018 en Málaga y, con el plazo aún abierto
para la votación, se presentó en el juzgado de guardia. Denunció la
falta de transparencia en la votación telemática. “Fueron elecciones que
no estaban garantizadas ni auditadas. Dejan muy claro que los que
eligen son los de arriba”, subraya Carpio.
Carpio recuerda perfectamente cuando acudió, en
verano de 2018, a un acto en el que los tres candidatos a las primarias
por Málaga -Emilio Utrabo, David Santos y Javier Imbroda, actual
consejero de Educación de la Junta de Andalucía- iban a contar sus
propuestas. Imbroda había anunciado el 5 de julio (diez días antes de la
votación) su aterrizaje en Ciudadanos y quería escucharle.
En el turno
de preguntas agarró el micro y cuestionó a las tres candidaturas por las
garantías de la votación electrónica. Se llevó una sorpresa. “Me
dijeron que habría que fiarse del sistema, que nadie les había
garantizado nada”, recuerda Carpio, que tras esa respuesta fue
directamente a los tribunales.
Informático de profesión, hoy está fuera del partido. Su denuncia fue archivada, pero le significó primero la apertura de un expediente disciplinario y, más tarde, la expulsión.
La Comisión de Régimen Disciplinario de Ciudadanos le echó el pasado
mes de octubre por “menoscabar el buen nombre del partido” y porque sus
manifestaciones públicas acerca de la denuncia “pueden ser consideradas
desleales o contrarias a los interesas” de la formación naranja.
Carpio ahora observa “con una sonrisa de
satisfacción” lo ocurrido en Castilla y León, donde el partido ha tenido
que dar la victoria en las primarias a Francisco Igea frente a Silvia
Clemente - candidata de Rivera- por un fraude en la votación. “Sabía que
iba a pasar”, destaca.
“Y lo sabía porque hay muchas posibilidades para
hacer trampas con el sistema de votación electrónico que ofrece la web
de Ciudadanos”, añade Carpio, que dice que la formación naranja conoce
“las claves de todos sus afiliados” y que el sistema informático marca
“a qué candidato votó cada cuál, para saber quiénes son del aparato y
quiénes no”.
Además, recalca que se pueden mover votantes de una
circunscripción a otra, “de ahí esos 82 votantes de más en Castilla y
León”. “Ya ocurrió también en Molina del Segura (Murcia), donde había
afiliados traspasados desde Mollina (Málaga)”, dice.
El exmilitante apunta directamente a Albert Rivera
como máximo responsable. “Es el responsable directo puesto que no hay
otro jefe supremo que esté introduciendo candidatos. Trae gente de fuera
y los hace ganar. Es bastante claro que es Rivera quien controla todos
estos procesos. Cualquier cosa que no le gusta del partido, no ocurre”,
relata.
“Yo solo quiero que las elecciones sean democráticas,
con una urna de cristal y sin posibilidad de manipulación”, afirma
Carpio, hoy desengañado por aquel partido “joven, que se presentaba
honesto y que iba a limpiar la política”. “No han hecho nada de eso y es
una vergüenza. Ciudadanos es hoy un partido antidemocrático y
antiliberal”, concluye." (Nacho Sánchez, El País, 14/03/19)
"Ciudadanos conoció las irregularidades en la votación de las primarias de Castilla y León
el sábado a última hora de la tarde tras proclamar vencedora a Silvia
Clemente.
Sin embargo, no fue hasta las cuatro de la tarde del domingo
cuando el partido hizo público que se paralizaba la candidatura de Clemente.
Un lapso de casi 24 horas de silencio tras las que el equipo del
candidato crítico, Francisco Igea, llegó a dirigirse a un juzgado de
guardia de Valladolid para interponer una denuncia. Solo entonces hubo
reacción en Madrid.
El relato del fraude destapado en Castilla y León
comienza en Burgos. Tres jóvenes militantes detectan que el número de
votos recogidos en el acta de participación no coincide con la suma de
los resultados anunciados por Ciudadanos. Hay un desfase de 82 votos.
Son las tres de la tarde del sábado y apenas dos horas antes Ciudadanos
había anunciado que Clemente se había impuesto a Francisco Igea
por una diferencia de apenas 35 votos.
La expresidenta de las Cortes por el PP, fichaje estrella del partido de Albert Rivera, se convertía así en la candidata oficial de Ciudadanos en Castilla y León y salvaba la cara del líder, que le había dado su aval en la batalla más reñida del partido.
Igea comía en Valladolid con unos 80 militantes después de conocer su derrota cuando les llegó el aviso desde Burgos de que algo no cuadraba. En ese momento, varios militantes se levantaron de la mesa y se encerraron para descargar todos los certificados de votos, a los que puede tener acceso cualquier afiliado y en los que se detalla la hora de cada uno. De ahí se elaboraron dos gráficas para explicar el patrón de participación.
El sistema telemático de votación, al que
se accede a través de la intranet del partido con un usuario y una
contraseña simple, permaneció abierto hasta las diez de la mañana del
sábado. La sorpresa fue en la madrugada. Entre las dos y las tres y
entre las ocho y las nueve del sábado hubo un pico de participación con
casi todos los apoyos para Clemente.
El primer aviso de un posible fraude llegó a la dirección nacional el sábado a última hora de la tarde, según fuentes del partido. Miembros de la ejecutiva aseguraron que se iba a mirar lo que había ocurrido y la comisión de garantías del partido se puso a trabajar en ello. Mientras tanto Silvia Clemente seguía siendo candidata oficial del partido.
Al día siguiente, lo que acabaría siendo el mayor escándalo de Ciudadanos desde su fundación en 2005, aún no había salido a la luz. El equipo de Igea preparó entonces una denuncia para presentar ante el juzgado de guardia de Valladolid. Allí se dirigieron varios miembros del equipo a las dos y media de la tarde del domingo.
Pero la denuncia nunca se llegó a presentar. Ciudadanos emitió finalmente un comunicado a las cuatro de la tarde en el que anunciaba que había recibido “un requerimiento” de uno de los candidatos y que mientras se hacía una comprobación de la denuncia “se paraliza la proclamación definitiva de los candidatos”.
El resto del relato, con la proclamación de Igea como vencedor final de la contienda el pasado lunes, es la historia de la mayor crisis interna del partido. Ciudadanos busca ahora cómo cerrar la polémica, que se ha extendido a otras comunidades como Murcia, Cantabria o Madrid, que también han pedido una comprobación de sus procesos de primarias.
La semana más negra del partido naranja llega a seis semanas de las elecciones generales del 28 de abril y con el partido en caída libre en todas las encuestas. El líder Albert Rivera todavía no se ha pronunciado. Este miércoles, en un acto de precampaña, se negó a contestar a los medios de comunicación a su llegada y evitó encontrarse con ellos a la salida." (Inés Santaeulalia, El País, 14/03/19)
La expresidenta de las Cortes por el PP, fichaje estrella del partido de Albert Rivera, se convertía así en la candidata oficial de Ciudadanos en Castilla y León y salvaba la cara del líder, que le había dado su aval en la batalla más reñida del partido.
Igea comía en Valladolid con unos 80 militantes después de conocer su derrota cuando les llegó el aviso desde Burgos de que algo no cuadraba. En ese momento, varios militantes se levantaron de la mesa y se encerraron para descargar todos los certificados de votos, a los que puede tener acceso cualquier afiliado y en los que se detalla la hora de cada uno. De ahí se elaboraron dos gráficas para explicar el patrón de participación.
El primer aviso de un posible fraude llegó a la dirección nacional el sábado a última hora de la tarde, según fuentes del partido. Miembros de la ejecutiva aseguraron que se iba a mirar lo que había ocurrido y la comisión de garantías del partido se puso a trabajar en ello. Mientras tanto Silvia Clemente seguía siendo candidata oficial del partido.
Al día siguiente, lo que acabaría siendo el mayor escándalo de Ciudadanos desde su fundación en 2005, aún no había salido a la luz. El equipo de Igea preparó entonces una denuncia para presentar ante el juzgado de guardia de Valladolid. Allí se dirigieron varios miembros del equipo a las dos y media de la tarde del domingo.
Pero la denuncia nunca se llegó a presentar. Ciudadanos emitió finalmente un comunicado a las cuatro de la tarde en el que anunciaba que había recibido “un requerimiento” de uno de los candidatos y que mientras se hacía una comprobación de la denuncia “se paraliza la proclamación definitiva de los candidatos”.
El resto del relato, con la proclamación de Igea como vencedor final de la contienda el pasado lunes, es la historia de la mayor crisis interna del partido. Ciudadanos busca ahora cómo cerrar la polémica, que se ha extendido a otras comunidades como Murcia, Cantabria o Madrid, que también han pedido una comprobación de sus procesos de primarias.
La semana más negra del partido naranja llega a seis semanas de las elecciones generales del 28 de abril y con el partido en caída libre en todas las encuestas. El líder Albert Rivera todavía no se ha pronunciado. Este miércoles, en un acto de precampaña, se negó a contestar a los medios de comunicación a su llegada y evitó encontrarse con ellos a la salida." (Inés Santaeulalia, El País, 14/03/19)
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