18.3.19

Ciudadanos silenció el fraude en las primarias hasta que los críticos amenazaron con ir al juzgado. Rivera es el responsable directo: trae gente de fuera y los hace ganar

 "A Javier Carpio le llamó la atención lo que leía en la web de Movimiento Ciudadano, la plataforma que Albert Rivera lanzó en octubre de 2013 para relanzar a su partido a nivel nacional. 

Por eso, meses después se afilió a Ciudadanos e incluso participó como apoderado en una mesa durante las elecciones europeas de mayo de 2014. Poco a poco se fue interesando por la vida interna del partido y pronto detectó “algunos movimientos” que no le gustaban.

Estalló cuando vio “que no había posibilidades reales de elegir” entre quienes optaban a liderar el partido. Lo comprobó en las primarias de julio de 2018 en Málaga y, con el plazo aún abierto para la votación, se presentó en el juzgado de guardia. Denunció la falta de transparencia en la votación telemática. “Fueron elecciones que no estaban garantizadas ni auditadas. Dejan muy claro que los que eligen son los de arriba”, subraya Carpio.

Carpio recuerda perfectamente cuando acudió, en verano de 2018, a un acto en el que los tres candidatos a las primarias por Málaga -Emilio Utrabo, David Santos y Javier Imbroda, actual consejero de Educación de la Junta de Andalucía- iban a contar sus propuestas. Imbroda había anunciado el 5 de julio (diez días antes de la votación) su aterrizaje en Ciudadanos y quería escucharle. 

En el turno de preguntas agarró el micro y cuestionó a las tres candidaturas por las garantías de la votación electrónica. Se llevó una sorpresa. “Me dijeron que habría que fiarse del sistema, que nadie les había garantizado nada”, recuerda Carpio, que tras esa respuesta fue directamente a los tribunales.




Informático de profesión, hoy está fuera del partido. Su denuncia fue archivada, pero le significó primero la apertura de un expediente disciplinario y, más tarde, la expulsión. La Comisión de Régimen Disciplinario de Ciudadanos le echó el pasado mes de octubre por “menoscabar el buen nombre del partido” y porque sus manifestaciones públicas acerca de la denuncia “pueden ser consideradas desleales o contrarias a los interesas” de la formación naranja.

Carpio ahora observa “con una sonrisa de satisfacción” lo ocurrido en Castilla y León, donde el partido ha tenido que dar la victoria en las primarias a Francisco Igea frente a Silvia Clemente - candidata de Rivera- por un fraude en la votación. “Sabía que iba a pasar”, destaca.

 “Y lo sabía porque hay muchas posibilidades para hacer trampas con el sistema de votación electrónico que ofrece la web de Ciudadanos”, añade Carpio, que dice que la formación naranja conoce “las claves de todos sus afiliados” y que el sistema informático marca “a qué candidato votó cada cuál, para saber quiénes son del aparato y quiénes no”. 

Además, recalca que se pueden mover votantes de una circunscripción a otra, “de ahí esos 82 votantes de más en Castilla y León”. “Ya ocurrió también en Molina del Segura (Murcia), donde había afiliados traspasados desde Mollina (Málaga)”, dice.

El exmilitante apunta directamente a Albert Rivera como máximo responsable. “Es el responsable directo puesto que no hay otro jefe supremo que esté introduciendo candidatos. Trae gente de fuera y los hace ganar. Es bastante claro que es Rivera quien controla todos estos procesos. Cualquier cosa que no le gusta del partido, no ocurre”, relata.

“Yo solo quiero que las elecciones sean democráticas, con una urna de cristal y sin posibilidad de manipulación”, afirma Carpio, hoy desengañado por aquel partido “joven, que se presentaba honesto y que iba a limpiar la política”. “No han hecho nada de eso y es una vergüenza. Ciudadanos es hoy un partido antidemocrático y antiliberal”, concluye."                    (Nacho Sánchez, El País, 14/03/19)


"Ciudadanos conoció las irregularidades en la votación de las primarias de Castilla y León el sábado a última hora de la tarde tras proclamar vencedora a Silvia Clemente. 

Sin embargo, no fue hasta las cuatro de la tarde del domingo cuando el partido hizo público que se paralizaba la candidatura de Clemente

Un lapso de casi 24 horas de silencio tras las que el equipo del candidato crítico, Francisco Igea, llegó a dirigirse a un juzgado de guardia de Valladolid para interponer una denuncia. Solo entonces hubo reacción en Madrid.

El relato del fraude destapado en Castilla y León comienza en Burgos. Tres jóvenes militantes detectan que el número de votos recogidos en el acta de participación no coincide con la suma de los resultados anunciados por Ciudadanos. Hay un desfase de 82 votos. Son las tres de la tarde del sábado y apenas dos horas antes Ciudadanos había anunciado que Clemente se había impuesto a Francisco Igea por una diferencia de apenas 35 votos.

La expresidenta de las Cortes por el PP, fichaje estrella del partido de Albert Rivera, se convertía así en la candidata oficial de Ciudadanos en Castilla y León y salvaba la cara del líder, que le había dado su aval en la batalla más reñida del partido.

Igea comía en Valladolid con unos 80 militantes después de conocer su derrota cuando les llegó el aviso desde Burgos de que algo no cuadraba. En ese momento, varios militantes se levantaron de la mesa y se encerraron para descargar todos los certificados de votos, a los que puede tener acceso cualquier afiliado y en los que se detalla la hora de cada uno. De ahí se elaboraron dos gráficas para explicar el patrón de participación.




El sistema telemático de votación, al que se accede a través de la intranet del partido con un usuario y una contraseña simple, permaneció abierto hasta las diez de la mañana del sábado. La sorpresa fue en la madrugada. Entre las dos y las tres y entre las ocho y las nueve del sábado hubo un pico de participación con casi todos los apoyos para Clemente.

El primer aviso de un posible fraude llegó a la dirección nacional el sábado a última hora de la tarde, según fuentes del partido. Miembros de la ejecutiva aseguraron que se iba a mirar lo que había ocurrido y la comisión de garantías del partido se puso a trabajar en ello. Mientras tanto Silvia Clemente seguía siendo candidata oficial del partido.

Al día siguiente, lo que acabaría siendo el mayor escándalo de Ciudadanos desde su fundación en 2005, aún no había salido a la luz. El equipo de Igea preparó entonces una denuncia para presentar ante el juzgado de guardia de Valladolid. Allí se dirigieron varios miembros del equipo a las dos y media de la tarde del domingo.

Pero la denuncia nunca se llegó a presentar. Ciudadanos emitió finalmente un comunicado a las cuatro de la tarde en el que anunciaba que había recibido “un requerimiento” de uno de los candidatos y que mientras se hacía una comprobación de la denuncia “se paraliza la proclamación definitiva de los candidatos”.

El resto del relato, con la proclamación de Igea como vencedor final de la contienda el pasado lunes, es la historia de la mayor crisis interna del partido. Ciudadanos busca ahora cómo cerrar la polémica, que se ha extendido a otras comunidades como Murcia, Cantabria o Madrid, que también han pedido una comprobación de sus procesos de primarias.

La semana más negra del partido naranja llega a seis semanas de las elecciones generales del 28 de abril y con el partido en caída libre en todas las encuestas. El líder Albert Rivera todavía no se ha pronunciado. Este miércoles, en un acto de precampaña, se negó a contestar a los medios de comunicación a su llegada y evitó encontrarse con ellos a la salida."                (Inés Santaeulalia, El País, 14/03/19)

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