"Al que una vez fue un gran núcleo en las relaciones de
poder en Madrid no le quedaban ya amigos en el mundo de la política ni
de la empresa. Muchos le dieron la espalda tras publicarse los gastos de
las tarjetas black y un buen grupo de sus allegados poderosos estaba
tan en entredicho en la última época como él mismo.
Miguel Blesa (Linares, 1947), desde su posición como presidente de Caja
Madrid, repartió juego entre prácticamente todos los actores relevantes
de la Comunidad (también la oposición), lo que le ayudó a permanecer en
su puesto tres lustros y también a mantener una adulterada paz social.
Pero era difícil encontrar este miércoles, tras su muerte, una buena
palabra o un lamento ante la noticia de su muerte.
El Gobierno de Mariano Rajoy ha mantenido un significativo silencio tras el fallecimiento del expresidente de Caja Madrid.
A pesar de las buenas relaciones que mantuvo siempre con el Partido
Popular, el Ejecutivo no ha mandado un comunicado de condolencias ni
aclaró si se había puesto en contacto con la familia para trasladarle el
pésame. Miguel Blesa era afiliado al Partido Popular, que tampoco ha
emitido ningún comunicado y se ha limitado a trasladar a los periodistas
que se ha hecho llegar el pésame a la familia.
"No
hay ninguna postura oficial [del Gobierno]. Los que lo conocíamos
sentimos mucho su fallecimiento y nos unimos al pesar de su familia",
declaró el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro,
tras salir de una reunión con el consejero de Hacienda del País Vasco,
Pedro Azpiazu, sobre el Concierto Vasco.
El silencio
ha sido también la respuesta del expresidente del Gobierno José María
Aznar tras el deceso del que fuera su amigo íntimo. Ni la página web de
Aznar ni la Fundación FAES emitieron información alguna sobre la muerte
del exdirectivo de la caja. Blesa tenía una fuerte amistad con Aznar
desde que coincidieron en la delegación de Hacienda de Logroño a finales
de los años 70.
Aznar fue clave para que Blesa
llegara a ser presidente de Caja Madrid, que lo subió al pedestal de la
entidad financiera seis meses después de ganar las elecciones en 1996.
Blesa no tuvo solo amigos entre los populares.
En 2009, el presidente de
Caja Madrid se alió con el entonces alcalde de la capital para luchar
en una pugna descarnada contra Esperanza Aguirre, presidenta de la
Comunidad, que pretendía colocar a su número dos, Ignacio González, al
frente de la caja. La guerra interna en el PP madrileño fue tal que
obligó a Mariano Rajoy a intervenir para apaciguar las aguas y colocar a
Rodrigo Rato como presidente de la entidad.
Fue
Aznar uno de los primeros en darle la espalda. El expresidente le pidió
un favor, la compra de unos cuadros del pintor Gerardo Rueda, y Blesa no
le pudo complacer. "Con los pelos que se ha dejado por ti y han sido
muchos, me parece impresentable lo que has hecho o no has hecho", le
dijo el hijo de mayor de José María Aznar a Miguel Blesa en un SMS que
el expresidente de Caja Madrid reenvió a su correo electrónico que
consta en los Correos de Blesa.
"No se merecía esta decepción", continuaba el mensaje recibido en julio
de 2009. José María Aznar Botella abroncaba así al amigo de su padre.
La política del PP, Mercedes de la Merced, ya fallecida, intentó
interceder en la pelea mediante otro SMS. "Me dice el alcalde que Aznar
está triste por la negativa de la caja a su proyecto, Alberto también
está molesto. ¿No se puede retomar? ¿Quién lo vetó? ¿Puedo hacer algo
yo?”.
Mercedes de la Merced está fallecida y "el
alcalde" Alberto Ruiz Gallardón también es una figura pública en
entredicho por las pesquisas de la Justicia en la trama del Canal de
Isabel II. Las operaciones Gurtel, Púnica y Lezo han puesto en el punto
de mira a un alto número de políticos del PP de la época (finales de los
noventa y toda la década de los 2000), que compartieron copas, safaris y
fiestas con el fallecido banquero.
Otra de sus amigas, la que aparece en la foto junto con
José María Aznar, Carmen Cafranga, también condenada por las black,
aparece un día sí y otro también entre los escándalos de la Operación
Lezo, al ser socia de las hermanas Cavero (mujer y cuñada de Ignacio
González) en los numerosos negocios que promovía la trama.
Los correos hablaban
de favores al que era entonces presidente de Bancaja (José Luis
Olivas), condenado ya a un año y medio de cárcel; a Gerardo Díaz Ferrán,
presidente de la patronal, multicondenado y semi-residente de Soto del
Real, de donde acaba de salir en un permiso penintenciario. También de
favores del exministro José Barrionuevo, al que no le quieren ver ni en
su anterior partido, el PSOE; o de enchufes al entorno Esperanza
Aguirre, escondida tras el escándalo de la Operación Lezo. Aguirre y
Blesa se llevaban muy mal, aunque el presidente de la caja tuviera que
contentar a la presidenta de la Comunidad.
Otro
empresario que salía a menudo en los correos, Alberto Recarte,
presidente de Libertad Digital en su momento y al que Blesa ofreció la
presidencia Iberia, también es uno de los que más aparecía en los
correos. Y también está condenado por las black.
Rodrigo Rato y los otros 63 condenados de las black evitan aparecer en público. Entre ellos Javier López Madrid, compiyogui, que aparece en las tramas de corrupción de la Comunidad de Madrid.
La coincidencia de fechas es una de las claves para entender el resorte
del escándalo que provocó que en un país en el que casi no se dimite, se sucedieran las renuncias.
Difícil digestión tiene para un preferentista saber que en ese fatídico
día en el que se dio luz verde a la colocación de 2.200 millones de
euros en preferentes, Carmen Contreras, directora de auditoría de la
entidad, se gastara 1.250 euros en un tratamiento de belleza. A cargo de
su 'black'. A cargo de los fondos de una caja que precisamente acudía a
buscar los ahorros de sus clientes para no quebrar.
Miguel Blesa, presidente entre 1996 y 2010 de Caja Madrid, y auténtico
artífice del sistema de sobresueldos mediante las tarjetas, fue el
primer financiero español tras la crisis en pasar la noche en la cárcel
por la desastrosa gestión de una caja de ahorros. Las cámaras le
fotografiaron saliendo de Soto del Real con una elegante bolsa de viaje
de cuero. El banquero se gastó 3.400 euros en Louis Vuitton con la visa
fraudulenta en apenas un año.
El tren de vida que describía la investigación de Los Correos de Blesa,
yates, safaris, joyas, se había pagado con las tarjetas fraudulentas.
Después de un lustro escuchando que los españoles habían vivido por
encima de sus posiblidades, miles de víctimas de la crisis financiera
descubrieron que la realidad era aún peor.
La salida a
Bolsa de Bankia, que acabó siendo un pufo para sus miles de accionistas
y terminó precipitando el rescate financiero de la entidad, se regó con
buen vino. El 20 de julio de 2011, los usuarios de la 'black' brindaron
casi 6.000 euros tras el toque de campana.
Los correos de Blesa terminarán
siendo el testamento apócrifo del Inspector de Hacienda. El hilo
conductor de aquellos casi 7.000 mensajes, entre los cuales se
encontraba el correo de las black, pasaba por cómo repartir juego entre
distintos políticos, administraciones, empresarios e instituciones para
que con el dinero y el poder de la caja todos estuvieran contentos. Hoy
casi todos guardan silencio." (Belén Carreño
/
Rodrigo Ponce de León
, eldiario.es, 19/07/2017)
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